Si naciste en una familia de habla hispana, Ivy Queen fue parte de tu vida. Martha Ivelisse Pesante Rodríguez nació en Puerto Rico y construyó una carrera que floreció en un momento en que el reguetón estaba haciendo su cruce internacional. A diferencia de Daddy Yankee, Nicky Jam y otros reggeatoneros de la época, Ivy Queen era una mujer. Su ascenso fue único y marcó un antes y un después para una industria que ahora tiene muchas mujeres en las listas, todo ello únicamente debido a su influencia.

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HOLA USA! asistió al concierto Tiny Desk de Ivy Queen. El escenario, ubicado en la sede de NPR en Washington D.C., ha acogido a todo tipo de músicos, desde estrellas del pop hasta artistas independientes. Ivy Queen se presenta como una especie de joya de la corona, cerrando la cobertura de la Herencia Hispana de NPR en un segmento de un mes de duración llamado ‘El Tiny’, dirigido por Alt.Latino de NPR Music. “Llevamos tres años haciendo El Tiny Desk”, explica Félix Contreras, uno de los copresentadores de Alt.Latino, que dirige junto a Anamaría Sayre. “La idea era que teníamos tantos artistas latinos que no podíamos extenderlos a unas pocas semanas. Terminamos haciendo todo el mes”.”

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‘El Tiny Desk’ de este año ha dado la bienvenida a artistas latinos de todos los orígenes y géneros, desde la banda de playa venezolana Rawayana hasta el queer trap de Villano Antillano. “Intentamos hacer una combinación del mundo pop y algo de folklore. Es muy importante para nosotros reconocer las raíces folclóricas de cualquier cultura que estemos destacando. Y también tenemos artistas alternativos, artistas que necesitan más reconocimiento. Tenemos que equilibrar esas tres cosas”, dijo Contreras.

Ivy Queen es un retroceso a un reguetón diferente, más escaso, compuesto de letras y percusiones inolvidables. Ella aterriza en algún lugar dentro del mundo pop y el espectro del folclore, y todos los artistas de reguetón que han salido del armario desde la década de 2000 tienen una gran deuda con su trabajo. Ivy asistió al espectáculo junto a su banda, formada por cuerdas y un piano. El panorama sonoro le dio a las canciones de Ivy la oportunidad de reinventarse, lo que resultó en un conjunto emocional que mostró su rango vocal y la fuerza de su composición, con letras feministas y orgullosas, que siguen siendo tan poderosas como cuando se lanzaron por primera vez. Realizó un set de 25 minutos que incluyó éxitos como Reza por Mí, La Vida Es Así, Menor Que Yo y En que Fallamos. Cuando comenzaron los primeros acordes de Quiero Bailar, una corriente eléctrica recorrió la habitación.

“Mi parte favorita de hacer Tiny Desk es que siempre encuentro un lugar para sentarme y mirar los rostros de la audiencia. Porque esa es la mejor parte: la gente se divierte, disfruta del artista y del espacio en el que se encuentra”, dijo Contreras. Mientras Ivy cantaba y bromeaba, compartiendo con el público algunos conocimientos adquiridos con tanto esfuerzo, se produjo un momento sorprendentemente vulnerable, en el que la gente se secaba las lágrimas y se giraba para observar las reacciones de los demás. Todos nosotros, a pasos de distancia, escuchando a una artista en su forma más desnuda, una fuerza que sigue siendo tan poderosa como siempre lo ha sido.