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"Jávea sublime, inmensa, esto es todo una locura de sueño, el mismo efecto que si viviera dentro del mar […] este es el sitio que soñé siempre, Mar y Montaña, pero ¡qué mar!». Así describía esta localidad el pintor valenciano Joaquín Sorolla esta localidad a su mujer cuando la vio por primera vez en 1896. Una costa tan diferente al resto del litoral alicantino y tan parecida a la de las Baleares para disfrutar de cerca y con distancia desde su ruta de los miradores. Son 29 kilómetros y 15 puntos estratégicos a los que se puede acceder en coche, señalizados y con carteles informativos para disfrutar de las vistas espectaculares. Los más en forma pueden llegar a todos ellos a pie o en bicicleta, aunque para ello tendrán que superar un desnivel de 514 metros e invertir entre 3 y 4 horas y media, respectivamente.

 

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ELS MOLINS, EL PRIMER MIRADOR DE LA RUTA

En el mismo Jávea –sobre el que despunta la imponente silueta de la iglesia-fortaleza de San Bartolomé– arranca la ruta que lleva al primero de los miradores. Para ello hay que tomar la carretera CV-736, que une esta localidad con Denia, y seguir un recorrido que asciende lleno de curvas entre la ladera este del Montgó y el mar. Una vez arriba, hay que tomar a la derecha la carretera hacia el cabo de San Antonio (CV-7362). A unos 150 metros se encuentra el camí dels Molins.

 

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En esta zona, en pleno Parque Natural del Montgó, pueden verse 11 molinos de viento construidos entre los siglos XIV y XVIII. Estratégicamente ubicados en la loma del cabo de San Antonio, aprovechaban para la molienda del trigo el llebeig, un viento del suroeste que sopla prácticamente todo el año. Tras dejar de utilizarse en el siglo XIX, hoy la mayor parte de ellos están huecos y algunos están siendo restaurados. 

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MIRADOR DEL CABO DE SANT ANTONI

Para acceder al segundo mirador, el del cabo de Sant Antoni, hay que regresar a la carretera que lleva al cabo y donde termina, a 150 metros de altura sobre el nivel del mar, se disfruta de unas vistas espectaculares: hacia el norte, una línea costera que cae en un impresionante acantilado, Denia y el golfo de Valencia; hacia el sur, la mirada abarca toda la bahía de Jávea hasta el cabo de San Martín, también llamado cabo Prim.

 

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Tras desandar camino hasta el pueblo, hay que bajar al núcleo urbano del puerto, donde se encuentran el puerto pesquero, el club náutico, la iglesia de la Virgen del Loreto –con su original techo en forma de quilla de barco– y la playa de la Grava (en la imagen). La carretera que lleva al siguiente mirador discurre paralela a la costa y conduce, en dirección sur, hasta la bahía del Arenal, el llamado primer Montañar. 

 

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A la izquierda quedan el mar y la playa del Benissero, que se prolonga a lo largo de 2 kilómetros alternando superficies de grava y de piedra tosca, tan característica de esta zona, que se utilizó para la construcción desde tiempos de la antigua Roma.

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MIRADOR DE LA PUNTA DEL ARENAL

Al final, justo antes de llegar al Canal de La Fontana, el Parador abre paso a la playa de El Arenal, una pequeña bahía que se cierra al sur con la punta del Arenal. Desde ese mirador se disfruta de una espectacular vista del cabo de San Antonio y también del Montgó, cuya silueta parece desde esta perspectiva el perfil de un rostro humano. A su izquierda se pone el sol y en días despejados o de poca nubosidad merece la pena contemplar la espectacular puesta desde alguna de las terrazas del extremo del paseo que bordea la playa.

 

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MIRADOR DEL PORTIXOL

Tras la punta del Arenal la ruta continúa, siempre en dirección sur, por el llamado segundo Montañar, en uno de cuyos cruces una señal indica la dirección hacia el cabo de la Nao. En el recorrido entre urbanizaciones y pinos, hay que hacer un alto en el mirador del Portixol, identificable por una cruz de tosca situada a la izquierda, al borde de la carretera. La vista, con el islote del Portixol al frente, merece la parada: aguas limpias con tonalidades que recorren toda la gama de los verdes y azules y unas pinadas que llegan casi hasta el mar. 

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MIRADOR DE CAP NEGRE

Un poco más adelante, pasado el desvío a La Granadella, la carretera lleva hasta el Cap Negre. Desde lo alto, los acantilados cubiertos por un tupido bosque de pino carrasco y una panorámica que permite abarcar con la mirada el Montgó, el cabo Prim, el de San Antonio y el islote del Portixol, cortan el aliento.

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MIRADOR DE LES PESQUERES

Punto de encuentro entre los golfos de Valencia y de Alicante, el cabo de la Nao es el extremo más oriental de la península ibérica y el más cercano a la isla de Ibiza, visible en los días más despejados. Declarada microrreserva botánica, su vegetación de pinos blancos, palmitos, acebuches, chumberas es típicamente mediterránea. Hay que dejar el faro a la izquierda y acercarse al mirador situado en lo alto del acantilado. La vista desde aquí es impresionante. En los escarpados acantilados de esta zona los lugareños se descolgaban con cuerdas –algunas de las cuales aún pueden verse colgando de las peñas– para pescar; de ahí el nombre de la zona en la que se sitúa el mirador de Les Pesqueres. 

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MIRADOR DE LA GRANADELLA

Retomando la carretera de regreso a Jávea aparece la desviación que lleva al mirador que cierra este recorrido: La Granadella. Situada en la desembocadura de dos barrancos de pino carrasco, esta cala abriga una de las más hermosas playas del litoral levantino: pequeña, de cantos blancos y aguas cristalinas, cuenta con unas praderas de posidonia que atraen a numerosos buceadores. Aquí los pinos casi bañan sus troncos en el agua. Disfrutar de una paella bajo estos árboles en el restaurante Llebeig es una buena manera de finalizar este recorrido por Jávea y sus miradores.

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Después de hacer la ruta, una buena opción es conocer la Cova Tallada, la espectacular gruta se encuentra bajo un acantilado de la Reserva Natural del cabo de San Antonio. En el medievo fue tallada para extraer piedra tosca, y de ahí su nombre. Desde Jávea es accesible por la CV-736 en dirección Denia, siguiendo las indicaciones al cabo de San Antonio. El último tramo es un sendero que hay que recorrer a pie y que finaliza en una bajada pronunciada. 

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DÓNDE COMER Y DORMIR EN LA RUTA

Una vista privilegiada, además de excelentes arroces y pescados se disfrutan en La Perla (laperladejavea.com). En Mezquida (restaurantemezquida.com) hay que probar buenos arroces, cocas y un cruet de pescado que gana año tras año el primer premio del Concurso Xàbia al Plat Mariner. Y también en El Sur (restaurantesur.com), ubicado en el lado izquierdo de la cala de la Granadella, este restaurante familiar especializado en arroces y guisos marineros cuenta con barca de pesca propia.

A lo hora de dormir, el Parador de Jávea (parador.es) es una construcción moderna en una ubicación excepcional, con las habitaciones y los cuidados jardines abiertos al mar de la bahía del Arenal. 

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