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Desde que iniciara su carrera en Hollywood, seguir los pasos de su ídolo Jean Harlow, la primera rubia platino de gran éxito de la pantalla, fue la obsesión y meta de esta joven californiana que comenzó como modelo bajo el nombre de Norma Jean. Su primer agente le recomendó aclararse su pelo castaño natural para que resultara más atractivo en las fotos, y desde entonces, lo fue haciendo cada vez más rubio hasta que quedó totalmente platino.
Consciente de la importancia de su imagen, retocaba las raíces cada semana, y cuando salía de viaje, se hacía acompañar por su peluquero para tenerlo siempre impecable. Y, consciente de la forma en que su cabello destacaba, no dudaba en decir a todos sus directores, “con una rubia en el set hay suficiente”, razón por la que pedía que el resto de las actrices fueran siempre castañas o morenas. No por nada, el “rubio Marilyn” fue el color de cabello más pedido por las americanas a finales de los años 50, durante el apogeo de su fama. |
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