1/9 © Shutterstock

MONTSENY
Distancia: 63 kilómetros (1 hora y 5’) 

Para los senderistas, el Montseny es un espacio natural privilegiado, pues se trata de un macizo declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco con cimas que alcanzan los 1700 metros de altura. Cada estación tiene su encanto en él, pero en invierno los abetos y la nieve acaparan el protagonismo. Entre el sinfín de caminatas que ofrece, las más recomendables llevan al nacimiento del río Tordera desde Sant Celoni, a la falda del Turó de l’Home –el techo del macizo–, al salto de Gualba o a la fuente de Pasavets. 

Sobrevuela en globo el Parque Natural del Montseny y vivirás una experiencia única.

2/9 © Shutterstock

PARQUE DEL LABERINTO DE HORTA

Distancia: 8,5 km (26’)

El palacete de los Desvalls da acceso a este bello jardín neoclásico, obra del paisajista italiano Domenico Bagutti, que en el siglo XVIII ideó este espacio vegetal de gran biodiversidad, con posteriores remodelaciones y ampliaciones durante el romanticismo. En la zona neoclásica todo gira en torno al amor, con fuentes monumentales, manantiales y estanques, escalinatas como la del Belvedere, grutas, templetes como los de Dánae y Ariadna, figuras mitológicas… Mientras que en el jardín romántico todo gira en torno a la muerte, con un falso cementerio, la cabaña del ermitaño… Los que consigan llegar a la zona central del laberinto encontrarán la estatua de Eros, el dios griego del amor. El jardín se puede recorrer con una visita guiada.

3/9 © Shutterstock

LA CRIPTA GUELL
Distancia: 17 kilómetros (25’)

Cerca de Barcelona, en Santa Coloma de Cervelló, y dentro de una colonia industrial del siglo XIX que transmite a lo largo de sus calles la atmósfera de la época, se encuentra el tesoro mejor guardado de Gaudí: la cripta Güell. Una maravilla de columnas retorcidas, arcos, vidrieras y muebles sinuosos que parece una maqueta monumental de la Sagrada Familia y es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Si seguimos la ruta Gaudí continuaremos en Mataró, para visitar el centro de arte contemporáneo Nau Gaudí; en La Pobla de Lillet, donde se encuentran los Jardines Artigas, y acabaremos en Reus, la ciudad del arquitecto.

4/9 © Shutterstock

MONASTERIO DE SAN BENET
Distancia: 65 kilómetros (1 hora) 

Cerca de Manresa, en Sant Fruitós de Bages, descubrimos una de las grandes joyas de la arquitectura catalana, el milenario monasterio de San Benet. La visita por su musealizado interior recorre la iglesia, el claustro, la bodega y las estancias privadas del pintor Ramón Casas, que vivió en él. En este mismo espacio tiene su sede la Fundación Alícia, un proyecto creado por iniciativa del chef Ferran Adrià y el cardiólogo Valentí Fuster enfocado a la investigación gastronómica y que propone talleres dirigidos a familias.

5/9 © Montserrat

MONTSERRAT 
Distancia: 61 kilómetros (57’)

Muchos llegan hasta los riscos de la montaña de Montserrat, donde se levanta el monasterio benedictino, para rezar a la Moreneta; muchos otros para hacer alguna de las numerosas excursiones que discurren por sus peculiarísimos macizos de granito. Ascendiendo en teleférico hasta sus alturas podemos disfrutar del canto de la escolanía en el santuario, de su museo y su espacio audiovisual y, si nos ponemos en ruta, de los caminos que llevan al Cavall Bernat, la Tebaida o Sant Jeroni 

6/9 © Shutterstock

SITGES
Distancia: 40 kilómetros (40’)

La silueta de la iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla, con sus dos torreones desiguales mirando hacia el paseo marítimo, son la imagen más conocida de esta animada ciudad en la Costa del Garraf. Atrae por sus amplias playas, su núcleo histórico conocido como la Vila Vella, por sus bellos edificios modernistas, pero, sobre todo, por ser la capital del desenfado. 

7/9 © Shutterstock

MONASTERIO DE SANT LLORENÇ DEL MUNT
Distancia: 42 kilómetros (1 hora)

En lo más alto del macizo de Sant Llorenç del Munt y l’Obac, el que fuera protegido como primer parque natural de España, se encuentra La Mola, un pico a 1104 metros de altitud donde toma asiento el antiguo monasterio benedictino del mismo nombre, de origen románico. Una ruta senderista de algo más de una hora con excelentes vistas lleva hasta él. Si queremos seguir descubriendo la zona, en el entorno hay también pueblos deliciosos como Mura, Talamanca o Rocafort y rincones llenos de secretos como el valle d’Horta, que guardan historias de batallas y bandoleros.

8/9 © Shutterstock

PARQUE NATURAL DE LA SIERRA DE COLLSEROLA Distancia: 9 kilómetros (25’)

Sin alejarnos casi nada de la capital, podemos tomar el tren en esta y pasar una mañana de senderismo en este espacio natural protegido con un rico mosaico de paisajes y una gran biodiversidad. Desde el Centro de Información del parque hay 7 pequeños itinerarios a señalizados, con recorridos de diferente dificultad, que se pueden abordar a pie o en bicicleta. También hay zonas de escalada, áreas recreativas, miradores y un montón de actividades para hacer, desde noches de astronomía a paseos temáticos o salidas en familia (parcnaturalcollserola.cat/es)

9/9 © Shutterstock

VILAFRANCA DEL PENEDÈS
Distancia: 57 kilómetros (50’)

Muy cerca de Barcelona, el paisaje comienza a cubrirse de viñas cuando se alcanza la comarca del Penedès, la más extensa de Cataluña dedicada al cultivo de la vid y perfecta para disfrutar de los placeres del vino. Son más de un centenar de bodegas las que se agrupan en esta DO y proponen infinidad de actividades, desde tomar el aperitivo entre los viñedos a montar en bicicleta eléctrica por sus paisajes a visitar el Vinseum (Museo de las Culturas del Vino de Cataluña), en Vilafranca del Penedès, una de las tres poblaciones imprescindibles en la ruta. A 13 kilómetros otra que sí o sí hay que visitar es Sant Sadurní d’Anoia, la capital del cava, con algunos de los edificios más representativos del modernismo, como las cavas Codorniu, obra de Josep Puig i Cadafalch.

Más sobre: