El calor no es un buen aliado
En un entorno natural los hurones no padecerían demasiado los estragos del calor, son animales procedentes de los bosques europeos, les gusta la vegetación, vivir a la sombra de los árboles y en los túneles que ellos construyen, muy frescos y guarecidos del sol. Por eso mismo, no están preparados para vivir el calor de España, que a veces puede resultar excesivo para ellos. Más allá de 30ºC estaríamos hablando de un clima por encima de sus necesidades, lo que tiene como consecuencia una fuerte deshidratación y un cambio de humor importante. De nuevo, veremos como el hurón se aplaca y queda cansado y sin ganas de moverse, con la peculiaridad de que sus ojos se vuelven opacos. Debes darle agua, favorecer su hidratación quiera o no, y si es necesario darle de beber con una jeringa, pero con cuidado de que no se ahogue repeliendo el trago.
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