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SAN GIMIGNANO

Esta ciudad de aire medieval, situada a 58 kilómetros al sur de Florencia o a 40 de Siena, es una pequeña joya de la Toscana que más belleza concentrada no puede tener. Y todo está en su precioso casco histórico plagado de torres. Y es que en San Gimignano se llegaron a construir hasta 72 casas-torre, algunas de hasta 50 metros de altura, por parte de las familias patricias que la gobernaban durante la Edad Media y que lo hacían como muestra de su poderío y con la finalidad de contar con una fortaleza urbana. De las que se construyeron hoy solo quedan 14, la más alta con 52 metros, la llamada Torre Grande, en la plaza de la Catedral.

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ROMA

La ciudad eterna derrocha belleza por todos sus poros. Son tantos los monumentos que dejan extasiados a los visitantes, los distintos barrios por los que perderse, cada uno con su particular encanto, que Roma siempre es una buena opción de escapada, porque siempre queda algo por descubrir. Entre sus escenarios más importantes se encuentran los monumentos que la han hecho merecedora de estar en la lista del Patrimonio Mundial: los foros, los mausoleos de Augusto y Adriano, las columnas de Trajano y Marco Aurelio y el Panteón, junto con los edificios públicos y religiosos de la Roma papal.

 

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FLORENCIA

La capital de la Toscana es la causante del famoso síndrome de Stendhal entre algunos de los viajeros que llegan hasta ella. Y es que a veces tanta belleza no es fácil de asumir. Porque eso es lo que ocurre cuando llegas a Florencia, que sufres una sobredosis de belleza y te sientes embriagado y abrumado ante tanto arte. La ciudad en la que grandes genios de la talla de Giotto, Ghiberti, Miguel Ángel, Botticelli o Brunellesqui han dejado su impronta, en la que abren sus puertas palacios y museos que se encuentran entre los más importantes del mundo, tenía que ser Patrimonio Mundial.

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NÁPOLES

“Nápoles ha conservado la impronta de las sucesivas culturas de la cuenca del Mediterráneo y de Europa, desde la época de la colonia griega de Neápolis, fundada al año 470 a.C., hasta los tiempos modernos. De ahí que su centro histórico sea un sitio excepcional dotado de notables monumentos”, esto es lo que nos dice la Unesco sobre el motivo por el que Nápoles es Patrimonio Mundial. Pero hay mucho más. Nápoles es anárquica, artística y hermosa. Un paseo por el casco histórico es lo mismo que un paseo por su historia: la piazza Garibaldi, el Palacio Real, Santa Clara, San Lorenzo el Mayor y castillos como el Nuevo se van sucediendo por el camino antes de hacer parada en sus mercados o comernos una pizza.

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SIENA

El mismo año que la Unesco declaró el centro histórico de Nápoles como Patrimonio de la Humanidad, lo hizo con el de Siena, de la que dice es “la encarnación de la ciudad medieval por excelencia”. Fue en los siglos XII y XIII, durante la República de Siena, cuando esta ciudad alcanza su época de mayor esplendor. Su catedral es la más grandiosa de la Toscana y la piazza del Campo, en pleno centro histórico, una de las más famosas de Europa, donde se celebra cada verano el Palio, una carrera de caballos en la que compiten los barrios históricos de la urbe y que atrae a miles de visitantes a Siena.

 

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PIENZA

No hay que salir de la Toscana para dar con otra de esas ciudades cuyo centro histórico es Patrimonio Mundial, así que tampoco es mala idea ir enlazando unas con otras en una ruta. De Pienza se dice que es la primera ciudad renacentista, localidad natal del papa Pío XII, quien decidió transformarla en una ciudad ideal, creando hermosos palacios y encargando a Bernardo Rosselino, discípulo de Leon Battista Alberti, la catedral de Santa Maria Assunta, la gran joya renacentista de la ciudad.

 

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URBINO

En la región de las Marcas y a pocos kilómetros del Adriático, Urbino es uno de los mayores ejemplos de ciudad del Renacimiento. Rodeada de murallas, en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad no te puedes perder el palacio Ducal, la catedral o la fortaleza de Albornoz -situada en lo más alto de la ciudad y con magníficas vistas-. Imprescindible también la visita a Casa Santi, la cana natal del pinto Rafael Sanzio y donde vivió en sus primeros años de formación como artista (casaraffaello.com).

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VERONA

En Verona no solo es el centro histórico lo que declaró la Unesco, allá por el año 2000, como Patrimonio de la Humanidad, porque en este caso lo hizo con la ciudad entera. Dicen de ella que es la ciudad más romántica de Italia, difícil elección, aunque sí es una de las que más restos romanos conserva (tras Roma y Pompeya). En ella hay que pasear por su encantador casco histórico, visitar la Casa de Julieta (el rincón de Verona que más turistas recibe), cruzar el puente de Piedra y entrar en la Arena (el tercer anfiteatro más grande del mundo). Después hay que ir a disfrutar de la puesta de sol desde el castillo de San Pedro, porque no hay mejor panorámica.

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VICENZA

la ciudad de Vicenza, al norte de Italia y a una hora de Venecia, es Patrimonio de la Humanidad. No su centro histórico, que también, sino la ciudad completa junto con las villas Palladianas del Véneto. Lo que la hace tan excepcional es la obra de Andrea Palladio, tantos sus construcciones urbanas como las villas campestres que edificó en toda la región en el siglo XVI. Entre las más bellas están la villa Thiene, villa Saraceno y villa Angarano.

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FERRARA

La ciudad renacentista de Ferrara fue considerada en el año 95 como Patrimonio Mundial para ampliarlo años después e incluir el delta del río Po. Una localdiad donde son visibles las huellas de la Edad Media y del Renacimiento en sus edificios con un encantador casco antiguo que se recorre a pie o en bici, ya que Ferrara es conocida como “La ciudad de las bicilcetas” y en ella este medio de transporte se adueña de las calles.

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VENECIA Y SU LAGUNA

Venecia es toda ella una obra maestra. Desde sus edificios majestuosos a sus pequeños monumentos, toda la ciudad se encuentra protegida como patrimonio. Mucho se habló en 2023 sobre que el Comité del Patrimonio Mundial había advertido a Italia de que no hacía lo suficiente por proteger a la ciudad del excesivo turismo e incluso llegó a recomendar su inclusión en la lista del patrimonio en peligro. Sin embargo, finalmente no quedó incluida en ella y la ciudad ha tomado medidas en los últimos tiempos para controlar el exceso de visitantes.

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