Si todavía no lo has hecho, es muy probable que tu primera escapada a la playa o esa esperada tarde de piscina estén a la vuelta de la esquina. Y aunque disfrutar de horas bajo el sol (¡siempre con protección!) es un placer, los rayos del sol pasan factura a nuestra piel. Por eso, al regresar a casa y tras la relajante ducha de rigor, llega el momento de aplicarse el otro gran cosmético del verano, aparte de las cremas con SPF: los after suns. Y aunque las cremas especialmente formuladas a ese fin suelen ser la opción más recurrente, existen otras opciones -por ejemplo, geles de aloe vera o aceites vegetales- que pueden reparar la piel del mismo modo.
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