El anunciado día llegó. Luego de que el rey Carlos III extendiera una invitación a Donald y Melania Trump al Reino Unido el pasado mes de febrero, finalmente el presidente de los Estados Unidos y la primera dama han arribado al territorio británico para su histórica segunda visita de Estado. Como era de esperarse, junto al monarca y su esposa la reina Camilla, el Príncipe y la Princesa de Gales han sido parte de la comitiva de recibimiento en el Castillo de Windsor.
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Los Trump aterrizaron en territorio británico anoche en el aeropuerto de Stansted y pasaron la noche en Winfield House, la residencia del embajador estadounidense en Londres. Por lo tanto, ha sido ha sido hasta hoy que llegaron a Windsor para la ceremonia de recibimiento. El evento ha estado lleno de simbolismo y gestos que han dejado ver la cercanía entre ambas naciones, así como la postura del rey de honrar a sus invitados mientras se reafirman alianzas históricas.
Siguiendo el protocolo, el primer contacto con Donald y Melania una vez descendieron del Marine One, estuvo a cargo del príncipe William y la princesa Kate. Este momento de gran valor diplomático, también ja permitido comprobar una vez más el gusto impecable de la Princesa de Gales y la primera dama. Kate apostó por un vestido granate de Emilia Wickstead, sombrero a juego y tacones marrones. Por su parte, Melania usó un traje gris oscuro de Christian Dior Haute Couture, así como tacones de ante a juego y sombrero de lana violeta.
Los futuros reyes acompañaron a la pareja presidencial, en un breve recorrido a pie, a la puerta de Victoria House (una de las muchas residencias en los terrenos de Windsor), donde los esperaban el rey Carlos y Camilla. El soberano y su esposa le dieron la bienvenida oficial al presidente y a la primera dama en el exterior, mientras se disparaban los saludos reales desde el césped oriental del Castillo de Windsor y desde la Torre de Londres.
Luego de la tradicional inspección de las tropas y de que sonaran los himnos nacionales, los Trump se unieron a Carlos III, Camilla y los Príncipes de Gales en una procesión en carruaje hacia el castillo. El Regimiento Montado de la Caballería de la Casa Real los escoltó mientras que miembros de las Fuerzas Armadas, con tres bandas militares de los Royal Marines, el Ejército y la Royal Air Force, los flanqueaban. En el primer carruaje viajaron el rey y el presidente, en el segundo la reina y la primera dama y en el tercero William y Kate junto al embajador estadounidense y su esposa. El cuarto vehículo transportó a figuras clave de la administración Trump, como el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial Steve Witkoff.
¿Por qué Trump caminó delante del rey Carlos mientras inspeccionaba la Guardia de Honor?
Una Guardia de Honor recibió a la comitiva a su llegada al patio central del Castillo de Windsor, y el rey Carlos invitó al mandatario a inspeccionarla. Este momento arrojó ciertas interrogantes para algunos de los testigos, pues Trump fue visto caminando delante del monarca, en lo que bien podría parecer una violación del protocolo, pero no lo fue.
El rey Carlos y el teniente coronel Storm Green, Capitán de la Guardia de Honor, invitaron al presidente a inspeccionar la Guardia de Honor, compuesta por la Compañía de Granaderos de la Guardia de Nimega, la Compañía n.º 7 de la Guardia Coldstream y la Compañía F de la Guardia Escocesa. Donald parecía fascinado durante este ejercicio, mientras el monarca lo seguía unos pasos detrás. Contrario a lo que podría pensarse, es una tradición que los líderes mundiales visitantes caminen delante del soberano durante esta ceremonia.
Esta no es la primera vez que el presidente estadounidense se encuentra en esta situación. Durante su primera visita de Estado en 2019, cuando reinaba Isabel II, se vio de nuevo a Trump caminando delante de ella mientras inspeccionaba a las tropas. A pesar de las protestas de los seguidores de la realeza, indignados por la medida, el Palacio de Buckingham confirmó poco después que el presidente no había roto el protocolo real.