1/10 © Zara Home

Más o menos visibles, nuestros interiores tienen ‘fallos de fábrica’, que limitan sus posibilidades decorativas y hacen que les saquemos menos partido del que deberíamos. Muchas veces la solución está al alcance de nuestra mano, sin necesidad de obras complicadas ni un gran desembolso. Estas claves te ayudarán a transformar los puntos negativos de tu hogar en verdaderos activos decorativos. ¡Apunta!
 

1. Tapar las imperfecciones de la pared

Si tu pared parecía lisa y recta, pero cuando quieres cambiar el color te das cuenta de que realmente no lo es, lo más sencillo es pintarla con algún efecto con textura (una tendencia al alza en este 2020), tipo arena, esponjado, mármol e incluso gotelé fino, que hacen que no se noten los fallos. Otras ideas también muy fáciles son apostar por el papel pintado o poner un friso de madera.

2/10 © Homepolish

2. Ocultar un parqué estropeado con alfombras

Aunque los suelos de madera son (casi) eternos y se pueden restaurar a lo largo de su vida, puede ocurrir que una parte del pavimento haya perdido color por el efecto del sol o que tenga abolladuras o manchas, el cerco de agua que dejan las macetas suele ser muy usual, que no justifiquen que renueves todo el parqué. Una buena idea es cubrir la zona dañada con una alfombra o incluso un ‘retal’ de moqueta. No se trata de poner un ‘pegote’ sino un modelo del mismo color o estilo de tu decoración, que se integre fácilmente en el ambiente.

3/10 © Roberto Ruiz

3. ‘Esconder’ el radiador

En una época en la que el suelo radiante triunfa en las casas de nueva construcción, los radiadores siguen siendo un estorbo ‘deco’, a no ser que sean antiguas joyas de hierro y lo que quieres es que luzcan. Los cubreradiadores viven desde hace tiempo su momento de gloria. Puedes encontrarlos en diferentes formas y colores, lo que permite integrarlos en la decoración fácilmente, tal y como muestra este proyecto de CaSA Colombo and Serboli Architecture. Otra opción es camuflarlo en el ambiente pintándolo del mismo color que la pared, ocultarlo bajo una consola o ‘meterlo’ en una hornacina.

4/10 © Fritz Von Der Shulenburg

4. Reinventar un pasillo largo

Y convertir un defecto en una virtud. Los pasillos largos y estrechos pueden, además de crear un antiestético ‘efecto túnel’, ser tremendamente aburridos y normalmente desaprovechados. Para que esto no ocurra, es preciso vestirlo como se merece, este papel pintado de Degournay actúa como un buen traje sastre. También puedes jugar con los colores y pintar el techo y la pared del fondo de un tono más oscuro, integrar algún cuadro o fotografía que nos inspire en el trayecto hacia las estancias, colocar una alfombra que lo ‘acorte’ visualmente o una librería con poco fondo, que te desahogue el salón de libros.

5/10 © Lagencia Grosby

5. Vestir un cabecero aburrido de un color llamativo

Si lo has intentado todo y tu habitación sigue sin tener ese toque atrevido y personal que ves siempre en nuestra sección de decoración, quizás ha llegado el momento de dar visibilidad a la cama. La manera más sencilla de renovar esa zona, sin tener que cambiar los muebles, es pintar esa pared de un color llamativo e intenso, como los que propone Bruguer para este dormitorio de matrimonio. Ajusta el tono a tu nivel de osadía. El papel pintado también es otra opción.

6/10 © Alfredo Ezquerra

6. Transformar una tubería en un objeto decorativo

Tanto si estamos ante una vivienda de estilo industrial, como es el caso de este ‘loft’ reformado por Carrillo Proyectos, como si no lo es. Una tubería puede dar mucho juego ‘deco’, aportando un toque desenfadado y bohemio a cualquier ambiente. Por eso, en lugar de ocultarla, sácala a la luz y conviértela en parte del interiorismo.

7/10 © Alvhem

7. Elevar el nivel ‘deco’ de un recibidor

Suelen ser los ‘patitos feos’ de la casa, por lo que pocas veces se les presta la atención que merecen. Nosotros lo tenemos claro: bien diseñados, los recibidores darán la más estilosa y acogedora bienvenida al hogar. El papel pintado es también en esta estancia una de las opciones que mejores resultados brinda. Después, piensa en tus necesidades y déjate llevar: un mueble zapatero, un rincón de lectura, un espejo para el último vistazo antes de salir a la calle…

8/10 © Ballingslöv

8. Apostar por el blanco para iluminar una cocina antigua

Las cocinas blancas siguen siendo un valor seguro en la decoración de interiores, pero si la tuya se ve algo deslucida y necesita un plus de estilo, alíate con los distintos tonos de blanco (hay unos 14), que van desde el puro, hasta el seda, pasando por el hueso y el antiguo. Así, conseguirás que recupere su luz, gane metros cuadrados y vuelva a ser moderna. 

9/10 © Normann Copenhagen

9. Aumentar la altura de un techo bajo

Apostar por un zócalo alto como este de lamas de madera hará que por arte de magia las dimensiones crezcan y se eleven. También ayuda que elijas muebles bajos y de diseño sencillo, incorpores molduras que atraigan la atención, empapeles con rayas verticales, cuelgues las cortinas lo más alto que puedas y juegues con los volúmenes y los contrastes.

10/10 © Lalzada

10. Rediseñar una escalera 

Las escaleras pueden llevarte al cielo o bajarte al infierno. Por eso, además de poseer un diseño cómodo y práctico que te haga más fácil subir o bajar, deben tener cierto valor decorativo. Empapelar sus paredes es una buena manera de personalizarlas y otorgarlas vida, para que formen parte del interiorismo de la vivienda, como en este proyecto de Lalzada. Otra buena idea es pintarlas de un color atrevido, que atraiga todas las miradas.

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