En España el papel de la madrina suele recaer sobre la madre del novio. Ella es la encargada de acompañarlo al altar y la segunda mujer más observada de la boda después de la novia. Y aunque los expertos tienen claro que su estilismo debe cumplir ciertos requisitos –es preferible evitar los escotes llamativos o los looks demasiado excéntricos–, en realidad tienen que buscar un vestido que se adapte a su estilo. Lo mejor es que, aunque el enlace sea de día, son las únicas a las que el protocolo permite vestir de largo, por lo que pueden elegir el que más les guste. Si este año te toca ejercer de madrina, te damos 10 ideas para que sorprendas sin caer en excesos.
Las expertas en moda han demostrado que los paillettes no solo son para los estilismos de noche, también se pueden llevar de día. Eso sí, hay que elegir opciones que no resulten demasiado recargadas y que combinen las lentejuelas con tejidos más livianos, como sucede en esta propuesta de Monique Lhuillier.
El amarillo, en todas sus tonalidades, se ha convertido en uno de los colores preferidos de los meses más fríos del año. No solo animan los estilismos, también los llenan de vitalidad y alegría. Si lo eliges para tu vestido de madrina, sal de lo establecido al elegir diseños que lo mezclen con tonos anaranjados o salmones, como hace Carolina Herrera.
Aunque sea preferible no apostar por escotes demasiado pronunciados, eso no significa que se descarten las opciones en 'V' y, mucho menos, aquellas que se combinan con mangas abullonadas. Una forma sutil de sumarse a las tendencias, como propone Rosie Assoulin (1.259,40 euros) en una de sus últimas propuestas.
Si lo que buscas es un vestido muy sencillo pero con algún detalle que lo haga diferente, deberías bucear entre las propuestas de la colección Very Victoria de Victoria, la firma de Vicky Martín Berrocal. La diseñadora sabe que un tejido que se adapte a la silueta, un buen corte y un color favorecedor, como el del modelo de la imagen (1.225 euros) son suficientes para causar un efecto wow.
El encaje es uno de esos tejidos que nunca faltan en las colecciones de madrina. Y es que, además de ser muy versátil, puede dar un toque sofisticado a los vestidos más sencillos. Por eso no sorprende que la diseñadora Rosa Clará (790 euros) juegue con él y lo combine con una falda drapeada en la cintura con una lazada de lo más femenina.
Si los vestidos largos no terminan de encajar con tu estilo, también hay opciones midi que se alargan hasta el tobillo. Un ejemplo es este diseño de Panambi, un vestido que además introduce unas mangas de tendencia, con las que dar un toque totalmente diferente al look. Lo mejor de este tipo de piezas es que, pese a ser bastante sencillas, no necesitan accesorios llamativos ni de gran tamaño para funcionar.
Otra forma de introducir el mostaza en los vestidos de madrina es mezclándolo con tonos más clásicos, como el chocolate. Eso es lo que propone Inés Domecq en la elegante colección que ha diseñado para Coosy, y en la que es posible encontrar modelos tan favorecedores como el de la imagen, apto para mujeres de todas las edades.
Dice la ciencia que el rojo es uno de los colores que hace más atractivas a las mujeres. Por eso no sorprende que las madrinas se sientan a gusto con él. Aunque hay algunas que prefieren tonos más suaves, lo cierto es que firmas como Pronovias (550 euros) no dudan en introducirlo en sus propuestas de fiesta. Este diseño se suma además a una de las tendencias preferidas de las novias, el escote halter.
Ya te hemos comentado que el encaje es uno de los tejidos que nunca falta en los vestidos de madrina. Y, aunque a veces se utiliza solo para algunos detalles –generalmente las mangas, el escote o el cuerpo– hay firmas que prefieren utilizarlo para confeccionar con él todo el vestido. Ese es el caso de Elisabetta Franchi, que opta por el fresa para uno de los diseños de nueva colección. Ideal para bodas primaverales.
Las faldas de silueta 'A' y los escotes que dejan los hombros al descubierto no solo son aptos para las novias, también para las madrinas. Firmas como Aire Barcelona llevan este patrón al mundo de las invitadas combinando colores tan clásicos como el azul marino y el blanco. El resultado es una prenda sencilla de lucir, que no cae en ningún tipo de excesos, pero se sale de las opciones que eligen con más frecuencia las madres de los novios.