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Son muchos los motivos que invitan a una escapada a Colonia durante el invierno y más si se cubre con un manto blanco. Porque el frío y las escasas horas de luz se compensan con otros encantos, como sus famosos mercadillos de Navidad, a partir de diciembre; también durante el mes de enero, para celebrar la venida de los Reyes Magos visitando su relicario, que se encuentra en esta ciudad. Aquí llegó tras recorrer un largo camino, cuando en el siglo XII el emperador alemán Federico I Barbarroja regaló estas reliquias a la ciudad, procedentes de Milán y antes de Tierra Santa. Fue gracias a ellas cuando se decidió iniciar la construcción una catedral, en el siglo XIII, a la altura del tesoro que guardaban. Así comenzaron las obras del que hoy es uno de los edificios de culto más grandes del mundo y una de las iglesias góticas más importantes de Europa, que recibe cada año miles de peregrinos.

También febrero es un buen mes para la visita, cuando celebra su famoso carnaval, el más importante de Alemania y uno de los más importantes de Europa. Es el momento de olvidarse del frío y salir a las calles que se llenan de ambiente, música y muchos litros de su emblemática cerveza kölsh para ayudar a entrar en calor.

Te damos todas las pistas para ir pensando en la primera salida del año, porque viajar en invierno también tiene ofrece muchas ventajas.

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LA URNA DE LOS REYES MAGOS

A orillas del Rin, es a la Kölner Dom -la catedral de esa ciudad de Alemania- y su doble torre de 157 metros de altura, a la que hay que subir para admirar las mejores vistas de la ciudad. Pero si hay algo que se llega buscando a este templo gótico Patrimonio de la Humanidad es el lugar donde descansan los Reyes Magos, porque en su interior alberga la arqueta con las reliquias de Melchor, Gaspar y Baltasar.

El relicario tiene forma de basílica y es de enormes proporciones en comparación con otros: 2 metros de longitud, 1,50 de alto y unos 300 kilos de urna realizada en oro y plata con esmaltes y joyas incrustadas y un minucioso trabajo de orfebrería, de un valor incalculable.

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CHOCOLATE PARA ENTRAR EN CALOR

Para endulzar la visita a Colonia, la mejor idea es el Museo del Chocolate (schokoladenmuseum.de), un lugar para oler, degustar y sentir. Ocupa un moderno edificio en la península del Rheinau cuyo interior invita a un viaje por la historia de de esta producto que se remonta 3.000 años atrás. A lo largo de sus dos plantas se puede aprender cómo se cultiva, ver el proceso de fabricación de las tabletas, las trufas o las figuras y hasta saborear, mojando un barquillo en su gran fuente de chocolate caliente que fluye a tres metros de altura.

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VAMOS AL CENTRO HISTÓRICO

De esencia medieval -aunque en gran parte reconstruido- el centro histórico de Colonia se sitúa junto al Rin, enmarcado entre los puentes Deutzer y Hohenzollern. Por él se pasea despacio por calles adoquinadas, recalando en sus estrechas casas con fachadas de colores y rematadas por empinadas cubiertas, buscando algunas de sus iglesias medievales, como la de San Martín, o sus plazas llenas de ambiente, como las de Heumarkt o Alter Markt, donde ponen mercados navideños.

 

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PASEO FLUVIAL POR COLONIA

Después de la visita a pie por el casco antiguo de Colonia hay que subirse a uno de esos barcos que surcan el Rin, el gran río europeo, y contemplar la ciudad desde otro punto de vista, disfrutando de la cerveza local.

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VA DE ROMANOS

Colonia fue una importante ciudad en el Imperio Romano, donde nació Julia Agripina, madre de Nerón. De aquella época conserva numerosos restos en el Museo Romano Germánico, que se levanta sobre una villa del siglo III, cerca de la catedral. En su interior muestra una importante colección de objetos de las excavaciones de la antigua colonia romana Claudia Ara Agrippinensium. El mosaico restaurado de Dioniso, que cubre el suelo, la tumba de Publicio o la colección de vidrio romano son algunos de sus tesoros.

 

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UN PLAN PARA MODERNOS

Arte abstacto, expresionismo alemán, surrealismo… hasta el pop art tienen cabida en el Museo Ludwig, en la lista de imprescindibles de los amantes del arte contemporáneo. Pero no es lo único porque también acoge una de las más importantes colecciones de obras de Picasso de Europa en un moderno edificio que también acoge a la Filarmónica.

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DE COMPRAS EN LAS REBAJAS

También Colonia es una ciudad de compras y más si la visitamos durante las rebajas. Dos calles son imprescindibles: Schildergasse, la más famosa de toda Alemania, y, en sus inmediaciones Hohe Strasse, con grandes almacenes y sucursales de marcas conocidas. Ehrenfeld, con pequeñas boutiques y tiendas con ropa exclusiva, Mittelstraße y Pfeilstraße o el final de Schildergasse, en el lado norte de Neumarkt.

 

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