Un vestido de novia comprado 'online' para la boda viral de Adriana en Madrid
La novia se enamoró de un diseño de Jacquemus que combinó con accesorios llenos de personalidad
Una de las primeras cosas que hace una novia antes de elegir el vestido que llevará el día de su boda es buscar inspiración. A veces la encuentra en medios especializados, otras en redes sociales. Y hay quien, como Adriana, da con el diseño de sus sueños en esta búsqueda. "No tenía claro el modelo o el diseño, pero sí tenía claro lo que no quería. Así que empecé a buscar inspiraciones y me enamoré de este vestido. De hecho, lo compré online y no tuve ni que arreglarlo", nos cuenta.
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Un vestido, un flechazo
No es fácil dar con el vestido de novia a la primera. De hecho hay chicas que dan muchas vueltas antes de elegir la firma (o el diseñador) encargado de crearlo. Pero ese no fue el caso de Adriana. Aunque la madrileña nos explica que miró otras opciones, tenía bastante claro que quería, como vestido principal, un diseño de la colección Bride de Jacquemus. "Es mi diseñador favorito y me encantaba la colección que hizo cuando se casó -espectacular-. Además, fue de los pocos diseñadores que trabajaba el concepto de novia que a mí me gustaba, ya que los trajes aparatosos de novia no iban demasiado con mi estilo. Quería algo fácil y cómodo a la par que original. Además, Jacquemus para mí es un referente en social media, hemos trabajado con muchos proveedores en común y siempre es un must", nos cuenta.
Adriana eligió el vestido La Robe Draggiu un modelo confeccionado en algodón con aplicaciones de puntos bordados a mano con bordes sin rematar e hilos sueltos. Este diseño, como suele ser habitual entre los modelos de la firma, resalta con suavidad la silueta de la novia e incorpora tirantes dobles que se cruzan en la espalda. Además cuenta con una pequeña cola que da movimiento a la falda.
Sin embargo, tanto la chaquetita de gasa con la que combinó el vestido como el velo sí fueron creados a medida para ella por Jaime Mans, de Mans Concept. "Fue un acierto porque entendió a la perfección que era lo que quería. Mi marido y mi hermano se estaban haciendo el traje con él, porque mi hermano ya había desfilado para la marca y sabía lo que hacía y cómo trabajaba. Así que cuando tuve el vestido de Jacquemus y me decidí por el velo con chaqueta de gasa, la verdad es que no me lo pensé mucho…", nos cuenta.
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Accesorios llenos de fuerza
Para algunas novias lo más importante a la hora de elegir su look nupcial es que sea atemporal, para que sobreviva bien al paso del tiempo; otras quieren que su diseño esté impregnado de las tendencias del momento. Adriana buscaba ser original: "obviamente me he casado de blanco y en una Iglesia, pero he intentado ser creativa y disfrutar del proceso de serlo". Tal vez por eso el resto de accesorios con los que completó su look estaban llenos de fuerza.
La novia se decantó por unas sandalias verdes (un tono muy poco visto entre las novias) y un bolso de mano bordado con perlas que pudimos ver colgado en uno de sus brazos. Adriana también llevó joyas muy especiales: una pulsera que le regaló su marido hace cinco años, de Alighieri y un reloj de oro de su madre que también llevó en su boda. El resto de joyas eran de Simuero. En cuanto a las alianzas, nos explica que eran diseños muy clásicos de Cartier, el modelo Cartier 1895.
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Un ramo original
Aunque Adriana llevó bolso, no prescindió del ramo. Eso sí, optó por un diseño de lo más especial. "Si pienso en una palabra para mi ramo creo que la definición es la de 'poco convencional' y divertido. Quería algo original y sin flor seca, que me parece aburrida. Además, toda la boda giraba en torno a las frutas y las hortalizas, y por eso quería un ramo donde predominara el verde (como mis zapatos). Tanto el ramo como la decoración de las mesas estuvo a cargo de la florista Ana Jaenes (@eternal.disati), quien hizo un trabajo espectacular. ¡Novias, os la recomiendo!".
Un look de belleza natural
La naturalidad se ha convertido, para la mayoría de novias, en la única tendencia presente en su peinado y maquillaje. Quieren sentirse guapas, pero reconocerse. Y Adriana no fue una excepción. La madrileña nos explica que confió en @makeup.egga para que peinaran su melena midi con ondas y crearan para ella un maquillaje suave y favorecedor con productos de Dior Beauty. "Quería algo sencillo que fuera acorde con mi estilo y el tipo de vestido que llevaba. También porque llevaba velo con cola y no quería que se estropease mucho el peinado cuando me lo quitase. Y respecto al maquillaje más de lo mismo, dada la emotividad de la boda, no quería que se me notara mucho si se me escapaba alguna lagrimita".
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El segundo look de Adriana
La novia, como cada vez hacen más chicas, eligió un segundo look para su gran día. En su caso reemplazó el vestido por otro más cómodo, holgado y sin cola, de Massimo Dutti. Una prenda ligera con la que poder bailar y que, como ella misma explica, combinaba perfectamente con unas botas cowboy plateadas que quería llevar sí o sí en su boda. También cambió de bolso por un diseño en plata tipo bombonera.
Nueve años de amor
Adriana y Jorge se conocieron en la biblioteca. Él opositaba para judicatura, ella estaba terminando ADE. "Aprovechando una de mis últimas asignaturas de la carrera, le pregunté sobre los trámites para constituir una sociedad y ahí empezó todo…". Y después de nueve años de relación decidieron dar el paso.
"La verdad es que yo no tenía muchas ganas de casarme, fue Jorge el que estaba más ilusionado con el matrimonio. Así que llevaba tiempo maquinando cómo hacerlo…. Y la verdad es que agradezco que lo hiciera porque fue precioso. Se compinchó con mi familia para prepararlo todo. Me llevó engañada a un pueblo de la sierra madrileña donde solía pasar los inviernos con mi familia, y ahí, en medio de un claro del bosque, me estaban esperando todos nuestros familiares, con carteles a lo Love Actually, y delante de todos hincó rodilla. Al día siguiente vino el resto de la familia y la verdad que fue un fin de semana precioso y lleno de emociones", nos explica Adriana.
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Adriana y Jorge se dieron el 'sí, quiero' el pasado 10 de junio en la Iglesia de Santo Domingo de Silos situada en Pinto (Madrid), de donde son ambos. Allí se habían casado los padres y todos los tíos de la novia. Para la celebración se trasladaron al Palacio del Negralejo. "Estaba relativamente cerca y nos encajaba con lo que queríamos hacer", nos explica la novia.
Suele ser habitual que después de la ceremonia y antes de la celebración, los novios y el fotógrafo elijan un espacio especial en el que hacer algunas fotografías bonitas. Sin embargo, Adriana nos explica que en su caso se fueron a un fotomatón en un centro comercial. "Fue divertidísimo porque no teníamos cambio y fuimos vestidos de novios por todo el centro comercial para conseguir monedas. Antes de eso, nos fuimos a la biblioteca donde nos conocimos a sacarnos un par de fotos. La gente alucinaba con la postal…", recuerda divertida.
Todos los detalles del gran día
Aunque estuvieron en contacto con varias wedding planners, finalmente Adriana y Jorge decidieron prepararlo todo por su cuenta. "Para toda la organización del evento en la finca, contamos con Arantxa (Palacio del Negralejo), que nos ayudó con la organización y encuadre de todos los proveedores que habíamos contratado", apunta la novia.
Uno de los detalles más originales fue, sin duda, el seating plan. "Era lo más impresionante (era el photocall prácticamente). Se me ocurrió montar una frutería donde cada fruta o verdura era una mesa. Dentro del salón la decoración de cada mesa estaba ambientada en esa fruta u hortaliza. Los centros eran una auténtica pasada, tanto que los invitados hicieron montones de fotos", explica muy divertida la novia.
Pero ese no fue el único detalle especial de la boda. En realidad el enlace de Adriana y Jorge estuvo plagado de anécdotas. Una de las más divertidas, también relacionada con las mesas, fue que los novios decidieron dejar panderetas a sus invitados. Un instrumento que los invitó a entonar villancicos pese a encontrarse a las puertas del verano. Además, en lugar de repartir el ramo, quisieron hacer una entrega de premios con la que se lo pasaron de maravilla.
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Pero hay más, tantas que la novia nos ha hecho hasta una lista:
- El día de la boda mi marido se puso malísimo, hasta el punto de pensar que se tenía que ir a urgencias… No pudo comer nada y lo pasó fatal durante la ceremonia, pero menos mal que luego remontó y todo terminó bien.
- Para la copa de bienvenida contamos con dos variedades de vinos muy especiales: Un vino que nos enviaron unos amigos desde Ibiza (@Robizawine) y otro vino de otros amigos que tienen bodega en Colmenar de Oreja (@bodegasfigueroa). Ambos estaban buenísimos y encantaron a todos.
- El metre de la finca tuvo que regañar al DJ (pincha en El club Malasaña y fue un verdadero acierto) porque la gente no se sentaba a cenar de la música que estaba poniendo.
- Cuando entramos al salón, toda la gente estaba ya de pie, en círculo y alrededor de mi abuela, que empezó a bailar Gimme Gimme de Abba con el andador y todo el mundo con ella. ¡Mi abuela se hizo viral!
- Después de la recena (fue con VICIO (@vicio) y elegimos a GABFOODS (@gabfood) para la tarta y la mesa dulce), mi marido y yo nos disfrazamos de cangrejo y cucaracha y fuimos repartiendo chupitos mientras saltábamos con los invitados, fue muy divertido.
- Llevamos a un tatuador para que tatuara a los invitados que quisieran.
- También como invitados había bastantes caras conocidas como Ariadna Tapia, Alba Miro, Hugo Arbues, Guillermo Lasheras, Songa Park, Juan Perales, Carlos Parejo, los hermanos Volinetts, Ali Bercan … actores y talentos que están en mi agencia Dazzle , incluida también la reconocida fotógrafa Aran Martínez Solana que llevaba un look increíble.
- Las fotos las hizo Alejandra Ortiz y los videos Pablo Agma.
Y aunque aquel día lo pasaron de maravilla, cuando le preguntamos a Adriana que fue lo mejor del pasado 10 de junio no tiene dudas: "Confirmar a mi compañero de vida como mi marido y compartir ese momento con toda la gente que queremos y que es muy difícil reunir ya que viven en diferentes partes del mundo".
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Pero a veces en una boda, con permiso del novio, hay miradas que nos emocionan más que las que se cruza la pareja protagonista. Y esta, la que intercambian Adriana y su padre, lo hace especialmente. Y es que compartir un día tan mágico con él tuvo y tiene, quizá ahora más que nunca, un sentido y una importancia complicada de describir. "Padecía un cáncer desde octubre y ha sido una batalla contrarreloj donde él sacó fuerzas para poder estar ese día conmigo y disfrutarlo. Lamentablemente, un mes mas tarde falleció y sé que él se sentiría súper orgulloso de poderle dedicar este artículo".