Es un poco distinto, llevo 40 años entrevistando a políticos y a presidentes en entrevistas muy cortas, muy tensas, muy controversiales, muy difíciles y de pronto, tener la oportunidad de sentarte con gente que son ídolos para ti, héroes y heroínas, con quienes creciste, a quienes de joven leías o que has escuchado a lo largo de toda tu vida, y de pronto tener la oportunidad de estar sentados con ellos por una hora para que te cuenten algo personal, este es uno de los grandes privilegios de mi vida como periodista.

También es uno de los grandes retos, porque a pesar de haber hecho miles de entrevistas en mi carrera, nunca me había tocado poder entrevistar a alguien durante tanto tiempo, en temas tan íntimos.

Parte de lo importante era sacar la entrevista de su formato normal, porque podíamos hacer una entrevista en un estudio de televisión y eso era todo, pero si la sacas de ese lugar y llevas al entrevistado a un lugar totalmente distinto, donde no lo espere, la esencia de la entrevista cambia. Por ejemplo, hemos hecho entrevistas en teatros gigantescos, pero totalmente vacíos, eso es algo que ni ellos se esperan, parte por supuesto tiene que ver con la pandemia, pero parte tiene que ver con el diseño del programa.

En cuanto al tiempo, tú y yo podemos conversar 5 o 10 minutos, pero al minuto 30, me vas a tener qué contar algo personal y yo te voy a tener que contar algo personal, y a la hora nos vamos a conocer mejor, nos guste o no, porque no hay manera de tener una conversación tan larga sin que uno no suelte algo de sí mismo.

Hice yoga con Sebastián Yatra, y lo hice mejor que él (risas) porque se cae él y yo no me caigo. Luego hubo un momento muy emotivo con Joan Manuel Serrat, que tiene 78 años, que está al final de su carrera y nos ponemos a hablar de cómo será ese último concierto y se le salen las lágrimas.

Hay momentos muy conmovedores; de Isabel Allende y Mario Vargas Llosa, me hablaron de lo que es enamorarse a los 80 años. En las películas eso no existe, pero en la vida real sí existe. Isabel Allende me cuenta algo muy interesante, porque dice que es tan intenso a los 80 como a los 20, lo que pasa es que ya no pierdes tiempo en tonterías, en estupideces y esas son cosas que son nuevas. Salir a andar en bicicleta con Eugenio Derbez, en la misma playa dónde yo iba a de joven cuando llegué a Estados Unidos. Son cosas como muy especiales y que uno agradece.