María F. Rubíes: sus confesiones más duras y sorprendentes de la maternidad

‘A mí me ha costado horrores que mi hijo se pudiera quedar con alguien porque lloraba 12 horas de las 24 que tiene el día’, nos cuenta la ‘influencer’

María Fernández Rubíes con su hijo

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Con más de 750000 seguidores en redes sociales, María Fernández-Rubíes puede presumir de ser una de las influencers más conocidas de nuestro país. Admirada por su impecable estilo -siempre figura en las listas de las más elegantes-, desde que hace casi dos años se convirtió en madre por primera vez, ya no sólo comparte sus rutinas ‘fitness’ o consejos de belleza y moda, sino también sus anécdotas y vivencias como ‘mamá primeriza’.

Como ella misma nos confiesa, la maternidad -dio la bienvenida al pequeño Nico en septiembre de 2020- ha cambiado su vida por completo. Ya no se asoma al universo digital de la misma forma, y sus seguidores lo notan.

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María Fernández Rubíes con su hijo©Cortesía de @mariafrubies
María Fernández Rubíes con su pequeño Nico.

Ahora, en esta entrevista como embajadora de Fisher-Price, María se sincera sobre todo aquello que no se ve en su perfil y sobre lo complicado que puede llegar a resultar conciliar una profesión como la suya –“al final, te absorbe mucho”- con la crianza de su hijo, que sufrió ERGE silencioso/oculto (enfermedad por reflujo gastroesofágico) y, como muchos otros niños, problemas de sueño.

María F. Rubíes©@mariafrubies
María nos confiesa que ha cambiado mucho tras su maternidad.

- María, hace casi ya dos años que diste a luz. ¿Cómo has vivido tu maternidad durante estos dos años que no han sido nada corrientes debido a la pandemia?

- Al final siempre digo que yo no puedo hacer una comparativa porque yo no he sido madre antes de la pandemia. Yo me he encontrado con esa sensación de incertidumbre estando ya embarazada: me enteré de mi embarazo en febrero y al mes siguiente ya tuvimos que quedarnos en casa. Para mí lo más duro fue pasar los primeros meses encerrada. Me acuerdo de baile de hormonas, de que aquellos meses los vivimos en un piso muy pequeño en Madrid… Además, yo había tenido un aborto antes, lo cual te agobia un pelín. No me agobiaba lo que era la pandemia en sí -no soy muy aprensiva-, lo pasé mal porque se me juntaron muchas cosas. Mis padres viven fuera, estaban en Luxemburgo, así que no pude disfrutar mucho de mi familia. También es cierto que, después, cuando nació Nico, tampoco viví las visitas en el hospital como me habían dicho que serían, con todo el mundo visitándome -lo que puede resultar un poco pesado-, entonces eso, en parte, se agradece.

- ¿En qué te ha cambiado ser madre?

- He cambiado mucho. Yo no sé si se sumó la pandemia al hecho de ser madre, pero yo, como mucha gente, supongo, vivía muy deprisa, viajaba un montón… Me acuerdo que me quedé embarazada a principios de ese año 2020 y los meses previos casi no había coincidido con mi marido en casa. La pandemia nos hizo parar a todos de golpe, pero a mí ser madre, disfrutar de los pequeños momentos, estar con Nico cuando da los primeros pasos… me ha hecho ver lo verdaderamente importante, valorar esos momentos y decir: ‘Jo, quiero estar ahí al cien por cien’. Te lo digo porque, al final, las influencers estamos mucho con los teléfonos, consumiendo mucho contenido digital (que es importante para el trabajo), y te absorbe mucho. Por eso, lo que intento es estar de verdad cuando estoy con Nico. Me he enfocado en priorizar e intentar vivir esos momentos al cien por cien. Parece una tontería, pero no lo es.

María Fernández Rubíes con su hijo©Cortesía de @mariafrubies/ @milimalimon
La ‘influencer’, que desde hace dos años es embajadora de Fisher-Price, nos cuenta que a su hijo le encanta jugar tanto solo como con ella.

- De hecho, hay algunas influencers que han hablado de también ese sentimiento de ‘culpabilidad’ por no estar al cien por cien con sus hijos… ¿A ti te ha pasado? ¿Te has sentido culpable alguna vez?

- Quien me conoce sabe que yo antes vivía muy deprisa. Ahora intento escoger las cosas importantes, las acciones que más me gustan, trabajar con las marcas que más me representan… Procuro filtrar mucho más. Antes no tenía ningún problema ir a todos los eventos. Ahora, en cambio, incluso me han dicho que subo el contenido muy tarde, pero no puedo estar publicando contenido a la vez que lo creo porque eso lo que provoca es que, al final, estoy completamente metida en el teléfono y me siento un poco asocial, no sé… Como si estuviera viviendo una vida que no estoy viviendo al cien por cien.

Creo que, como influencer, hacer esto quizá no es tan bueno porque a la gente le encanta que sea todo como muy inmediato, muy espontáneo. Yo puedo grabar un momento a mi hijo porque me hace gracia, pero dejo después el móvil porque si me pongo a editar… Entonces pierdes el momento, ¿sabes? Eso creo que a la gente no le ha gustado. Sin embargo, es un cambio que he experimentado. Antes pensaba que la gente tenía que verlo en el momento, pero yo he perdido esa inmediatez. Es que no me da la vida. Si no, no estoy.

María F Rubíes©@mariafrubies
‘Procuro filtrar mucho más’, nos confiesa la ‘influencer’.

- Pero, aunque no tengas esa inmediatez, ¿tú te sientes bien con el cambio?

- Claro, claro, yo me siento mucho mejor, ¿sabes? También digo: ‘Así le doy a mis seguidores un contenido más de calidad porque lo pienso más y me lo curro más’. No sé…

- Y como mamá influencer, ¿alguna vez te ha generado dudas subir fotos de Nico a tus redes? ¿Te has planteado dejar de hacerlo a una determinada edad?

- Me lo planteo todos los días (ríe). Es una cosa que me agobia un montón… ¿Sabes qué ocurre? A mí me hace gracia y me hace mucha ilusión compartirlo. Me imagino que, como todas las madres, veo a mi hijo muy gracioso, y, además, quitando todo el tema de exposición de Instagram, es como que todos los recuerdos se quedan ahí… Nico todavía no va a la guardería, pero me planteo que, cuando empiece el cole, quizá sí… Hay días que me agobio mucho… Otras veces me fijo en alguna compañera que no saca a su peque y pienso: ‘Ella no lo saca y encima este artículo que acabo de leer me dice que es malísimo hacerlo’. Después veo a otras amigas que sí los sacan, pero tengo claro que, cuando vaya ya al cole, intentaré no hacerlo… Es muy complicado.

María Fernández Rubíes con su hijo©Cortesía de @mariafrubies
‘Mi niño nació con una enfermedad por reflujo, y siempre tenía principio de bronquiolitis… Cualquier moco se le complicaba’.

- ¿En qué punto de tu maternidad te encuentras?

Estoy en ese punto de que tengo que empezar a educarle, cosa que me cuesta un montón… No me gusta enfadarme. Pienso en lo difícil ser padre o madre, pero sé que mi hijo me está constantemente midiéndome, es muy listo y entiende todo. Está en ese momento en el que se entera de todo, entonces tengo que tener mucho cuidado, hacerle entender que el sí es sí, el no es no… No sé qué voy a hacer cuando sea adolescente (sonríe). Estoy intentando ponerle límites. Como anécdota, en el cumple de mi ‘sobri’, tuvo que llevarse un camión de basura ‘gigante’ porque está obsesionado con él. Todas las mañanas pasa por aquí el camión de la basura y salimos a saludarle, así que le dije a mi cuñada que me tenía que llevar el suyo de juguete porque, si no, Nico me iba a montar un pollo… (se ríe). El otro día también fuimos a casa de Martín, el hijo de mi amiga María (Pombo), y quería llevarse un autobús de unos dibujos animados… Está como loco con los coches y con los animales. Tengo un libro (además le hemos comprado muchos animalitos) y los reconoce. Le digo cosas como para ponerle a prueba.

- ¿Crees que la pandemia (cuando se recomendaba limitar las visitas) ha podido afectar a Nico al principio? 

- Creo que era muy pequeño en ese momento. Mi niño nació con una enfermedad por reflujo, y siempre tenía principio de bronquiolitis… Cualquier moco se le complicaba. Lo pasamos un poco mal porque no sabíamos lo que tenía; y si nació en septiembre, en diciembre cogió Covid. No se sabía muy bien si tenía consecuencias en los niños, efectos secundarios… Sí que es verdad que, por aquel entonces, me daba más miedo juntarle con otros niños, pero no sólo por el Covid, sino porque cogiese cualquier cosa. De hecho, a día de hoy, casi todo es al aire libre (mi amiga María y yo los juntamos mucho en el parque) y cuando le llevo a algún cumple y veo a todos los niños con mocos, pienso: ‘Ya está, mañana va a estar enfermo’, pero porque ha estado muy malo…

María Fernández Rubíes©@mariafrubies

- Hablaste en tus redes sobre sus problemas de reflujo, ¿ha mejorado su salud?

- Tenía intolerancia a la proteína de vaca y la lactosa y lo que hicimos fue cambiarle la alimentación. La leche le sentaba fatal, le ‘desintoxicamos’ de todo el tiempo que había estado tomando leche de vaca, después tuvo que tomar medicación porque tenía un reflujo muy severo… que ya no es reflujo, sino la enfermedad propiamente dicha. A partir del año, empezamos a introducir la lactosa y ahora está mucho mejor.

- Nos comentabas antes que a Nico le encanta jugar

- Sí. Yo soy embajadora de Fisher-Price (llevo casi dos años con ellos). Suelo preguntar mucho y pedir referencias de qué le viene bien en cada etapa. No me gusta que tenga demasiados juguetes alrededor al mismo tiempo porque se satura y, al final, no juega con nada. Sin embargo, si, poco a poco, le voy introduciendo juguetes, me doy cuenta de que les dedica más tiempo. A lo largo del crecimiento de Nico, desde Fisher-Price, como expertos, han estado mucho conmigo. Por ejemplo, Nico tuvo muchos problemas de sueño y ellos tienen una nutria del sueño que tiene canciones, una lucecita… Se convirtió en imprescindible (tenía uno en casa y otro en casa de mis padres).

Me da muchísima seguridad saber que, en su Laboratorio de Juego, desde hace más de 60 años, se juntan los expertos tanto con los niños y con sus padres; y saber que esos juguetes que usa mi hijo han sido testados por otros niños. Porque creo que no sólo es el juguete más adecuado, es el que más le va a enriquecer. Y también la calidad, saber que es un producto de calidad, además de haber sido testado y probado.

“Yo lo he pasado súper mal porque, con el tema del reflujo, Nico lloraba 12 horas de las 24 que tiene el día”

- ¿A Nico le gusta mucho jugar solo o juegas con él?

- Él se entretiene solo, pero también te busca y pide que vayas y que estés con él. A mi hijo le encanta jugar. Cuando viajo, tengo que llevar una maleta llena de juguetes.

- Antes ha salido en la conversación Martín, el hijo de tu amiga María Pombo. Alguna vez habéis compartido en redes lo que sucede cuando se juntan Martín y Nico…

- Mi hijo es un bruto (se ríe), es muy grandote… Y Martín es todo sensibilidad, humor, más bueno… María le dice a Martín: ‘Dale un beso a Nico’, y Nico lo que hace es gritarle. Yo soy muy cariñosa, y es verdad que mi hijo es muy cariñoso cuando hay confianza. De hecho, una de las personas con las que mejor está Nico -sin ser de la familia-, es con mi amiga María. No sé si es porque nos vemos mucho, pero también creo que es por su personalidad. A ella se le dan muy bien los niños y tiene mucha paciencia -y con Nico hay que tenerla-. Es un niño que ha llorado mucho, que es cabezota… Después es el más cariñoso, pero hay que saber llevarlo. Me gusta mucho jugar con ellos porque Martín es un amor y María le lleva muy bien, cosa que es muy importante. Se divierte mucho con ella.

María Fernández Rubíes©@mariafrubies

- De tu círculo de amigas influencers, muchas sois madres y de niños de edades similares, ¿sueles juntar a Nico con otros pequeños?

- Aunque no va a la guardería, en mi entorno hay muchos niños. Mi cuñada tiene cuatro niños, mi hermana, mis amigas, mi prima hermana tuvo un bebé quince meses antes que el mío… Al final intento estar con ellos. Antes me costaba más juntarle porque estaba como más irritable… Al tener tantos problemas a la hora de dormir, tenía que estar mucho más pendiente de sus siestas. Con la ayuda de una coach del sueño, empecé a establecer rutinas.

Lo cierto es que escriben un montón de padres hablando de lo del tema del sueño y empatizo mucho con ellos. Yo lo he pasado súper mal porque, con el tema del reflujo, Nico lloraba 12 horas de las 24 que tiene el día. Por lo del reflujo silencioso, se acostumbró mucho a dormir conmigo (cuando tienes un niño con reflujo te acostumbras a portearle, ponerle en vertical), y cada vez que intentábamos dormirlo, tenía miedo… Me costó muchísimo que adquiriese una rutina del sueño. Ahora que duerme sus horas y es más mayor, es más fácil llevarle. Me gusta mucho que esté con niños, al principio, me daba rabia porque veía que no sociabilizaba tanto y ahora cada vez más.

“A mí me costaba mucho encontrar tiempo para mí y me costó horrores que mi hijo se pudiera quedar con alguien”

- ¿Te sigue resultando complicado conciliar el trabajo con la maternidad?

Cuando no dormía se me hacía más difícil porque el niño estaba muy irritable y cansado. Nadie se quería quedar con él. Yo no tengo un horario fijo, así que no puedo organizarme la agenda como una persona normal. Las influencers tenemos mucha flexibilidad, pero cada día es diferente… y cuanto más trabaje, mejor para mí. De hecho, reduje mucho mi carga de trabajo porque tenía que hacerme cargo de Nico. Me costaba conciliar un montón. Ahora que el niño duerme, es diferente. La gente me pregunta: ‘¿Para cuándo el siguiente?’ Y yo respondo: ‘Mira, a partir de ahora, cuando venga’, pero es que, hasta este momento, yo pensaba en cómo iba a tener otro hijo si no me daba la vida.

Lo más duro era no poder hacer nada. Yo lo comparaba mucho con mi amiga María, que está saliendo mucho en la conversación porque Martín y Nico tienen la misma edad. Martín duerme la noche entera desde que el niño tiene tres meses, se va a dormir y ella ‘se olvida’.

- ¿Nico es más de mamá o de papá?

- Es más de mamá. Me acuerdo que a los dos días de nacer Nico, mi marido tuvo que incorporarse al trabajo porque los dos somos autónomos, y yo podía parar un poco más. Por las noches, me he acabado levantando yo siempre. Cuando Manu lo intentaba, el niño gritaba. Así se fue formando un círculo vicioso y me frustraba porque no podía dejárselo ni siquiera a él porque el niño me demandaba a mí. Ahora está reclamando más a su padre.

María Fernández Rubíes con su hijo©Cortesía de @mariafrubies/ @mariaalava

- Me imagino que también es importante reservar un tiempo para ti

- He contado muchas cosas de mi maternidad: que recurrí a una coach para solucionar los problemas del sueño de Nico, que tuve un brote de acné y hormonas debido a que Nico no dormía, conté que no pude ir a muchas cosas… Pero, al final, en Instagram, no cuentas todo, todo. En mi caso, no me gusta contar todo el día penas, pero sí intentas contar cosas que piensas que pueden ayudar a otros, como lo del reflujo (yo no tenía casi información al principio). Hay mucha gente que piensa que, por la vida que llevamos, tenemos mucho tiempo para nosotras y no es así. Nosotras simplemente enseñamos hasta donde queremos. No vas a estar todo el día contando tus desgracias porque la gente también quiere ver cosas buenas y bonitas, después de dos años duros.

A mí me costaba mucho encontrar tiempo para mí y me costó horrores que mi hijo se pudiera quedar con alguien. De hecho, muchas veces he tenido que volver a casa porque me han llamado para decirme que Nico estaba llorando mucho.

Creo que el apego de Nico conmigo se debía a que él lo había pasado muy mal, yo prioricé mi rol de madre sobre el trabajo… Y eso no me lo ha puesto fácil a la hora de dejarlo, de irme… Ahora estoy buscando cada vez más momentos de conexión. Es necesario descansar, tomar un café con una amiga, irte con tu marido a cenar… Vuelves a casa estando más despejada, más tranquila y con más ganas. A mí lo que me pasaba era que estaba enfadada con todo, y no está bien porque también transmites ese enfado y desesperación a tu bebé.