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No es extraño que sientas una gran paz cuando tu perro duerme a tu lado. Sin embargo, lo cierto es que suele suceder que, una vez que tu perro comprende que le dejas subir a tu cama, no hay vuelta atrás. Por eso, te recomendamos que conozcas los pros y los contras de dormir con tu mascota.

 

Alergia

Existen razas de perro que son 100% hipoalergénicas, como los bichones malteses, lo que garantiza que en principio no desarrollarás o padecerás una alergia. Pero todos y cada uno de los perros son excelentes vehículos para transportar ácaros, propios (producto de su escamación) y ajenos (que recogen del ambiente), lo que quiere decir que además del millón y medio de ácaros que se supone que hay en tu cama (y en la de todos) tienes a un polizón que constantemente está añadiendo más. Esto puede producir o intensificar alergias humanas. Ten en cuenta que cuando dormimos somos muy vulnerables, nuestra vestimenta es muy ligera y pasamos tiempo con la boca abierta o con la nariz pegada a la almohada y las sábanas, por tanto cuanto más higiene menos probabilidad tendremos de desarrollar una alergia.

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Ronquidos

Cuanto mayor se hacen los perros, más probabilidades de que su sueño no sea tan apacible y silencioso. Ten en cuenta que los problemas respiratorios se van agudizando con el paso de los años, especialmente en perros braquicéfalos (que ya de por sí tienen problemas para respirar), esto produce a su vez que la calidad del sueño del can se reduzca, limitándose a intervalos más breves, lo que desencadena inevitablemente que tú sufras esas consecuencias si compartes cama. Un perro que ronca, que produce silbidos y que se mueve más es la consecuencia de problemas respiratorios especialmente agudizados por la edad del can.

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Babeo

No todos, pero muchos perros babean y este es un detalle que debes tener en cuenta si vas a compartir cama con él. Lo cierto es que esta situación no es tan común de noche, pues el babeo está relacionado con la sensación de hambre o con la digestión. Sin embargo, si el perro ha comido recientemente y se acuesta contigo puede impregnar la cama de sus babas, lo que no resulta del todo higiénico ni cómodo. Su boca puede ser portadora, además, de bacterias que en muchos casos pueden producir reacciones a los humanos, incluso de cierta gravedad. Nos encanta recibir una muestra de cariño de nuestros perros, pero los lametazos y el contacto con su saliva no es del todo recomendable y sería necesario limitarlo al máximo.

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Perro grande, cama completa

Diversos estudios apuntan a que dormir con un perro puede generar una sensación muy placentera y, por tanto, ayudar a conciliar el sueño o, incluso, a dormir más profundamente. Sin embargo, los estudios no dicen nada del tamaño de los perros, no es lo mismo dormir con un chihuahua que con un golden retriever. El tamaño de los perros importa mucho cuando están sobre la cama, y si tienes un cachorro y le permites dormir contigo (algo que, por otro lado, es comprensible) ten en cuenta que deberás reeducarlo si su tamaño definitivo es inasumible para descansar en la cama. Los perros son animales que tienden a moverse mucho durante el sueño, y siempre buscan una posición de contacto que limita al máximo tu movimiento, lo cual si tienes un perro grande puede acabar produciéndote un desajuste notable en el sueño y en tu descanso.

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Vacunación

Ten en cuenta que tu perro debe cumplir siempre con el calendario de vacunación, especialmente ante la rabia que es la enfermedad que requiere de un recordatorio anual. En caso de no estar vacunado el animal puede contraer, desarrollar y contagiar enfermedades a los humanos de alta gravedad. Tendemos a pensar que la rabia solo se contrae con una mordida, sin embargo basta un lametazo con saliva del animal en boca, nariz o heridas humanas para poder contraerla, lo cual generaría un problema de salud pública relevante. Contra lo que muchos piensan, la rabia no está erradicada, hay comunidades autónomas en España que constantemente comunican casos.

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Suciedad

Existen mascotas aún más limpias que los perros. Es cierto que constantemente se están lamiendo para mantener su pelo higienizado, pero ni su lengua es tan eficaz como la de los gatos ni el entorno en el que se mueven es tan limpio. Los perros inevitablemente arrastran suciedad del exterior, en cada paseo no solo son sus patas las que se rozan contra la calle, sino todo su cuerpo, y como sabes: les apasionan los lugares con olores intensos. Por eso, aunque  tengas la costumbre de limpiar sus almohadillas al llegar a casa, no puedes (ni debes) evitar que el perro arrastre suciedad. No sería positivo ni bañarlo constantemente ni vestirlo para que permanezca limpio, porque el can necesita ese equilibrio para desarrollar y mantener la inmunidad ante bacterias, virus y gérmenes. Sin embargo, ¿estás dispuesto a meter a sus “acompañantes” en tu cama?

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Desparasitado

Los perros pueden portar muchos tipos distintos de parásitos. Por suerte, los procesos veterinarios están pautados de forma que hay revisiones continuas, utilizan collar o pipeta y se renuevan las pastillas para aplacar los parásitos internos. Pero además de los propios que pueden afectar a los canes, los perros también pueden ser portadores de parásitos que puedan afectar a los humanos. Es muy difícil saber si tras un paseo vespertino tu perro no porta un chinche o un parásito intestinal. Ten en cuenta que si percibes que tu perro tiene síntomas tales como la diarrea, dilatación del abdomen, picor o heridas, descartes instantáneamente que duerma contigo hasta que un veterinario determine el motivo de estos síntomas.

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Esfínteres

Tanto cuando un perro es todavía cachorro, como cuando empieza a entrar en una edad avanzada, el control de sus esfínteres no es siempre una cuestión fiable. No confíes en la posibilidad de que tu perro no haga sus necesidades en la cama. Todo depende también del nivel de educación que hayas podido alcanzar con él. Para los perros bien adiestrados existe una máxima a cumplir sobre no hacer sus necesidades en casa y no tiene tanto que ver con que sea un entorno familiar o propio, sino que se trata de un espacio bajo techo. Los perros diferencian si es exterior o interior, y si comprenden que dentro nunca pueden hacerlo tratarán con todo su ahínco de seguir la pauta. Sin embargo, no podemos olvidar que un perro sigue siendo un animal, y tanto si no está bien adiestrado como si entra en una etapa de su vida con carencias en la comprensión y el control de esfínteres, dormir con él puede no ser buena idea.

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Dormir con pareja

Dejamos para el final la joya de la corona de las razones por las que no deberías dormir con tu perro. ¿Qué pasa si tienes pareja? Los perros no están demasiado preparados para comprender excepciones, para ellos las cosas son como son, y lo son siempre. Si le permites subir a la cama cuando duermes en soledad pero no se lo permites cuando tienes compañía o, simplemente, cuando no te apetece, el perro va a entrar en un conflicto incomprensible. O duerme siempre, o no duerme nunca. Dormir con tu pareja y necesitar momentos para vosotros genera inevitablemente un conflicto en la percepción del perro sobre lo que puede o no hacer.

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