1/9 © Gaëtan Luci, Frédéric Nebinger, Bruno Bebert/Edition, Axel Bastello /Palais princier de Monaco.

Louis Ducruet y Marie Chevallier fueron los protagonistas de la última gran celebración de Mónaco después de darse el 'sí quiero' hace tan solo dos semanas reuniendo a buena parte de la familia Grimaldi en dos ceremonias -una civil y otra religiosa- que quedaran para el recuerdo en el Principado. 

La foto familiar es, sin duda, una de las más esperadas del evento y hasta ahora solo habíamos visto la que siguió a la ceremonia religiosa, celebrada el sábado 27 de julio. Una multitudinaria estampa en la que posaban junto a los recién casados la plana mayor de los Grimaldi y los Ducruet, pero en la que llamaba la atención la ausencia de la princesa Charlene. Sin embargo, al salir a la luz la instantánea familiar posterior a la boda civil, podemos ver que la esposa de Alberto de Mónaco sí asistió a la celebración del viernes 26 de julio en el Ayuntamiento de la ciudad. 

Con un vestido largo en tonos pastel, la princesa posa en la escalinata entre su marido y Camille Gottlieb, la hermana menor del novio. Además, de la presencia de Charlene, llama la atención un invitado inesperado: ¡el perrito Pancake! La mascota de Louis y Marie es un miembro más de la familia y los novios le han dado tanto protagonismo en su enlace que incluso han posado con él 

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Tras la ceremonia civil, Louis Ducruet y Marie Chevallier se convirtieron oficialmente en marido y mujer, y por eso, a pesar de no tener la pompa de la religiosa en la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada, la emoción ya estaba a flor de piel. Los novios se cogían la mano muy sonrientes, mientras Estefanía de Mónaco, con un favorecedor mono amarillo, contemplaba emocionada el enlace de su hijo. Para la ocasión, Marie apostó por la firma española de Rosa Clará para lucir un sofisticado y ligero vestido pantalón elaborado en crepe de seda y bordado con encaje en la zona de la cintura

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Aunque el protagonismo indiscutible era de los novios, inevitablemente la orgullosa madrina de boda acaparaba también buena parte de las miradas. Estefanía de Mónaco, que optó por el amarillo en ambas ceremonia, estaba exultante en un día tan siginificativo para su hijo mayor. Tal y como explicó el propio Louis en Hello Monaco antes de la boda, la princesa estaba "feliz y muy emocionada pero nerviosa y estresada" durante los días previos. En la imagen, madre e hijo se miran con cariño después del enlace en el Ayuntamiento, al que siguió una recepción en los jardines privados del palacio

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Al día siguiente, los novios volvieron a darse el 'sí quiero', pero esta vez en una ceremonia religiosa celebrada en la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada y ante el padre César Penzo, el capellán habitual de los Grimaldi. Marie Chevallier llegó a las puertas del tempo a bordo de un coche clásico en una entrada espectacular que dejó boquiabiertos a los allí presentes, como su emocionada prima Pauline Ducruet, que además tuvo un papel fundamental.  

La novia deslumbró con un vestido blanco de líneas románticas que diseñó para ella su cuñada, Pauline Ducruet. La hermana de Louis, que presentó hace apenas unas semanas la primera colección de su nueva firma de moda, Alter Designs, ha sido la encargada de plasmar en este look nupcial todo aquello con lo que Chevallier soñaba para el momento en el que llegara al altar

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La elección de la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada, también conocida como San Nicolás, para contraer matrimonio está cargada de significado. La última vez que este templo monegasco había acogido una boda de los Grimaldi fue hace 63 años cuando se casaron el príncipe Rainiero y Grace Kelly. Además, es allí donde se encuentra enterrado el abuelo de Louis Ducruet, por lo que de alguna manera conseguía que también estuviese presente en el gran día. Por tanto, uno de los momentos más emotivos fue este homenaje que los novios rindieron a Rainiero en frente de su tumba

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Al final de la ceremonia religiosa, llegó el esperado momento de posar con los recién casados en una foto para el recuerdo. Tras las felicitaciones correspondientes, los tíos de Louis, Alberto y Carolina de Mónaco, sonreían junto a la pareja en el espectacular altar de la catedral. La madre de Carlota Casiraghi hizo gala de su elegancia habitual al apostar por un vestido tobillero de estampado floral con una espectacular pamela

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Louis Ducruet y Marie Chevallier ya son marido y mujer, por el rito civil y el religioso, y ya solo queda la fiesta en el Hotel Monte-Carlo Bay, pero antes, los Grimaldi miran a la cámara en una bella fotografía familiar en la que solo falta Charlene de Mónaco, que solo asistió a la ceremonia en el Ayuntamiento. 

Flanqueando a los novios se encuentran la madre de Louis, Estefanía, con un vestido corto amarillo con pedrería, y su tío Alberto. Junto a él, los hijos pequeños de Carolina de Mónaco: Alejandra de Hannover y Pierre Casiraghi, con su esposa Beatrice Borremeo. Al otro lado está Carolina, al lado de las dos hermanas del novio: Camille Gottlieb, espectacular de dama de honor, y Pauline Ducruet. En el extremo izquierdo, posan Carlota Casiraghi y su marido Dimitri Rassam, protagonistas del otro enlace monegasco del verano, y Andrea Casiraghi con su esposa Tatiana Santo Domingo

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¡Llegó el momento de la fiesta! Louis Ducruet y Marie Chevallier abandonan la catedral como marido y mujer rumbo al hotel Monte-Carlo Bay, donde tendrá lugar la espectacular fiesta hasta el amanecer con la que celebrar un fin de semana lleno de emociones

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En el hotel Monte-Carlo Bay tuvo lugar el banquete y la fiesta con la que Louis Ducruet y Marie Chevallier pusieron el broche de oro a su boda. En la imagen, el novio posa feliz con su tío el príncipe Alberto, que no se perdió el colofón final del fin de semana. Seguro que mereció la pensa, porque los recién casados no dejaron nada al azar y agasajaron a sus invitados con toda una fiesta en la que no faltó una impresionante tarta, mucha música y ¡hasta fuegos artificiales!

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