"Cuando estas en la Ribera del Duero, sientes como si estuvieses en una Novela de Miguel Delibes. Son infinitos los momentos en un período de tiempo tan corto empezando todas esas emociones el día de antes:
La tarde anterior pudimos disfrutar de Peñafiel, y hago referencia a estas líneas de Miguel Delibes, porque reflejan la 'fiel' realidad de esta villa de Castilla: La Peña más fiel de Castilla (así la nombró Sancho García hace mil años) vio crecer en su falda una villa repleta de edificios nobles, palacios, iglesias, monasterios… A Peñafiel la riegan por tres costados un arroyo, el Botijas, un ancho afluente, el Duratón, y el gran padre Duero. Y, sin embargo, su cerro es pelado, desnudo, áspero, ideal para erigir sobre su roca madre las piedras de un castillo milenario, uno de los más bellos de Europa. Albergue antaño de nobles luchadores de la raya –aquí se marcaba el límite entre cristianos y andalusíes–, hoy lo es del Museo del Vino, compendio de la más famosa Ribera del mundo. Bajo sus cimientos, el cerro horadado guarda cientos de metros de galerías donde antaño serenaba el mosto haciéndose vino".
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