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PLAYAS DA COSTA DA MORTE
En este tramo coruñés cargado de mitología y misterio se concentran las playas más descomunales del litoral gallego, entre las cuales las idílicas Balarés, Razo, Caion o Baldaio gozan de merecida fama. Pero además se suceden pintorescos puertos, auténticas marisquerías y senderos que rodean el mar desde Carballo a Laracha.

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FRAGAS DEL EUME
El bosque atlántico de ribera mejor conservado de Europa brinda unos paseos a pie difíciles de olvidar. Robles, chopos, fresnos, castaños, abedules… y, escondido en el corazón del bosque, el mágico monasterio de Caaveiro, con más de diez siglos de historia, desde donde se obtiene aquella panorámica que cautivó al mismísimo Lord Byron, enamorado de estos paisajes.

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VILLAS MARINERAS DE MUROS, CORCUBIÓN Y NOIA
El mar en la provincia de A Coruña representa una forma de vida para muchos de sus municipios. Muros, Corcubión y Noia son ejemplos excepcionales de villas en las que apreciar la tradición pescadora y el inconfundible sabor marinero.

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FARO DE FISTERRA
Emblemático como ningún otro es este faro, el situado más al oeste de Europa, sobre el considerado cabo del fin del mundo, finis terrae. Durante miles de años se pensó que, más allá, tan solo existía una sima acuosa en la que el sol se apagaba cada noche y a través de la cual se llegaba a una región de tinieblas, poblada por monstruos marinos. Hoy su belleza se mantiene con el mismo halo de magia.

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CAMINOS DE SANTIAGO
Aunque todos los Caminos transitan por la provincia de A Coruña, dos de ellos en concreto la atraviesan en su integridad: El Camino Inglés y el Camino Fisterra-Muxía, que trazan un recorrido maravilloso a lo largo de senderos de cuento. A la belleza natural hay que sumar el encuentro, la meditación, el arte y la historia, mientras se siguen estos pasos marcados a través de los siglos.

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A CORUÑA
La Torre de Hércules es desde hace ya dos milenios el símbolo de la estrechísima relación de esta ciudad con el mar. Hasta él llega su paseo marítimo de 9 kilómetros que ofrece la oportunidad de recorrer una ciudad volcada hacia el Atlántico, donde hay que disfrutar de sus playas urbanas de Riazor y Orzán, del castillo de San Antón, de las fachadas acristaladas de la avenida de la Marina –la ‘ciudad de cristal’ la llaman–, de la colegiata de Santa María, la plaza de María Pita –dedicada a la heroína local–, de sus didácticos museos Domus y Aquarium Finisterrae, de seguir la ruta de Picasso, que pasó aquí cuatro años, y acabar en el casco viejo reverenciando en cualquiera de sus bares y tabernas los productos que salen del mar.

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CASCADA DE ÉZARO
En Dumbría pueden presumir de tener la única cascada de Europa que desemboca directamente en el mar, sin duda una parada imprescindible para los amantes de singulares espacios naturales. Pero antes de convertirse en catarata, el río Xallas es retenido por tres embalses, conformando unos parajes que se recomiendan por su belleza paisajística, así como por su abundante flora y fauna.

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ACANTILADOS DA SERRA DA CAPELADA
Sus más de 600 metros lo convierten en uno de los acantilados a pie de mar más altos del continente. Aunque existen numerosos puntos donde asomarse a la inmensidad del océano, merece la pena contemplar las vistas desde el mirador de Vixía Herbeira, el pico más elevado. Cerca se encuentra el santuario de San Andrés de Teixido, uno de los más venerados de Galicia, sobre el que pesan múltiples leyendas. Aquí, como reza el dicho, “quien no va de muerto, va de vivo”.

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SURF EN FERROLTERRA
Un entorno salvaje y olas aseguradas. Para expertos o para amateurs, no hay mejor experiencia que la de practicar surf en playas como la de Pantín, famosa por la celebración de campeonatos mundiales, o en las lagunas de Doniños y A Frouxeira, rodeadas de dunas y arenales infinitos.

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SANTIAGO DE COMPOSTELA
La plaza del Obradoiro lleva siglos siendo meta de los millones y millones de almas que peregrinan por el Camino de Santiago, pero aunque todo gire en torno a ella, la capital gallega es más allá una gran ciudad monumental, de luces y colores hechizantes, a menudo tamizados por la niebla y la lluvia que envuelve calles y callejas, plazas y rincones con el corazón de piedra. En su apretado cogollo siempre animado por caminantes y universitarios hay palacios, casas nobiliarias, capillas, iglesias, hospitales y hasta una catedral considerada una de las más bellas del mundo.

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