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Vuelven a bajar las temperaturas y vuelve el frío. Los que tenemos gato en casa, observaremos que nuestra mascota busca aquellos lugares que emanan más calor. Debajo de la colcha o el edredón, dentro de un armario si nos hemos dejado la puerta abierta o, incluso, encima del radiador. Podemos entender que intente mantener su cuerpo caliente. Pero a menudo nos parece un tanto excesivo el tiempo que puede pasar encima de un sistema de calefacción. ¿Es  normal? ¿Puede ser peligroso? 

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¿Por qué mi gato busca siempre el calor? 

El gato es un animal al que le encanta el calor, no hay nada mejor que un suelo calentito, una hamaca colgada de un radiador, el teclado de un portátil encendido o las piernas de su cuidador. Se piensa que buscan el calor porque al quedarse quietos y dormir las largas siestas que echan varias veces al día, obviamente, pueden perder algo de calor al ralentizarse su metabolismo, y a nadie le gusta quedarse frío en la cama, señala Diana Palacios, veterinaria especialista en medicina felina y medicina interna en AniCura Asturpet Hospital Veterinario.

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¿Es malo que se tumben en un radiador?

Es una de las escenas más típicas: un gato sobre un radiador dormitando, con cara de placer, y absorbiendo el calor que este emana. ¿Puede ser peligroso para él? "No es malo que un gato esté al sol o sobre un radiador. Si el gato en cualquier momento nota que se quema se despertará y se apartará de la fuente de calor", asegura la veterinaria. De hecho, es probable que tras pasar un buen rato a gusto sobre el radiador, o al lado de la chimenea, se tumbe en cualquier otro lugar para recuperar la temperatura. 

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¿Cuidado con la exposición solar? 

Aunque una alimentación bien equilibrada para gatos aporta la vitamina D que el gato precisa, el sol puede ser una fuente extra de esta vitamina. Esta podría ser otra explicación por la que los gatos, sobre todo los caseros, buscan el sol. Pero cuidado. Mucho sol no es bueno. Como recuerda la veterinaria Diana Palacios, existen ciertas patologías que pueden sufrir los gatos, sobre todo los de capa blanca, por la exposición al sol. "Por esto se recomienda dejar a tu gato tomar el sol, pero estar atento ante la aparición de cualquier cambio que pueda suceder en su piel, sobre todo en los pabellones auriculares y la nariz, y acudir al veterinario". 

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Cuidado con las zonas sin pelo 

La recomendación anterior no se limita a los gatos de manto blanco ni a los que no tienen pelo, como la raza de gato esfinge que, obviamente, necesitará más cuidados. "El exceso de sol puede resultar perjudicial en las zonas donde el gato tiene menos pelo, como son el plano nasal y los pabellones auriculares. Por eso se recomienda asistir a un centro veterinario si tu gato presenta lesiones en la nariz u orejas para realizar un diagnóstico adecuado de la posible patología y aplicar el tratamiento más adecuado para cada caso". 

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¿Puede ser síntoma de enfermedad?

Cuando nuestro gato busca calor mucho más que antes, ingiere menos comida, presenta vómitos o diarrea, adelgaza, tiene el pelaje descuidado, etc., sería recomendable buscar la opinión de un veterinario, puesto en que en este caso nuestro gato puede estar buscando calor por encontrarse enfermo.

En cuanto a su temperatura, hay que recordar que "la temperatura corporal de un gato es más elevada que en las personas. Ellos suelen tener entre 38 y 39 ºC de manera fisiológica, por eso no consideraremos que un gato tiene fiebre hasta que no sobrepase esa cifra", señala la experta de Anicura Asturpet Hospital Veterinario. Por lo que se le tomamos la temperatura, no deben asustarnos estas cifras. Ahora bien, si observamos los síntomas arriba mencionados, sí tenemos que consultarlo para poder detectar a tiempo si se trata de una enfermedad o para quedarnos más tranquilos, si el especialista no observa nada preocupante.

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