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Durante las últimas semanas, Charlene de Mónaco no ha podido estar con su marido en muchas celebraciones y actos que tenían previstos en su agenda. La Princesa se encuentra en Sudáfrica desde hace meses, donde sigue recuperándose de una infección severa en la nariz, los oídos y la garganta, y acabamos de saber que se va a perder una nueva cita que siempre ha tenido un significado especial para ella, ya que ha sido escenario de sus imágenes más cariñosas con su marido, y también las más espontáneas y divertidas. El príncipe Alberto va de camino a Tokio para asistir a la ceremonia de inaguración de los Juegos Olímpicos que se celebrará este viernes, 23 de julio, y en la que estarán presentes otros Jefes de Estado. Alberto, que es miembro del Comité Olímpico Internacional y Presidente del Comité Olímpico monegasco, se quedará unos días "para animar a su delegación, formada por seis deportistas que compiten en remo, tenis de mesa, natación, judo y atletismo". Tal y como informa el comunicado oficial emitido por el gabinete de prensa del Principado, "antes de la ceremonia de apertura de los JJOO habrá una recepción en el Palacio Imperial que estará presidida por el emperador Naruhito de Japón y el primer ministro, Yoshihide Suga". 

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2006, Turín

Desde 1920, el Principado ha participado en 31 ediciones de los Juegos Olímpico (tanto de verano como de invierno), sin embargo, desde que comenzó su relación con Charlene, esta competición adquirió otra dimensión para el soberano monegasco. En 2006 se celebraron los JJOO de invierno de Turín, en Italia, y la pareja protagonizó sus imágenes más románticas. En aquel momento todavía eran novios y las gradas del Estadio Olímpico de la ciudad italiana, más conocido como Stadio Comunale, fueron testigo de sus abrazos, sus gestos cómplices, sus miradas... 

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2008, Pekín

Una imagen de unidad, apoyo incondicional... es lo que reflejaron en los Juegos Olímpicos de verano en Pekín (China) en el año 2008. Meses atrás se había hablado de un distanciamiento de la pareja e incluso se llegó a hablar de ruptura, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Charlene decidió enfocarse en sus entrenamientos para competir como miembro del equipo sudafricano, sin embargo, finalmente no pudo participar debido a una lesión en el hombro. Pese a todo, ocupó su lugar en el Workers' Gymnasium mostrándose así de feliz y sonriente junto al que sería su futuro marido.

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2012, Londres

Estas imágenes dieron la vuelta al mundo. Por primera vez, vimos a una Charlene totalmente desconocida: divertida, espontánea, desinhibida... y celebrando por todo lo alto el triunfo de uno de sus compatriotas en la final masculina de mariposa de 200 metros. La Princesa vivió una montaña rusa de emociones, desde la expectación y los nervios hasta la euforia, saltando con los brazos en alto y abrazándose a su marido, demostrando que los royals también se dejan llevar por el frenesí olímpico. 

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2012, Londres

Para muchos, los Juegos Olímpicos de la capital británica fueron el gran "descubrimiento" de Charlene, donde pudimos conocer el lado más natural de la Princesa, lejos de la imagen de mujer tímida y reservada al que nos tenía acostumbrados. La esposa de Alberto de Mónaco fue todo expresividad y sufrió como la que más con las pruebas de natación que se disputaron en el Centro Acuático de Londres.

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2014, Sochi

Esta es la última vez que vimos a los príncipes de Mónaco acudir a este tipo de competición. Alberto y Charlene presenciaron en 2014 la final masculina de esquí alpino, que está considerad el deporte 'rey' de los Juegos Olímpicos de invierno. Junto a otros royals, el matrimonio se sentó en las gradas instaladas en la estación de esquí Rosa Khutor, ubicada en la ciudad rusa de Sochi, y animaron a su equipo con una gran efusividad.

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