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ALKMAAR (42 kilómetros, 43’)

Como Gouda, Alkmaar también es famosa como la ciudad del queso holandesa. Por supuesto, lo primero es visitar el museo que le dedica a él, después ir descubriendo un casco antiguo maravilloso lleno de monumentos, como la antiquísima iglesia de San Lorenzo o el patio de Hofje van Paling en Van Foreest, pero, además, terrazas, cafés, restaurantes y otros dos museos, el dedicado a la cerveza y a los Beatles. Buena idea es dar un bonito paseo en barco por sus canales o acercarse a la playa, que queda solo a 15 minutos.

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LEIDEN 45 kilómetros (42’)

Holanda ha dado ilustres artistas y uno de los más reconocidos, Rembrandt, nació en esta bonita ciudad llena de tiendas, cafés, terrazas flotantes…Una ruta por la ciudad sigue las huellas del artista, desde su casa natal a su taller, el estudio donde aprendió a pintar, dibujar o grabar, la iglesia gótica de St. Pieterskerk, donde se casaron sus padres y fue bautizado, o la puerta Doelenpoort. Leiden también tiene molinos desperdigados por la ciudad, el jardín botánico más antiguo del país, Hortus Botanicus, dos interesantes museos: Naturalis y Casa Siebold y un par de grandes calles comerciales y decenas de tiendas de diseño.

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UTRECH (45 kilómetros , 47’)

Modelo de ciudad medieval, Utrech es una ciudad a medida que rebosa encanto, por sus proporciones, su carácter apacible y por su jovialidad, donde un tercio de su población son estudiantes. Pequeña para descubrir a pie, en barco por los canales, pero, sobre todo, desde una bicicleta, pedaleando por el casco urbano peatonal que gira en torno a la torre del Dom, símbolo de la ciudad y visible desde cualquier punto. En cualquier rincón, incluso en los canales que la surcan y están sembrados de restaurantes, cafés y boutiques, Utrech da muestras de su vibrante vida cultural.

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ZAANSE SCHANS (20 kilómetros , 21’)

En la ribera del río Zaan toma asiento esta localidad que es como un museo al aire libre de casas históricas, granjas y un sinfín de molinos que se levantaron en el siglo XVII para hacer tintes, óleos, moler especias… Muchos de ellos han sido convertirdos en museos que recuerdan oficios de otras épocas: el del panadero, el relojero, el del chocolate…, otras son tiendas de productos típicos y hata hay una fábrica de zuecos, donde podemos aprender cómo se elabora el calzado más típico de Holanda. El paseo en barco a su alrededor no puede ser más idílico.

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KEUKENHOF (40 kilómetros, 45’)

El mejor jardín de tulipanes del mundo y también el parque floral más grande queda próximo a Ámsterdam, en la pequeña localidad de Lisse. La primavera es el momento de disfrutar de él, cuando florecen siete millones de bulbos. Además de cientos de variedades de tulipanes plantados a mano uno a uno, vemos jacintos, narcisos, orquídeas… pero también molinos antiguos, lagos, fuentes y pabellones que van saliendo al paso en sus coloridos senderos y en los siete jardines de inspiración que acoge la que fuera finca del castillo de Teylingn, del siglo XV.

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VOLENDAM (20 kilómetros, 23’)

Esta pequeña y bonita ciudad portuaria de 20.000 habitantes forma, junto con Edam y Marken, un triángulo perfecto para una escapada rápida en las inmediaciones de Ámsterdam. Situada en el Ljsselmeer, el mar interior de Holanda, el paseo marítimo con sus coloridas casitas de madera tan tradicionales como románticas, el encuentro con lugareños que todavía visten los trajes regionales o las pescaderías donde venden su género recién pescado son algunas de las estampas de este popular destino de tradición marinera de los Países Bajos.

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DELFT (67 kilómetros, 57’)

Otra de esas pequeñas ciudades holandesas para paseos tranquilos por sus calles empedradas o por sus canales más allá de Ámsterdam. Por dos cosas es conocida, por sus talleres de cerámica azul, una tradición que le viene de lejos, y porque aquí nació el pintor Vermeer, autor de La joven de la perla. Además de visitar Vermeer Centrum Delft, que propone un viaje virtual por el mundo del artista, hay que sentarse en las terrazas del Markt, la gran plaza del casco antiguo, admirar las elegantes casas blasonadas que se asoman al Canal Viejo y visitar la iglesia Vieja y el museo Prinsenhof.

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HARLEM (30 kilómetros, 30’)

De resonancias neoyorquinas, pues fue esta ciudad la que inspiró el emblemático barrio norteamericano, Haarlem es una preciosa ciudad de canales, puentes que cruzan el río Spaarne y calles peatonales con casas bajas que terminan en la Grote Markt, la animada plaza con cafés y restaurantes donde se ubican el Grote Kerk –la iglesia protestante–, el ayuntamiento y los edificios De Hallen, que forman parte del Frans Hals Museum. La capital comercial de la provincia de Noord Holland es también el centro de la industria farmacéutica y la producción de bulbos holandesa.

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GOUDA 65 kilómetros (1 hora)

Su nombre sabe a queso, pero esta ciudad, a media hora de Utrech, Rotterdam y La Haya, con un mercado quesero que se celebra de abril a agosto desde 1395, también tiene un centro antiguo muy bonito, con canales centenarios, edificios históricos como la iglesia Sint Janskerk, con preciosas vidrieras y la más larga de Holanda, y el ayuntamiento, famoso por su carrillón. Para probar o llevarse como recuerdo, los stroopwafels, unos tradicionales gofres rellenos de caramelo.

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RÓTTERDAM 78 kilómetros (1 hora)

«La Manhattan del Mosa». Es el apelativo con el que llaman a esta vanguardista ciudad holandesa. Y tiene su explicación, pues es el mejor escaparate de la nueva arquitectura, especialmente el moderno barrio Kop van Zuid y el de Delfshaven Aquí se construyó el primer rascacielos de Europa y eso es una señal. Los puentes Willems y Erasmo, tan vistosos como monumentales, el muelle Wilhelminakade –una sucesión de rascacielos con los diseños más atrevidos–, sus casas cúbicas, el Museumpark o la vista del skyline de la ciudad desde un barco o watertaxi son imprescindibles para no perderse.

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