Tras tres años en cartelera, Lagunilla Mi Barrio se prepara para bajar el telón, dejando tras de sí un cúmulo de memorias que van de lo entrañable a lo doloroso. Entre esas historias, una de las más significativas para Maribel Guardia es la amistad que logró forjar con Daniel Bisogno. Aunque al inicio no existía una gran afinidad entre ellos, el tiempo en escena los fue uniendo hasta convertirlos en compañeros cercanos, capaces de compartir confidencias y, finalmente, incluso momentos de fe.
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Así lo compartió en un reciente encuentro con la prensa, en el que Maribel recordó entre sonrisas cómo cambió su percepción sobre el 'Muñeco': “Era un tipo realmente interesante, cuando lo conocí me caía gordo, pero terminé enamorándome de Bisogno, una persona increíble, un tipo superculto, inteligente, con un sentido del humor increíble, gracioso, un padre... tú no sabes cómo era con esa niña (Michaela), el amor que le daba, cómo la cuidaba, el tiempo de calidad que le daba”, señaló la intérprete, en declaraciones retomadas por TVyNovelas.
La actriz también compartió un momento inesperado y profundo que vivieron en los últimos meses de vida del conductor. Pese a que Daniel se había manifestado como alguien sin creencias religiosas, Maribel fue testigo de cómo se acercó a la fe en medio de sus problemas de salud. “Yo siempre me voy a rezarle a la Virgen y, él, antes no lo hacía, y, de pronto, lo veía siempre parado, a lado de la Virgen, en lo que yo rezaba y, cuando terminaba, ya todo mundo se había ido y ahí seguía Bisogno”, relató.
Intrigada, un día decidió preguntarle si era devoto. Fue entonces cuando Daniel le reveló que necesitaba aferrarse a algo más grande que él: “Le decía: ‘¿Qué haces aquí, no me digas que eres guadalupano?’, me dice: ‘Maribel, necesito creer, necesito que Dios me ayude’ y, la verdad, estoy segura de que lo ayudó porque, cuando uno se acerca a Dios, se llena de fe, estoy segura que se fue lleno de madurez y de mucho amor”, recordó la actriz.
El duro momento que vivió en la obra
Este testimonio lo compartió en el marco de la celebración por el tercer aniversario de Lagunilla Mi Barrio, obra que también significó para ella un refugio en medio de la tragedia. Ahí enfrentó la dolorosa pérdida de su hijo Julián Figueroa. “Viví el momento más oscuro de mi vida en este teatro, pero también fue un parchecito para mi alma, estar en el escenario, me ayudó a levantarme de la cama, me ayudó a seguir adelante, a seguir viviendo”, expresó.