Kim Kardashian continúa demostrando por qué su presencia en cualquier alfombra roja se convierte en un momento de moda. Durante la premiere parisina de All’s Fair, la nueva serie que protagoniza para Hulu y Disney+, la empresaria y actriz deslumbró con un look que rinde homenaje a una de las eras más icónicas de la moda: los años 2000.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
El lanzamiento de All's Fair no es poca cosa y menos para Kim quien inaugura una nueva etapa en su vida en la que se atreve a interpretar un personaje en la pantalla chica que no es ella misma, demostrando su versatilidad en el mundo del entretenimiento. A lo largo del evento, vimos a Kim posar con su mamá así como con el resto del cast de la serie.
La pieza de archivo que presume Kim Kardashian
Para el estreno parisino, Kim eligió una pieza de archivo Dior diseñada por John Galliano, perteneciente a la colección del año 2000. Se trata de un vestido satinado en azul celeste metálico, con una estructura que abraza el cuerpo y un juego de drapeados que enfatizan su silueta de sirena. El diseño, fiel al estilo teatral y ultra femenino de Galliano, combina sensualidad con elegancia arquitectónica, elementos que definen tanto la estética de aquella época como la identidad visual de Kim.
La elección no es casual: Kim ha demostrado en los últimos años tener una predilección por los archivos de moda y las piezas con historia. Desde el icónico vestido de Marilyn Monroe que llevó a la Met Gala, hasta los looks vintage de Mugler o Alexander McQueen que ha lucido en ocasiones especiales, su estilo se ha convertido en una conversación constante entre pasado y presente.
El look se completó con un maquillaje y peinado pulido, donde destacó una piel perfectamente satinada, cejas definidas y un delineado en tonos marrón que realzaba su mirada. El cabello, recogido en una coleta baja y brillante, reforzaba la estética sofisticada y limpia que caracteriza su nueva etapa de estilo.
Con esta aparición, la empresaria reafirma su papel como toda una curadora contemporánea del archivo de la moda, y al mismo tiempo, se posiciona como una figura capaz de transformar cualquier look histórico en una pieza actual y relevante. El revival de los 2000 continúa, y Kim Kardashian, una vez más, se sitúa en el centro de la conversación.