Los Reyes de Jordania, Rania y Abdalá II, fueron recibidos, durante su visita oficial a Estocolmo, por la Familia Real de Suecia con todos los honores
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Debido a un accidente automovilístico, los cuatro Reyes tuvieron que ser trasladados a Drottningholm en un coche de caballos soportando una temperatura de cero grados.
15 OCTUBRE 2003
Los Reyes de Jordania, Rania y Abdalá II, fueron recibidos, durante su visita oficial a Estocolmo, por la Familia Real de Suecia con todos los honores: banderas suecas y jordanas ondeando sobre las calles de la ciudad; despliegue de la guardia de honor, calesas; trompetas, timbales y los himnos nacionales de ambos países... También una espectacular recepción de gala en el palacio de Drottningholm, la residencia oficial de los Soberanos suecos.
La ciudad de Estocolmo, capital de Suecia, se volvió a vestir de gala para arropar con el glamour de los tiempos de antaño a los Reyes de Jordania, Rania y Abdalá II, durante su visita oficial a Estocolmo. La reina Silvia; sus dos hijas, la princesa Victoria de Suecia y la princesa Magdalena; y su tía, la princesa Lilian, acompañadas por el rey Carlos Gustavo, y por el príncipe Carlos Felipe, se vistieron para el mundo con sus increíbles joyas y sus vestidos de fiesta dando por inaugurado el otoño.
Y en el centro de todo este despliegue, Rania Yasin, la Reina que fue durante años una princesa invisible bajo la sombra del fallecido rey Hussein, y que se ha revelado, en menos de cuatro años, como la más digna sucesora de la respetada y bellísima Noor. La segunda soberana más joven del mundo, 33 años, (la reina Karabo de Lesotho tiene 26), palestina, bondadosa y dueña, sobre todo, de un estilo muy personal, ha deslumbrado de nuevo a Europa con su hermosura y elegancia pero, sobre todo, por haberse convertido en el motor de cambio de su país. En la mejor embajadora de la monarquía hachemí.
Una visita accidentada
El feliz matrimonio fue recibido a su llegada al país en el aeropuerto de Arlanda, Estocolmo, por la Princesa heredera, Victoria, y su hermano, el príncipe Carlos Felipe. La visita oficial de los monarcas hachemitas, de tres días de duración, comenzó con una particular anécdota cuando, durante el traslado hacia el Palacio Real, una parte de la escolta que custodiaba al rey Abdullah II y a la reina Rania, se vio envuelta en un accidente automovilístico en Essingeleden a la altura de Kristineberg (Estocolmo). No hubo víctimas, pero los cuatro Reyes (los de Suecia y los de Jordania) tuvieron que ser trasladados a Drottningholm en un coche de caballos soportando una temperatura de cero grados.
Abdalá y Carlos Gustavo delante, con sus uniformes militares de gala; y la reinas Silvia y Rania detrás, tapadas con una manta de visón.A su paso por las calles de Estocolmo, como premio, miles de ciudadanos les esperaban, agitando banderas y con gritos de júbilo.