Las sorprendentes revelaciones de Esther Doña en su libro: su amistad con Julio Iglesias, su relación con Isabel Preysler y los prejuicios que sufrió por su historia de amor con Carlos Falcó

Este miércoles publica ‘La vida de un gran hombre a través de mis ojos’, sus memorias junto al fallecido marqués de Griñón

Esther Doña HOLA 4030

Te quedan x días gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Te quedan pocas horas gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Estás en tu periodo de prueba gratuita. Sigue disfrutando de ¡HOLA!+.

HOLA.com, tu revista en internet

Tu período de prueba gratuita en ¡HOLA!+ se ha activado con éxito

Disfruta de todo el contenido totalmente gratis durante 7 días.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Ya tienes una suscripción activa.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

El libro que publica Esther Doña esta semana comienza con una sorprendente revelación: su verdadera edad. “Nací en diciembre de 1977, en la cálida y alegre Málaga”, desvela la marquesa viuda de Griñón en el primer párrafo del primer capítulo de La vida de un gran hombre a través de mis ojos (Planeta), las memorias de su vida junto a Carlos Falcó. Esther solo tiene 43 años, la edad que se decía que tenía en 2015, cuando conoció al aristócrata. “Al momento de escribir estas palabras, tengo cuarenta y tres años. Casi la edad que a Carlos le hubiera gustado que tuviera cuando nos conocimos”, reconoce en el libro.

Esther Doña HOLA 4030©Andrés García Luján
Acceso a la versión digital

“La verdad es que Carlos nunca terminó de sentirse totalmente seguro sobre mi edad y las primeras veces que su familia o la prensa le preguntaban mi edad, él siempre decía 42 o 43”, explica. “En más de una ocasión, yo le dije que me arreglaría de forma que aparentara más edad, y él, entre risas, siempre decía que debía quererle mucho, porque era la única mujer del mundo que haría un esfuerzo por envejecer”, añade.

Esta no es la única revelación del libro. Doña aborda muchos temas espinosos de su vida junto al marqués, como los prejuicios que sufrió al entrar en la sociedad madrileña. “La verdad es que casi todo el mundo se portó de manera fantástica conmigo, en especial los amigos más cercanos de Carlos. Pero sí percibí, en especial al principio, la sensación de que no encajaba con ciertas compañías, de que aquel no era necesariamente mi sitio y que me lo debía ganar”, reconoce. “No me atrevo a afirmar que fuera una sensación totalmente objetiva, pero a veces acudí a eventos con ese sentimiento. Supongo que no se le puede caer siempre bien a todo el mundo”.

Esther Doña HOLA 4030©Andrés García Luján

Los hijos del marqués

Siempre se ha especulado sobre la relación de Esther con los hijos del marqués de Griñón: Manuel y Xandra, fruto del matrimonio de Falcó con Janine Girod; Tamara, la hija que tuvo con Isabel Preysler; y Aldara y Duarte, los pequeños de la familia, nacidos de su matrimonio con Fátima de la Cierva. “Nunca hubo ningún tipo de enemistad. Todo lo contrario. A Sandra la conocí casi desde el principio y mi relación con ella siempre fue amable y amistosa. Con Manuel, el mayor, la relación era más distante, pero siempre cordial”, aclara.

Respecto a Tamara, asegura que la actual marquesa de Griñón “siempre mostró felicidad y alegría por su padre”. “Aunque algunos medios se han empeñado en mostrar que entre nosotras hay enemistad, lo cierto es que prácticamente no ha habido relación”, apunta la autora del libro. “Lo que ambas hemos compartido ha sido un gran amor y respeto por el mismo hombre”. Esther explica que con los pequeños, Duarte y Aldara, es con quienes más relación ha tenido. Define a Aldara como “una chica inteligente y entregada a sus convicciones”. “Siempre fuimos buenas amigas. Además, tenemos en común nuestra férrea defensa de los animales”, desvela.

Esther Doña HOLA 4030©Andrés García Luján

Por primera vez, Esther también reconoce que su boda con Falcó causó cierta consternación en la familia del aristócrata. “Puedo entender que ambas familias sintieran escepticismo y hasta enfado cuando Carlos y yo nos casamos prácticamente sin avisar”, admite.

Su amistad con Julio Iglesias

Se han escrito ríos de tinta sobre la relación de Esther con Julio Iglesias. ¿Fue su corista? ¿Su bailarina? ¿Su amiga? ¿Cómo lo conoció? Ella responde todas estas incógnitas en su libro. “Yo le conté a Carlos que conocía a Julio, y, entre risas y asegurando que lo preguntaba por simple curiosidad, quiso saber si había tenido una relación amorosa con él. Por mucho respeto que hubiera entre ambos, estaba segura de que a Carlos no le hubiera hecho ninguna gracia tener más intereses amoroso en común con el cantante”, explica. “Si le hubiera dicho que sí, quién sabe si no hubiera dejado de hablarme ese mismo día. Ese pensamiento nos hizo reír bastante. La verdad era que yo a Julio lo había conocido hace años en Málaga, en un evento al que también me acompañaba mi hermano. Julio me ofreció hacerme una prueba para convertirme en bailarina de su equipo, pero no la superé: supongo que lo mío no es el baile profesional. De todas modas, se forjó una amistad y siempre que había ocasión nos reuníamos. Conoció a mi familia y mi hermana Lorena me acompañó en varias ocasiones a su casa de Ojén, donde estaba toda su familia. Pero a pesar de la fama de donjuán de Julio, aquello no llegó a nada más. Entre nosotros no hubo nada”, zanja.

Esther Doña HOLA 4030©Andrés García Luján

Su relación con Isabel Preysler

También se ha especulado mucho sobre la relación entre Esther e Isabel Preysler, segunda mujer de Carlos Falcó y madre de uno de sus hijos. “La única mujer de Carlos a la que he conocido y con la que coincidí varias veces fue Isabel Preysler”, explica Doña. “En 2013, Mario y Carlos habían coincidido en la creación de la asociación Libres e Iguales para mostrar su oposición al separatismo catalán. Desde entonces mantenían una relación amistosa que evidentemente no iba a empeorar al iniciar Mario su relación con Isabel. Más bien, lo contrario. Entre nosotros ha habido siempre cordialidad y respeto”, aclara. “Además, hemos coincidido en muchos eventos e incluso mantenido alguna conversación, los cuatro, con el teléfono en manos libres. Yo siempre llevaba encima el teléfono de Carlos, o él el mío: entre nosotros no había secretos. Casi cualquier conversación la teníamos en manos libres. La confianza era plena”.


TEXTO: MARTÍN BIANCHI

FOTOS: ANDRÉS GARCÍA LUJÁN

ESTILISMO: CARLA AGUILAR

MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: PEDRO CEDEÑO

MUEBLES Y DECORACIÓN: BANAK IMPORTA

ASISTENTE DE ESTILISMO: PAULA CARVAJAL

Más sobre