Montar en bicicleta, observar aves, remar o navegar entre islas… todo ello lo podemos hacer en estas ciudades selecccionadas por European Best Destinations por su calidad del aire y del agua, su biodiversidad, su movilidad urbana sostenible, su calidad de vida... En tiempos de sostenibilidad y ecología, resultan perfectas para combinar una escapada urbana y unas vacaciones en armonía con la naturaleza. City breaks en modo ‘eco’ para planificar tus próximos viajes.
LIUBLIANA
Eslovenia es el país líder en el turismo sostenible en Europa, con destinos como Bohinj, el valle de Soca, Lasko, Idrija y, especialmente, Liubliana, que, además de una de las ciudades más bellas del continente fue Capital Verde Europea en 2016. Con la «Naturaleza en la ciudad» como lema, ocupa el primer puesto en la lista de European Best Destination, y eso se traduce en 542 m2 de espacios verdes por habitante, 200 kilómetros de carril bici, un centro urbano peatonal, la tasa más alta de separación de residuos de la UE y un intenso trabajo para desestacionalizar el turismo.
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HELSINKI
A orillas del Báltico, la capital de Finlandia siempre ha apostado por proteger su naturaleza, tanto la de sus grandes áreas verdes urbanas, como la de sus 7 islas. Por eso, su compromiso ecológico es reconocido en todo el mundo. Sus méritos: tener el aire y el agua más puros del continente y ocupar el segundo lugar entre las ciudades con mejor calidad de vida.
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BERNA
Con un casco antiguo medieval encantador, una de las avenidas comerciales cubiertas más largas de Europa, la colección más importante de obras de Paul Klee, la casa museo del físico Albert Einstein y un parque de osos en plena ciudad, esta ciudad suiza ya tenía razones suficientes para quedar enganchado ella. Pero resulta que va más allá y su calidad de vida figura entre las mejores de Europa, también la del agua y el aire que se respira en ella. Por todo ello y por sus numerosos espacios verdes donde conectar con la naturaleza está en la lista de las ciudades más verdes de Europa.
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GRENOBLE
Un baluarte de la ecología y el medio ambiente. Así es la Capital Verde Europea 2022, ideal para el senderismo, la escalada, el esquí, el ciclismo, una escapada gourmet o de bienestar. Está rodeada de montañas, de bosques y valles, pero esta ciudad francesa también cuenta con grandes espacios verdes, como los parques Pompidou o Champs Elysées, el jardín de Dauphins o el Jardín Botánico. Sus logros en sostenibilidad urbana (gestión de residuos, movilidad, calidad del aire…), sus avances en la mitigación del cambio climático, la reducción de las emisiones, así como la lucha contra la contaminación acústica son sus grandes apuestas.
ESTOCOLMO
La primera Capital Verde europea fue elegida en 2010 y el galardón recayó en la capital sueca, que es como un museo a cielo abierto. Formado por 14 islas, combina la escapada urbana y las vacaciones en la naturaleza con un núcleo urbano medieval, una animada vida cultural que se refleja en su colección de museos, tiendas de diseño, barrios aristocráticos. Pero es también un destino de conciencia ecológica. El 80% de su población se desplaza en transporte público, así pueden disfrutar de las estaciones de metro más bonitas de Europa. Sus numerosos parques, como el Djurgården o el Kungstradgarden, y el mar se hacen onminipresentes.
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NIJMEGEN
Su nombre no suena ni la mitad que el resto de las ciudades holandesas, y eso que no solo es la ciudad más antigua del país, en 2018 también ejerció como Capital Verde Europea. Situada a orillas del río Waal, entre canales y bosques, cuenta con un moderno muelle; dos interesantes museos, el Het Valkhof y el Museo de África; un bonito paisaje fluvial, calles comerciales donde encontrar el mejor diseño o las mejores firmas y una excelente selección de cafés y restaurantes. Un destino joven y de moda centrado en las energías renovables, la movilidad sostenible, la biodiversidad y la protección del medio ambiente.
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COPENHAGUE
La capital de Dinamarca aúna un casco viejo sembrado de historia con la arquitectura de vanguardia más osada. Con una vida cultural de primera, aquí el diseño aflora por doquier, pero es que Copenhague también es la capital gastronómica de Escandinavia. Por si fuera poco, tiene más bicis que coches, amén de ser una de las urbes más ecológicas del globo que en 2014 ejerció como Capital Verde Europea. Sus habitantes, con permiso de Berna, están ¡entre los más felices del mundo!
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TALLIN
La capital de Estonia y futura Capital Verde Europea para 2023 lo tiene todo para ser encantadora, especialmente su ciudad medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con pintorescas casas y callejuelas, un flamante castillo, templos, palacios y una gran plaza mayor llena de cafés y restaurantes. Rodeada de lagos y bosques, pasear o recorrer en bici hoy la capital más turística del Báltico permite descubrir, además, su curiosa mezcla de culturas.
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OSLO
La capital de Noruega, Capital Verde en 2019, es el paradigma del estado de bienestar escandinavo. A su alta calidad de vida y una vibrante escena social suma su combinación de arte moderno y naturaleza en pleno centro urbano. La elegante Karl Johans Gate; la nueva Ópera, que semeja un iceberg varado en la orilla del fiordo; Aker Brygge, su zona portuaria; su fantástica colección de museos repartidos por los paisajes marinos; los edificios nuevos del barrio de Tjuvholmen, el nuevo distrito del arte, el Parque de Esculturas de Vigeland o la nueva cocina noruega la sitúan en la vanguardia de las capitales europeas. Un paseo en kayak o en barco servirá para descubrir la conservación de su naturaleza, pero también a pie o en bicicleta, como lo hacen sus habitantes.
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LAHTI
Puerta de entrada a la región de los lagos de Finlandia, en 2021 esta ciudad a una hora de Helsinki ejerció de Capital Verde Europea. Presume de una calidad de vida a la finlandesa, y es firme su compromiso con el medioambiente, que se materializa en la casi completa movilidad ecológica (sus habitantes van a trabajar en bicicleta) y en el reciclaje del 97% de los residuos. A su bonita naturaleza, presidida por el lago Vesijärvi y con el 74% de su superficie cubierta por bosques, suma su agitada vida cultural y unas magníficas posibilidades para los deportes de nieve.
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