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PALACIO DUCAL DE MEDINA SIDONIA 

Entre las aguas del Mediterráneo y las del Atlántico, justo en la desembocadura del Guadalquivir, Sanlúcar de Barrameda es una villa con un rico patrimonio digno de las gestas que protagonizó como puerto hacia el Nuevo Mundo. Un buen ejemplo es este palacio ducal renacentista, sede actual de la Fundación Casa Medina Sidonia (fcmedinasidonia.com), que ocupa un antiguo alcázar andalusí. En él trabajaron arquitectos tan ilustres como Andrés de Vandelvira o el paisajista Giovanni Pannini, que diseño sus bellos jardines rodeado de murallas medievales. La visita por su interior descubre la importante colección de obras de arte que guarda, algunas firmadas por Goya, Murillo, Zurbarán…, pero también tapices flamencos y mobiliario. Acoge además una hospedería con 9 habitaciones (ruralduquesmedinasidonia.com). 

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SENDERO Y CASCADAS DEL RÍO DE LA MIEL 

Sobre los límites del río de la Miel, que nace en la sierra de la Luna, se estableció hace muchos siglos una red comercial entre las localidades de Algeciras y Medina Sidonia. El sendero que discurre junto a él es un agradable paseo de 2,4 kilómetros (50 minutos) que comienza en la barriada El Cobre y discurre, acompañado del incesante rumor del agua, entre bosques de alcornoques y alisios y pasa por un puente de piedra medieval y el molino de Escalona antes de llegar a la magnífica cascada que marca el final del itinerario. 

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VILLALUENGA DEL ROSARIO 

De sus pueblos blancos y hasta de Cádiz, Villaluenga se lleva la palma por ser el más pequeño (no llega a 500 vecinos), pero, a cambio, tiene una ubicación sobresaliente, pues es también el de mayor altura de la provincia, y de lo más coqueto, con sus empinadas calles, sus casas con paredes encaladas y macetas de colores y la antigua iglesia del Salvador en lo alto, que pese a ser una ruina, acoge uno de los cementerios más bellos de nuestro país. 

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LAS MARISMAS DE TREBUJENA 

Son 13 kilómetros, o lo que es lo mismo 4 horas y media de duración, lo que tiene el sendero que conecta el pueblo de Trebujena con el límite del Parque Nautral de Doñana, de la campiña a las salinas y marismas. Un recorrido sin ninguna dificultad y de gran atractivo ornitológico, pues aquí se concentran cerca de 3000 aves de 40 especies. La ruta descubre también el cortijo de Alventus –magnífico ejemplo de arquitectura popular–, el embarcadero del Guadalquivir y una piscifactoría antes de finalizar en la entrada del pinar de Monte Algaida.  

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FARO DE CHIPIONA 

Cuatro años fueron necesarios para poner en pie el faro más alto de España, icono de la localidad, que también es el tercero mayor de Europa y el quinto del mundo. Su ubicación no fue un capricho, pues marca la entrada del río Guadalquivir. Desde sus 69 metros de altura, que se alcanzan después de subir 322 escalones, se divisa una bonita panorámica. 

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PALACIO DE LOS RIBERA DE BORNOS

Hay que acercarse a la localidad de Bornos, que queda al pie de la sierra del mismo nombre y 80 kilómetros de Cádiz, para visitar uno de los palacios más singulares de la provincia y también uno de los menos conocidos. De estilo plateresco, se construyó en el siglo XVI sobre los restos de un castillo árabe por la familia de los Enríquez de Ribera y en él trabajaron artistas españoles e italianos. Aunque nunca se terminó y, de hecho, buena parte de él fue desmantelado para ser llevado a la casa de Pilatos de Sevilla, sigue conservando su monumentalidad y sus jardines italianos inspirados en el Belvedere de Bramante del Vaticano. Propiedad de la Casa de Medinaceli hasta 1953, hoy acoge un centro de interpretación. 

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CASTELLAR DE LA FRONTERA 

Aprisionado entre las murallas de una vieja fortaleza está el caserío de este bonito pueblo del Parque Natural de los Alcornocales que mira desde lo alto a los cerros tapizados de encinas y alcornoques que lo rodean, a las aguas color esmeralda del embalse de Guadarranque y, más allá, al mar. Es el resumen perfecto de pueblo típicamente andaluz, con sus casas encaladas, sus callejuelas empedradas cubiertas de buganvillas, sus fuentes y el jazmín perfumando sus rincones. 

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JIMENA DE LA FRONTERA 

Las calles estrechas y serpenteantes de Jimena trepan hasta las faldas del cerro de San Cristóbal, allí donde se encuentra el castillo que domina este bonito pueblo. Desde su torre del homenaje, la vista depara una extraordinaria panorámica del Parque Natural de los Alcornocales y de la costa a lo lejos. Mucho mejor a la caída del sol, cuando este colorea el paisaje. En Jimena tampoco hay que perderse la iglesia barroca de la Victoria y el antiguo templo de la Misericordia, hoy un activo centro cultural. 

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