Reportaje

El cielo inmobiliario: las viviendas más vanguardistas de Nueva York

Son verdaderos objetos de deseo. Lugares donde el metro cuadrado se cotiza a precio de oro formando edificios de puro lujo y sofisticación. Uno de los últimos en completar el mapa inmobiliario es la torre Platinum que, situada en pleno Midtown de Manhattan, es el nuevo y más novedoso proyecto arquitectónico de Nueva York, y casi del mundo, llevado a cabo por el renombrado arquitecto Costas Kondylis. Hola.com ha acudido a conocerlo.

Por hola.com

Si hasta ahora era la Torre del Reloj, en el barrio de Dumbo, Brooklyn, el centro de deseo de neoyorkinos e inversores gracias a sus privilegiadas vistas sobre los dos imponentes puentes que unen Manhattan y Brooklyn, ahora es la torre Platinum la que ha desbancado a todo lo anterior.

Aún así, merece la pena destacar que el barrio de Dumbo -Down Under the Manhattan Bridge Overpas- la zona de Brooklyn situada bajo el puente de Manhattan, de ahí su particular nombre, es una de las zonas residenciales más demandadas desde que David Walentas, un famoso promotor urbanístico, se empeñara en sacar el máximo partido de esta antigua zona de almacenes y fábricas situada a sólo un par de paradas de metro del distrito financiero de Nueva York, en Manhattan.

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Hoy, numerosos restaurantes, pubs, tiendas y galerías de arte pueblan las calles de esta área residencial donde los apartamentos y lofts son un reclamo para la clase joven y rica de la ciudad. Es aquí desde donde se obtienen las mejores vistas del skyline de Manhattan, una jungla de acero y cristal a los pies de un ático de 25 millones de euros, que es lo que cuesta el último apartamento que queda por vender en la Torre del Reloj, el precio más alto que se ha fijado para una vivienda en Brooklyn.

Celebrities como Beyoncé y su marido, el rapero Jay-Z, ya se han interesado por la vivienda de casi 700 metros cuadrados, 3 plantas y una terraza solarium desde donde divisar más allá de la Estatua de la Libertad, del puente de Brooklyn y del de Manhattan, del Empire State y de Roosevelt Island. Todo un lujo para los sentidos al alcance de tan sólo unos pocos. Iniciada su construcción en 2007 en una situación inmejorable al lado de Times Square y del Theater District, cerca de Grand Central Station y rodeada de los mejores restaurantes y elegantes boutiques, la torre Platinum ha desbancado a sus competidoras y se encuentra a la cabeza de la vanguardia en construcción y decoración.

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Es imposible no quedarse parado, como inmóvil, durante unos segundos al contemplar los 43 pisos de altura de la imponente torre construida en vidrio y acero y resulta inevitable sentirse poderoso al entrar en ella; al fin y al cabo, esto es Nueva York y nos encontramos en la capital del mundo. Ruido, movimiento, luces, gente… todo queda en un segundo plano dentro de la torre, un verdadero oasis para los sentidos.

“Aquí todo está pensando para el relax”, nos aclara uno de los promotores. Claro, es por eso por lo que ahora entendemos qué hace una isla flotante rodeada por una fuente de agua en constante movimiento, y de 8 metros de altura, situada justo frente a la recepción. Y es que según la ciencia Feng Shui, el agua en el hogar influyen en el estado de ánimo, y da la sensación de que el ambiente está más fresco y el aire más limpio.

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Hasta llegar a los apartamentos, merece la pena seguir perdiéndose por este lujoso complejo residencial, donde descubrimos un gimnasio de última generación (con estudios de yoga integrados, simulador de golf, etc.), y un Spa Lounge, con duchas experimentales, salas de tratamientos y masajes y otros espacios al aire libre donde dejar que el tiempo pase como si fueran unas eternas vacaciones y no un condominio de viviendas de lujo situado en mitad de la bulliciosa Manhattan.

Es todo un placer visual descubrir los espaciosos apartamentos de este futurista rascacielos, en una ciudad en la que el metro cuadrado se cotiza a precio de oro y las viviendas se reducen a la mínima expresión. Aquí no hay paredes, sino enormes ventanales desde el piso hasta el techo cuyas vistas a través del cristal hipnotizan y por muchos atractivos que ves a tu alrededor, que los hay, es imposible quitar la vista del frente y observar que mientras la ciudad nunca para, nosotros estamos en mitad de la nada, desde la altura, inmóviles, como si el tiempo se hubiera detenido.

Paseando por el apartamento da la sensación de encontrarse en la inauguración de una exposición en cualquier galería de arte contemporáneo de la ciudad, pero es que claro, “el lujo también es arte”, nos confirman. Ni que lo diga. ¿Se le puede poner precio al paraíso? En este caso sí, y vivir en un apartamento de un dormitorio en el edificio más vanguardista de Manhattan cuesta alrededor de 2 millones de dólares, sin impuestos. Todo un lujo al alcance de unos pocos que a nosotros nos sirvió para estar durante un par de horas en el cielo inmobiliario de Nueva York.