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Los hijos de Carlos Gustavo de Suecia ejercieron de perfectos anfitriones con "la nueva generación" de Príncipes Herederos y sus esposas
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Carlos Gustavo de Suecia cumplió sesenta años y lo celebró por todo lo alto, en unos festejos que duraron tres días
2 MAYO 2006
Hay aniversarios que llegan y conmocionan por lo significativo de la fecha y por la calidad (y cantidad) de los invitados. En el reino de Suecia algo se andaba barruntando desde hace meses. Si el treinta aniversario de boda del rey Carlos Gustavo y su esposa, la reina Silvia, se celebró en la más estricta intimidad hace apenas unos días, no ha ocurrido lo mismo con su sesenta cumpleaños, que ha transformado Estocolmo en una espectacular “caravana” de príncipes y princesas; de Reyes con sus Reinas que se han incorporado paulatinamente a las actividades programadas. Porque a un Rey no le basta un día para agasajar a sus invitados. Tres han sido las jornadas dedicadas a esta grandiosa “Cumbre Real”, donde el sexagésimo aniversario del rey Sueco ha sido el “leit-motiv” o perfecta disculpa para encontrarse: primero en una misa, donde se entonó un diáfano Te Deum (himno de gozo y agradecimiento), un almuerzo en el Consistorio de Estocolmo; una cena privada en los jardines del palacio de Drottningholm (residencia de la Familia Real sueca desde 1981), donde se instaló una carpa que dio cabida a los ilustres invitados, más de trescientos, entre miembros de las Casas Reales y mandatarios europeos, y una gran cena de gala, el día después, en los jardines Vita Havet. Todo ello, aderezado con conciertos, recitales y desfiles; sin olvidar, el consiguiente saludo desde el balcón y el paseo, en auto, por las vías principales del centro de Estocolmo, en las que el Soberano (treinta y dos años en el Trono, desde que a los veintisiete años juró el cargo cuando, según sus propias palabras, “era un joven inseguro”) recibió ilusionado las ovaciones de muchos de sus conciudadanos.
“El Palacio por la ventana”
Y es que los anfitriones, los Reyes de Suecia, siempre acompañados muy de cerca por sus tres hijos, las princesas Victoria y Magdalena, y el príncipe Carlos Felipe, han decidido que el treinta de abril, día exacto del cumpleaños, era una fecha adecuada para “tirar el Palacio por la ventana” y dar sobradas muestras de generosidad y agasajo a sus invitados... Sin que la pompa de los actos impidieran mostrar la calidez y sentido del humor de los Soberanos suecos y su familia.
