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Las navidades llegan con un cambio de tradiciones para la Familia Real de Bélgica, que esta misma semana han trasladado sus mejores deseos para las fiestas en una felicitación. Este 24 de diciembre, los reyes Felipe y Matilde y sus cuatro hijos, los príncipes Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Éléonore no celebrarán el concierto de villancicos en el Salón del trono del Palacio Real de Bruselas como habían hecho hasta ahora. ¿El motivo? El edificio está en pleno proceso de remodelación y resulta imposible llevar a a cabo en su interior un acto de estas características.
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Este recital, que se emite en televisión el día de Navidad, ha sido siempre una de las fechas marcadas en rojo en el calendario de la Casa Real belga, que se reúne prácticamente al completo. En el acto se agradece al personal que trabaja para la Corona sus servicios durante el año y el jefe del Estado pronuncia un discurso que se graba en los tres idiomas oficiales del país: neerlandés, francés y alemán. En algunas ocasiones incluso han participado tocando algún instrumento Emmanuel y Éléonore, apasionados de la música. En este marco, la Familia Real posa delante del Belén a tamaño real que cada año se instala en el palacio y que este año tampoco veremos.
El concierto también supone una buena ocasión para ver juntos a los cuatro hijos de los Reyes, ya que su primogénita, la duquesa de Brabante, vive en Reino Unido, donde estudia Historia y Política en el Lincoln College de la Universidad de Oxford. Aunque este acto no se llevará a cabo, sí podremos ver a la heredera al trono y sus hermanos en una reunión con voluntarios. El gran ausente será el príncipe Gabriel, quizá por incompatibilidad de agenda puesto que está haciendo la formación militar mientras estudia Ciencias Sociales y Militares.
Un palacio con sello 'eco'
Se estima que las obras del Palacio Real de Bruselas, cuya construcción data de 1820, tendrán un coste de 6 millones de euros. Hay que remontarse a comienzos del siglo XX, con el rey Leopoldo, para situarnos en la última renovación que se había hecho de la fachada, ahora deteriorada por el paso del tiempo y por la contaminación. Se está limpiando la piedra azul y la piedra caliza con agua, mecánica y químicamente; un cuidadoso trabajo que permita mantener la originalidad a la vez que se sustituyen las partes defectuosas y se refuerzan las que fallan. Así lo explicaba Laurent Vrijdaghs, director general de la Régie des Bâtiments, a RTL.
Gracias a la remodelación, el centro de trabajo de la Familia Real belga se convertirá en un edificio eficiente. Para conseguirlo se va a poner, por ejemplo, doble acristalamiento en todas las ventanas y se va a sustituir el sistema de calefacción de gasóleo. Se trata de un impulso 'eco' muy importante para el Rey tal y como ha explicado Xavier Baert, Director de Comunicación del Palacio Real, quien ha resaltado que Felipe de los belgas se interesa por estos temas desde hace muchos años en el marco de sus actividades oficiales. Las obras tienen una duración prevista de un año y medio, pero aún no se ha confirmado si el próximo verano sus puertas estarán de nuevo abiertas.
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