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ANGRA DO HEROISMO

La mejor panorámica de la capital de la Isla Terceira, en el archipiélago de Azores la ofrece el mirador natural del monte de Brasil, que permite admirar con perspectiva su casco histórico abierto a la bahía de Angra. Declarado Patrimonio de la Humanidad, lo embellecen sus casas bajas con marcos de colores y fachadas en blanco, sus calles empedradas y espacios como el Jardín Duqe da Terceira, la plaza Velha, el Alto de la Memoria y la fortaleza de São Sebastião.

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AVEIRO

En plena ría de Aveiro, nada resulta más típico en esta localidad que subirse a una de las góndolas que recorren la llamada «Venecia portuguesa» e ir descubriendo desde sus canales las elegantes mansiones de estilo art nouveau y y las casitas más modestas del pintoresco barrio de los pescadores que se asoman a él. Protegida del Atlántico por un extenso campo de dunas, su relación con el océano es histórica, pues en el siglo X el mar bañaba sus casas. El rincón más salvaje de la ría de Aveiro es la Reserva Natural de las Dunas de Sao Jacinto con 700 hectáreas de dunas móviles y fijas junto a un playazo espectacular que se disfruta en soledad, con el viento y el oleaje de telón de fondo.

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CARVOEIRO

Como un pequeño anfiteatro, con sus casas asomadas al mar, Carboeiro es uno de los pueblos más bellos del Algarve. Y lo es especialmente, porque caminando junto a la costa por sus pasarelas de madera se observan las insólitas formaciones rocosas de esta zona conocida como Algar Seco, esculpidas por el viento y el mar durante cientos de años. Entre cuevas escarpadas, grutas o hendiduras aparecen ventanas naturales y miradores con increíbles vistas al océano.

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AZENHAS DO MAR

¡Bienvenidos a la Cinque Terre portuguesa! Azenhas de Mar es una joya al estilo de los bonitos pueblos de esta región italiana, pero esta al norte de cabo da Roca, a solo 15 minutos en coche de Sintra y a 45 de Lisboa. Sus casitas blancas agarradas a los acantilados se asoman a unas piscinas naturales de agua salada que, dependiendo de las mareas, se forman en la playa. Desde esta, un mirador, al que se asciende por unas escaleras, regala su mejor panorámica.

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SINES

El Alentejo también tiene mar, aunque muchos los desconozcan. Y la costa alentejana depara sorpresas como este pueblo que se asoma al océano desde el acantilado, con un viejo castillo árabe, un bonito núcleo urbano de callejuelas blancas y azules y las huellas de su hijo más ilustre, Vasco de Gama, que llegó a la India después de hacer el viaje oceánico más largo de la historia.

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NAZARÉ

Justo delante de este bucólico pueblo pesquero, Nazaré tiene una playa fantástica, pero de la que todos hablan es de la del Norte, donde rompen las olas más altas del planeta. Entre una y otra, sobre un acantilado de 110 metros, está el barrio de Sitio, donde hay una vista pasmosa y una ermita en la que Vasco de Gama rezó a la Virgen de Nazaré antes y después de su primer viaje a la India Para ver las olas gigantes hay que acercarse al antiguo fuerte de São Miguel Arcanjo, hoy faro y museo. Y para conocer la mayor reserva ecológica de pinares de la península ibérica, el cercano Parque de Leiria, donde se encuentra Ohai Nazaré (ohairesorts.com/nazare/es/), una oda a la naturaleza, a la desconexión y al turismo rural. En sus ocho hectáreas, bungalós y glamping totalmente equipados para el alojamiento, y zonas comunes que incluyen spa, piscina, parque acuático, gimnasio, restaurante… para unas vacaciones al aire libre.

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TAVIRA

Agua, canales, caños, esteros, dunas y playas componen la extraordinaria naturaleza del Parque Natural da Ria Formosa, en el Algarve oriental. Es el entorno que rodea a esta localidad que, además, posee una gran riqueza histórica y monumental: su puente romano sobre el río Gilao, la muralla árabe, el castillo medieval, pero también sus 37 iglesias. La población también comparte nombre con la Ihla de Tavira, a la que se llega en barco.

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ODECEIXE

La playa de Odeceixe, en la Costa Vicentina, permite elegir entre bañarse en el mar o en el río, y es que se sitúa en la misma desembocadura de la Ribeira de Seixe, que marca el límite entre el Alentejo y el Algarve. Un arenal extenso y con pequeñas lagunas formadas durante la marea baja, que es un edén de aguas espumosas y olas bravas para los amantes del surf. Como lo son otras de la costa acantilada del concejo de Aljezur, al que pertenece: las playas de Arrifana, Bordeira, Carreagem y praia das Adegas.

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SESIMBRA

A pesar de lo mucho que ha crecido para dar cabida a los veraneantes lisboetas, Sesimbra, en el distrito de Setúbal y a las puertas del Parque Natural de Arrábida, también conserva viejos y agradables rincones, con su castillo en el monte y su fuerte en la playa, ambos pulcramente restaurados. Si es hora y hay apetito, es el lugar idóneo para zamparse una caldeirada o un pescado a la brasa.

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ERICEIRA

Entre la tradición portuguesa y el ambiente surfero se mueve esta encantadora población que muchos descubren en una excursión desde Lisboa, pues queda a solo 35 kilómetros de ella y a 11 de Mafra. Posee un coqueto casco antiguo de calles empedradas y viviendas encaladas en torno a la iglesia parroquial, pero es el puerto al pie del acantilado, los restaurantes de pescado y marisco y, sobre todo, sus gloriosas playas, lo que uno llega buscando a la que es una de las primeras reservas de surf a nivel mundo, especialmente su playa Ribeira d’Ilhas.

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