1/10

LA BARROSA (CÁDIZ)
Ocho kilómetros de playa de finísima arena ofrecen un paisaje lleno de contrastes en este rincón gaditano. Un tramo muy urbanizado y frecuentado frente a otro más natural con pinares y dunas cubiertas de vegetación. En el tramo más urbanizado el paseo marítimo es lugar de encuentro y parada en sus muchos chiringuitos, bares, restaurantes, etc. En su zona más virgen es una maravilla el paseo con los pinares del entorno.

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LOS ALEMANES (CÁDIZ)
Pasado el pueblo gaditano de Zahara de los Atunes y al final de la urbanización Atlanterra, salpicada de lujosas casas con vistas espectaculares al mar, se descubre entre los cabos de Gracia y de la Plata esta extensa playa también llamada ‘Cabo de Plata’ cuyo acceso se realiza por una empinada escaleras de piedra. Abajo espera un arenal de color dorado y fina arena, aguas cristalinas y el verde de la colina a sus espadas. A su izquierda queda el faro Camarinal, al que se puede llegar para contemplar las panorámicas sobre el océano Atlántico.

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BOLONIA (CÁDIZ)
Más de tres kilómetros de longitud tiene esta ensenada abierta al mar y a los vientos, que aquí hay que tener muy presentes, porque soplan con fuerza. Además de para un largo paseo, Bolonia también invita a escalar sus dunas móviles, especialmente por la mayor de ellas, con más de 30 metros de altura y 200 de anchura, que avanza hacia el pinar de pino piñonero repoblado que la custodia, de gran valor ecológico. Y la playa también ofrece un baño de cultura, porque a orillas del mar están las ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia, uno de las mejor conservadas de la Hispania Romana, con los restos del foro, los templos, el santuario, el mercado, la basílica, el teatro, las termas y, sobre todo, las fábricas de salazones, la principal riqueza de su pujante industria. En verano, además de visitas guiadas y amenizadas, acogen representaciones teatrales.

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LOS MUERTOS (ALMERÍA)
Un kilómetro de grava blanca asombrosamente rectilíneo dibuja esta playa salvaje almeriense a la que no es fácil acceder, ya que para llegar a ella hay que andar un buen rato por dos caminitos que parten de un aparcamiento situado en la carretera de Carboneras. Sus aguas no son muy tranquilas, por lo que no es la playa aconsejable para ir con niños, de hecho su nombre se debe a la cantidad de cuerpos que iban a parar a sus orillas.

5/10

MATALASCAÑAS (HUELVA)
Cinco kilómetros y medio tiene de longitud esta playa de arena fina y dorada, aguas cálidas y cristalinas y múltiples servicios que es el único acceso a pie para llegar al Parque Nacional de Doñana. Reconocida con bandera azul, en ella se pueden practicar deportes acuáticos como la navegación y el windsurf, disfrutar de una comida en alguna de los restaurantes que se encuentran a sus pies, visitar el faro de Matalascañas o contemplar espectaculares atardeceres. La playa más cercana a Sevilla tiene entre la torre de la Higuera, del siglo XVI, también conocida como el Tapón de Mataslascañas, y El Coto su rincón preferido. 

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MAZAGÓN (HUELVA)
Mazagón regala kilómetros y kilómetros de playas de arena inmaculada perfectos para pasear. La primera es la del mismo nombre, una playa de dimensiones descomunales y arena increíblemente fina que parece no tener fin. Andando por ella se llega hasta el camping de Mazagón, desde donde surgen otras que realmente son una continuación, primero la del Arroyo Julianejo, muy cercana a la de la Fontanilla; un poco más adelante la playa del Parador, en una de las zonas naturales más bonitas; luego la del Rompeculos, donde se puede practicar el nudismo y, por último, la torre del Loro.

7/10

MÓNSUL (ALMERÍA)
Mónsul es, junto a la de Los Genoveses, una de las playas más emblemáticas y fotogénicas de Almería, y una de las más solicitadas como plató de rodaje –David Bisbal grabó en ella el videoclip de su exitosa Ave María y Sean Connery pisó su arena en La última cruzada. Poblada por dunas fósiles modeladas por la acción del viento y el agua, desde su arena se puede contemplar la enorme duna y el acantilado volcánico que la rodean y protegen, un singular promontorio rocoso lleno de huecos y recovecos conocido como la Peineta.

8/10

PLAYAZO DE RODALQUILAR (ALMERÍA)
Esta playa del pueblo almeriense de Rodalquilar tiene poco más de 400 metros de extensión, pero su arena fina y sus aguas tranquilas la convierten en un lugar ideal para familias. Además de regalar una bonita postal, con el castillo de San Ramón junto a ella, sus fondos marinos son un verdadero lujo para los aficionados al submarinismo.

9/10

EL PALMAR (CÁDIZ)
Vejer de la Frontera es un pueblo muy bonito, con su caserío de cal protegido por una muralla, su castillo en lo alto y sus estrechas y laberínticas calles adornadas de iglesias mudéjares, palacios, casas con patios y plazas donde sentarte a tomar un vino con pescaíto frito. Pero, a 15 kilómetros de todo ello, Vejer también tiene espacio para una playa, una larga y abierta playa de fina arena y aguas transparentes que surge entre los cabos Trafalgar y Roche. Su entorno natural ha contribuido a que esta sea una de las pocas vírgenes de la zona.

10/10

MARO (MÁLAGA)
Desde el famoso Balcón de Europa de Nerja se divisan en el recortado litoral malagueño unos acantilados que, sin alcanzar proporciones extraordinarias, ofrecen un sugestivo perfil. Son los acantilados de Maro, una de las estampas que mejor identifica la costa oriental malagueña y uno de los escasos parajes vírgenes de la Costa del Sol. A los pies del paraje natural Maro-Cerro Gordo se encuentra la playa del mismo nombre, una franja de arena gruesa de 500 metros de fácil acceso que surge entre cultivos y cañaverales y cuyas aguas cristalinas y salvaje entorno natural le confieren un encanto muy especial. A su lado queda la más pequeña y arenosa Caleta de Maro, por muchos conocida como ‘Cala Chica’, cuyo nombre se lo pusieron los guionistas de la mítica serie Verano Azul, ya que aquí se rodaron muchos de los capítulos de la pandilla de Chanquete.

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