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Ya lo hizo en su primer embarazo y el segundo no iba a ser menos. A pesar de tener las molestias típicas, lo bien que se ha encontrado Sara Carbonero le ha permitido no bajar el ritmo ni un sólo segundo y ha vivido estos nueve meses con mucha intensidad. La periodista ha estado a caballo entre Oporto y Madrid cumpliendo con todos los compromisos de su agenda, además de disfrutar de los suyos, con los que aprovecha cada minuto que tiene libre cuando está en la capital. Pero es que ahí no queda todo, ya que también ha tenido tiempo para comprarse una casa, embarcarse en nuevo proyecto y ¡hasta casarse con Iker Casillas!
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A principios del pasado mes de abril, la revista ¡HOLA! publicó la noticia de que se habían dado el 'sí, quiero' en secreto, algo que nos pilló a todos por sorpresa pero que, al final, fue tal y como ellos querían, en la intimidad. "Se hizo así porque nos apetecía hacerlo así", dijo la periodista. "Nos hemos casado así porque no nos gusta estar en boca de todo el mundo ni que nos estén mirando con lupa (...) En ese sentido estoy un poco contento porque algún gol os hemos metido”, bromeó el portero recientemente refiriéndose a los periodistas.
Además de cumplir con los diferentes eventos publicitarios, sesiones de fotos, gestiones para su firma Slow Love y entrevistas que ya tenía cerradas, Sara se ha embarcado en un nuevo proyecto con el que, si todo sale bien, podríamos verla muy pronto de nuevo en la pequeña pantalla. "Hemos hecho un piloto, una prueba de un programa y tiene buena pinta, pero no te puedo decir mucho. Solo te digo que no es de deportes y es una idea chula, es algo bastante sorprendente", explicó la periodista hace poco.
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Iker y Sara, que han estado recibiendo la visita de algunos amigos en Oporto, están viviendo de una manera especial estos últimos días con su pequeño Martín antes de que nazca el nuevo miembro. Paseos por el parque sobre los hombros de papá, ratos de pintura con mamá e incluso, momentos no tan divertidos, como su última visita a la peluquería, una actividad a la que no parece hacerle especial ilusión al 'peque' de la casa.
Ahora, mientras algunos comentan que el futuro del portero podría estar al otro lado del charco, concretamente en Miami (una información que el propio Iker se encargó de desmentir), ellos siguen con su vida con total normalidad. De hecho, el pasado mes de abril Sara firmó la compra de un caserón en el pueblo de su familia, Corral de Almaguer, en Toledo, un lugar tranquilo que trae a su memoria muchos recuerdos de infancia.
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La edificación, una de las mejores de la localidad toledana, se encuentra en el centro del puebloy todo parece indicar que la reforma ya ha comenzado porque, según parece, Sara querría poder disfrutarla ya este mismo verano. Quizá es aquí donde ha planeado las vacaciones con Iker y sus dos niños y es que, como ha dicho en varias ocasiones, ahora que viven fuera lo que les apetece es volver a casa y reencontrarse con los suyos.
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