Gabi, la novia asturiana del vestido de mangas abullonadas lleno de historia

Se trata de un diseño de Inés Martín Alcalde confeccionado con colcha francesa de tela Cornelli del siglo XX

Por Regina Navarro

Hay chicas que tienen muy claro el tipo de vestido de novia que buscan. Y, generalmente, suelen saber qué diseñador encaja más con su personalidad. Cuando empezó con los preparativos de su boda, Gabi tenía claras ambas cosas. "Fui con mil bocetos e ideas a Inés Martin Alcalde, ya que conozco hace años a Leti Colas, su socia –nuestros maridos son amigos de toda la vida–, y ellas terminaron de dar las ultimas pinceladas a lo que yo tenia mente. Nos juntamos en enero para tomar medidas y no volvimos a vernos hasta finales de agosto que volví a España y me hicieron el vestido en el mes de septiembre".

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Aunque hace tiempo que no vive en nuestro país, Gabi es asturiana, como Miguel, su marido. Él es arquitecto. Ella farmacéutica, aunque también estudió perfumería en París. Por eso no sorprende que sepa apreciar los pequeños matices, esos que ayudan a convertir un aroma cualquiera en el más embriagador de los perfumes. O, trasladándolo al mundo nupcial, un vestido de novia en una pieza única, llena de historia. Como el suyo. "El vestido es una joya, ya que es colcha francesa de tela Cornelli del siglo XX que, como me comentó Inés, ya no se hace. Me encantan las mangas abullonadas y fue una buena idea para darle volumen. Para lograr un toque más moderno le pedí que pudieran remangarse, me parecía un contraste ideal entre la tela y el diseño. En la espalda pusimos otro encaje diferente y quedó un vestido precioso", nos explica.

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Detalles, de los que marcan la diferencia

Como complementos Gabi optó por unos pendientes antiguos estilo Art Decó, regalo de boda, y su anillo de pedida de Suárez. Para los zapatos apostó por un clásico: los Sligback, de Chanel. "Siempre me han gustado y también quería que fuera un zapato que pudiera ponerme después de la boda y este clásico antes o después iba a estar en mi armario y pensé ¿que mejor momento que mi boda?", relata. La asturiana optó por llevar la melena recogida en un elegante moño trenzado, obra de Velasco peluqueros. Sencillo y atemporal, el peinado perfecto para lucir un largo velo con el que entró a la iglesia. ¿Y el ramo? "Fue obra de Pando Floristas. El diseño de toda la boda lo fuimos haciendo los meses previos con Cartu y su equipo de Flamintgo, inspirándonos en México y en un estilo tropical". Y el ramo, silvestre y con predominio de los verdes, encajaba en esa línea.

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Gabi es una de esas novia que se ha sumado a la tendencia de elegir un segundo vestido para su gran día. Cada vez son más las chicas que apuestan por sorprender a los invitados con otro diseño en su boda o, al menos, con una pieza que evolucione a lo largo de la ceremonia. "Para la cena y el baile me cambié de vestido  y zapatos para estar más cómoda y disfrutar al 100%. Y también me apetecía un vestido diferente, moderno y muy yo. ¡Con el pelo suelto y un maquillaje más marcado! Quería un vestido de fiesta noche, pero muy especial. De este diseño se encargó el diseñador Miguel Crespí. También me puse unos pendientes de perlas de la marca australiana Christie Nicolaides, una firma de joyas brutal que conocí gracias a Cartu. Las dos somos unas apasionadas de las joyas y la moda. Me cambié de zapatos y me unas sandalias doradas de Stuart Weitzman", explica.

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Una boda de cuento en Gijón

Gabi y Miguel se conocieron en el verano de 2009 en Gijón y poco después empezaron a salir. En 2012 se mudaron a México, y entre los dos países y Estados Unidos transcurrieron sus últimos años de noviazgo. Pero si algo tenían claro era que el gran paso lo darían en su tierra. "Gracias a las recomendaciones de nuestra amiga Ana Gayoso me puse en manos de mi querida Cartu Calderón de Aguinaga, que posee la empresa de eventos Flamintgo, para la organización de toda la boda. He de decir que nos hemos hecho inseparables y grandes amigas. La verdad es que fue una gozada trabajar juntas a pesar de la distancia, México-Estados Unidos-Madrid. Nos entendimos desde el primer momento, y salió todo perfecto", cuenta la novia.

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Gabi y Miguel eligieron la Parroquia de San Julián de Somió para su 'sí, quiero', y el Real Club de Golf de Castiello –aseguran que es como su segunda casa en Gijón– para la celebración posterior. "Cartu se encargó de la dirección creativa. Elegimos un estilo colonial, con un toque tropical como primer guiño a México. También contamos con la ayuda de Options y fue una maravilla trabajar con ellos. Toda la vajilla, cristalería… eran suyos". El guiño al país no solo se quedó en la decoración, estuvo presente en los vestidos de colores y las guayaberas de lino que llevaron los niños de arras.

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Pero si hay algo que llama especialmente la atención de la boda de Gabi y Miguel, además del vestido de la novia y la cuidada decoración, es la felicidad que se refleja en sus caras. La emoción que siempre está presente en el gran día en los novios y en los invitados. Y esa sensación de alegría que nace de haber dado uno de los pasos más importantes de la vida.

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