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La protagonista de “Los Angeles de Charlie” encarnó como nadie el concepto de “rubia californiana”, un modelo de chica sana, deportista, amante del aire libre, siempre bronceada y con un pelo que parecía aclarado por el sol, siempre algo más oscuro en las raíces y más claro en las puntas, con mechas de diferentes tonalidades de rubio.
Su melena era, junto a su deslumbrante sonrisa, una de sus señas de identidad, tanto que el pelo por debajo de los hombros, cortado a capas para darle movimiento y con mucho volumen, fue copiado en todo el globo. |
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