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Pensamos que hay enfermedades de humanos y otros de perros o de gatos. Pero lo cierto es que hay problemas de salud comunes, con igual afectación de la calidad de vida, tratamientos parecidos y pronósticos similares. Es el caso de los problemas de tiroides como el hipertiroidismo y el hipotiroidismo, que también afecta a nuestras mascotas pero que, con una intervención temprana y un tratamiento correcto, puede devolver la salud a nuestros animales de compañía. Jordi Puig, especialista diplomado americano y europeo en Medicina Interna y corresponsable del departamento de Medicina Interna de AniCura Ars Veterinaria Hospital Veterinari (Barcelona) nos habla de los síntomas de los trastornos que afectan a la glándula de la tiroides en perros y gatos y nos avanza cuáles son las novedades y los tratamientos más efectivos. 

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¿Puede mi mascota tener problemas de tiroides?

El hipertiroidismo es más común en gatos y el hipotiroidismo en perros. En la mayoría de gatos (alrededor del 97%), la causa del hipertiroidismo es la presencia de un crecimiento benigno de la glándula tiroidea. Un pequeño número (aproximadamente un 3%) tienen un tumor tiroideo maligno. Existe el hipotiroidismo felino, pero es poco frecuente afectando a gatos de pocos meses de edad (hipotiroidismo congénito) o debido a la destrucción de la glándula tiroidea (por ejemplo, después de la cirugía de la glándula tiroidea o tratamiento con yodo radioactivo). La presentación más común (95% de los casos) es el hipotiroidismo primario (afectación de la glándula tiroidea). Se han descrito casos de hipertiroidismo canino asociados a tumores de la misma glándula o alimentación con carne cruda.

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¿Cuáles son los signos del hiper y del hipotiroidismo en gatos y perros? 

Los signos del hipotiroidismo canino son muy variables, sin características patognomónicas. En el 80% de los casos existe letargo, incremento de peso, intolerancia al ejercicio o debilidad generalizada. Los cambios dermatológicos ocurren hasta en un 60-80% de los perros. Otros signos clínicos incluyen problemas neurológicos, cardiovasculares, oculares… La edad media de presentación del hipertiroidismo felino es aproximadamente a los 13 años. La mayoría de gatos hipertiroideos tienen unos signos clínicos variables que reflejan los efectos sistémicos de la hormona tiroidea. Los signos más comunes son la pérdida de peso, polifagia, vómitos, incremento de la ingesta de agua y orina, hiperactividad…

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¿Qué tratamientos se administra?

En el caso del hipotiroidismo, se administra levotiroxina a diario (suplementación de la hormona tiroidea). Existen 4 métodos de tratamiento del hipertiroidismo felino. La administración de medicamentos antitiroideos (metimazol o carbimazol) es la práctica más común en veterinaria. También se puede dar una dieta baja en yodo. Estos dos métodos no son curativos. En el caso de querer curar definitivamente el hipertiroidismo podemos realizar una cirugía o administrar el yodo radioactivo. Siendo este ultimo, el tratamiento de elección en la mayoría de los casos debido a su alta eficacia con una sola dosis, tratamiento de enfermedad ectópica y no hay necesidad de anestesia.

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¿En qué consiste la terapia de yodo radiactivo para felinos?

El funcionamiento del tratamiento se basa en la administración subcutánea del yodo radiactivo (I-131) que se concentra en las células foliculares tiroideas hiperactivas incorporándose a la tiroglobulina. El isótopo I-131 emite rayos gamma y partículas beta, cuyos efectos ionizantes son los responsables de la destrucción de las células hiperactivas. El tejido tiroideo atrófico no concentra el yodo y sólo el tejido tiroideo hiperactivo funcional es afectado por el tratamiento. Por lo que el yodo que no se concentra en la glándula tiroides se elimina a través de la orina y heces.

Durante el período de hospitalización, no se puede manipular en exceso al paciente sin estar expuestos a altos niveles de radioactividad. Por este motivo, el estado de salud general del paciente debe ser óptimo para poder ser candidato a este tipo de tratamiento. En este sentido, los gatos deben permanecer hospitalizados en una instalación adaptada de aislamiento de 2 a 7 días después de la inyección dependiendo de los niveles de radiación. Una vez dado de alta el paciente, es importante tener una serie de precauciones especiales durante dos semanas: la mascota no puede dormir con los propietarios y los residuos del arenero hay que guardarlos de forma controlada, cerrada y aislada dentro de la casa las 2 semanas de restricciones para reducir la radioactividad.

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¿Cómo toleran estos tratamientos? 

 La mayoría de pacientes toleran bien los tratamientos que hemos mencionado. En el caso del hipotiroidismo, la administración de la levotiroxina debe ser para toda su vida. Si nos centramos en el hipertiroidismo, es importante conocer que las desventajas más importantes de la administración de medicamentos antitiroideos (metimazol o carbimazol) son su incapacidad de curar la enfermedad, necesidad de administrarlos toda su vida y efectos secundarios. La mayoría son leves (vómitos o anorexia), sin embargo, algunos de ellos pueden ser graves (hepatopatía, neutropenia o trombocitopenia).

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¿Van a necesitar una dieta especial? 

En el caso de los perros es posible que debamos controlar el peso. Por lo que es importante con seguir las indicaciones de nuestro veterinario para saber qué dieta debe llevar nuestro perro y no excedernos en las cantidades. En el caso de los gatos, depende de si existe una enfermedad concomitante (por ejemplo, problema renal).

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¿Qué otros cuidados necesitan? 

En el caso de los gatos, al ser pacientes geriátricos necesitan más atención de forma regular. En las dos patologías (hipotiroidismo e hipertiroidismo) se deben realizar controles seriados para conocer si el tratamiento que estamos administrando es adecuado.

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