Ricky Merino (OT 2017) sigue asumiendo el 'shock' que supuso salir del programa

Pasar del anonimato a ser reconocido por el público fue una situación que al artista aún le cuesta gestionar

Por M. J. Somoza

Casi todos los que pasan por la misma experiencia cuentan que atraviesan un proceso similar. Desde la primera edición hasta la última, la academia de OT ha lanzado a muchos artistas al estrellato: han estrenado discos, llenado estadios y pasado, en definitiva, de llevar una vida anónima a ser reconocidos por el público. Es un cambio radical de vida que se produce en cuestión de días, por lo que puede ser complicado de asumir. Hace poco así lo aseguraba Natalia Lacunza (OT 2018) y ahora lo ha reiterado de nuevo Ricky Merino (OT 2017) contando su propia experiencia en este tema. “En mi caso, fue un cambio muy radical. Entras siendo una persona anónima, te encierran y cuando sales ha cambiado tu vida entera” explicó en el programa de TVE Entre ovejas.

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Mientras recorría una ruta de senderismo por el monte, el cantante recordó que su edición, fue en la que ganó Amaia, tuvo mucho éxito así que al salir le reconocían por la calle. “Te conoce toda España. Es un shock. Cuesta bastante y estoy todavía en proceso de ir asumiéndolo” aseguró con sinceridad. En su caso, el paso por el talent le trajo un abanico de posibilidades profesionales con las que siempre había soñado. “Trabajaba en hoteles y cantaba seis noches a la semana, pero pensaba ‘¿por qué la gente no me está escuchando?’ y decía: ‘Yo quiero estar en estadios’. Ahora estoy en estadios y dando conciertos y digo ‘¿por qué no soy un disco de oro?’ Soy muy ambicioso” aseguró, explicando que ha ido aprendiendo a dar más valor a las cosas y a dejar de pensar que tiene la obligación de hacer cosas y hacerlas porque le apetece.

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Un carismático showman

Su talento le llevó a las listas con los temas Perfecto, Miénteme y A mi manera, aunque la espontaneidad y naturalidad de su caracter, esa calidad de showman de la que hizo gala en la escuela, le trajo más. Un año después de dejar la academia que le lanzó a la fama regresó pero no en calidad de alumno, sino como conductor del chat que se celebra después de cada directo. Ricky se puso al frente de este espacio en el que las bromas, las ganas de divertirse y también las sorpresas son protagonistas. ¿Quién mejor que él que ha pasado tanto tiempo encerrado sabe lo que necesitan los artistas, nominados y expulsados? Formando equipo con Noemí Galera y los profesores o en solitario, este mallorquín de 34 años convirtió la madrugada de OT en una montaña rusa en la que nunca faltan risas y buen humor. 

Durante estos días en los que el programa ha tenido que ser suspendido por la alerta sanitaria, el artista, como tantos compañeros, organiza conciertos virtuales y deleita a sus seguidores cantando en las redes. El ejercicio es también parte de su rutina en la que, como no podía ser menos, no falta de vez en cuando el humor.