Actualidad

¿Le ha quedado alguna secuela a María Teresa Campos?

María Teresa Campos acaba de recibir el alta después de haber permanecido una semana bajo cuidados médicos. Su estado de salud es bueno, pero ahora debe comenzar el proceso de recuperación. ¿La primera medida? Un cambio en su estilo de vida

Por hola.com

Hoy se cumple una semana desde que María Teresa Campos fuera ingresada en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid para ser atendida de la isquemia cerebral que sufrió el pasado 16 de mayo. Durante toda esta semana, la veterana presentadora ha estado bajo los exhaustivos cuidados de los profesionales sanitarios del hospital y sometiéndose a diferentes pruebas para determinar la causa del evento cerebrovascular que sufrió y para descartar que la interrupción del suministro de sangre al cerebro no le dejara secuelas serias. María Teresa Campos acaba de recibir el alta hospitalaria en medio de una gran expectación, pero ¿le ha quedado alguna secuela?

Te interesa: La isquemia cerebral de María Teresa Campos ¿Qué es y cómo tratarla?

Según fuentes del hospital, su evolución ha sido favorable en estos siete días y actualmente cuenta con un buen estado de salud. María Teresa Campos estuvo consciente, hablaba sin dificultad y se movía con normalidad a las pocas horas de sufrir la isquemia cerebral. No obstante, su hija Terelu ha referido en varias ocasiones que tenía afectada la visión: “Si se tapa un ojo, ve. Si se tapa el otro ojo, ve. Solo en la visión compartida de los ojos es cuando pierde la focalización y te ve doble, triple… y no puede caminar así”. A día de hoy, continúa manifestando este problema. De hecho, los médicos le han aconsejado mantener uno de los ojos tapados para no sufrir los desequilibrios propios de esta parestesia ocular.

Los problemas de visión de María Teresa Campos

La paresia ocular “es una pérdida parcial de la función motora de uno o varios de los músculos que mueven el ojo. El paciente habitualmente nota diplopía (visión doble), ya que habitualmente provoca un mal alineamiento entre ambos ojos (estrabismo)”, detalla el doctor Javier Fernández-Vega Sanz, director de las Unidades de Oftalmología Pediátrica y Oculoplastia del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. El origen de la paresia ocular es múltiple; sin embargo, en el caso de María Teresa Campos queda clara su íntima relación con la isquemia cerebral transitoria que sufrió.

Según el doctor Fernández-Vega, dependiendo de la gravedad de la isquemia, el cuadro puede ser transitorio, es decir, que dure semanas o incluso meses, o definitivo. El oftalmólogo recomienda, en todo caso, “mantener una actitud expectante para comprobar la evolución”, sobre todo, en el caso de María Teresa Campos: “Dado el poco tiempo transcurrido, todavía hay que esperar a ver cómo evoluciona y, entre tanto, hacer oclusiones alternas de los ojos con un parche para evitar la incomodidad de la visión doble”.

En caso de que el cuadro de paresia ocular no se resuelva del todo y el paciente presente diplopía permanente, se podría tratar de dos formas: “Si el ángulo de desviación es pequeño, se puede tratar con prismas, unas gafas con un cristal especial; si el ángulo de desviación de la visión es muy grande, la solución es la cirugía de estrabismo”.

Deberes para María Teresa Campos: cambios en su estilo de vida

Los médicos le han aconsejado a María Teresa Campos que fortalezca el nervio óptico con unos ejercicios dirigidos que consisten en seguir con la vista el dedo de otra persona, quien dibujará un cuadrado imaginario en el aire. En total, 60 movimientos oculares que deberá realizar al menos tres veces al día. "Mi hermana y yo parecemos azafatas indicando las salidas del avión", ha comentado Terelu.

Otra de las tareas que tiene ahora María Teresa Campos por delante es tomar medidas para que no vuelva a repetirse este episodio, pues el hecho de haber padecido una isquemia cerebral incrementa enormemente el riesgo de sufrir otra más adelante. El doctor Antonio Russi, neurólogo del Centro Médico Teknon, advierte incluso que los ataques de isquemia cerebral pueden terminar produciendo un ictus en un futuro si no se toman medidas de prevención.

Estas pautas están centradas, sobre todo, en cambios en el estilo de vida. Además de la edad, el sexo o la herencia genética, que son factores de riesgo no modificables, existen una serie elementos que pueden ser los responsables de que se produzca una isquemia cerebral: la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo o la hipertensión arterial, entre otras.