No cabe duda de que es Hailey Bieber quien marca el pulso de las tendencias beauty. Esta vez con un gesto que, aunque parece sencillo, tiene un impacto inmediato: el corte de su melena. La empresaria y referente global de belleza dejó atrás su característico cabello largo para apostar una vez más por su ya popular bob pulido, esta vez a la altura de los hombros, mismo que encapsula a la perfección el espíritu minimalista y sofisticado con el que ha definido su estética actual.
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Este cambio de look no es casual. En un momento en el que la belleza se inclina hacia lo práctico, lo saludable y lo effortless, Hailey reafirma su lugar como gurú al elegir un corte que prioriza la textura natural, el movimiento y la versatilidad.
El renovado look de Hailey Bieber
Su nuevo hairstyle, ligeramente recto pero con puntas suaves, dialoga con la tendencia del clean girl aesthetic que ella misma consolidó con una piel con efecto glaseado, maquillaje discreto y cabello que se ve cuidado más que producido.
El bob de Hailey también conecta con un regreso fuerte de los cortes noventeros, reinterpretados desde una óptica contemporánea. No es un corte rígido ni demasiado estructurado; al contrario, mantiene una caída natural que permite peinarlo con raya al centro, ondas suaves o incluso llevarlo completamente liso para un efecto más editorial. Es un tipo de melena que funciona tanto para el día a día como para eventos de alto perfil, lo que explica por qué tantas celebridades y editoriales están retomando esta silueta.
La diferencia con su corte anterior
No es la primera vez que Hailey apuesta por un cambio de look radical. Hace un par de años, tan sólo unos meses antes de anunciar que estaba embarazada, la modelo apostó por un bob cut, lo que revolucionó el mundo de la belleza y provocó una ola de popularidad de este corte.
En aquella ocasión, la modelo y esposa de Justin, apostó por un microbob, dejando su melena a la altura de su barbilla. Esta vez, Bieber parece optar por algo ligeramente menos radical con un corte a la clavícula y con un aire ligeramente despreocupado y menos pulido que el anterior.
Además, el nuevo look potencia sus rasgos faciales: el corte enmarca el rostro, resalta la línea de la mandíbula y aporta un aire fresco, casi etéreo, que se alinea con su evolución estética hacia una feminidad más sobria y refinada. Es un recordatorio de que los cambios más poderosos no siempre son los más drásticos, sino aquellos que se sienten coherentes con el momento personal y creativo de quien los lleva.
