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Se acercan fechas en las que todos pensamos en hacer nuestra carta a Papá Noél o los Reyes Magos para escribir en ella nuestros deseos, que nos ayuden a intentar cerrar con una sonrisa este año 2020 que ha sido especialmente complicado. Y en muchas de esas cartas, habrá quien muestre su deseo de tener una mascota en la familia, especialmente los más pequeños de la casa.

 

Pues bien, hay que partir de un dato: la Real Sociedad Canina de España (RSCE) ha denunciado que la mitad de los perros que se regalan con motivo de las fiestas navideñas terminan siendo abandonados. El motivo es bastante claro: todo se debe a una falta de concienciación acerca de la responsabilidad que supone albergar una mascota en un hogar. Muchas personas se animan a tener un perro o un gato por un capricho o un impulso, y carecen de un compromiso real, así como de información o asesoramiento previo. Algo que lleva a que, pasados unos meses, se produzcan los abandonos, que alcancen unas cifras ciertamente alarmantes. Tanto es así que España en uno de los países de Europa con mayor número de abandono de perros, con 183.000 registrados en 2019, según datos de la Fundación Affinity.

 

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Una búsqueda de compañía en una época complicada

Este año, hay un factor extra a tener en cuenta: la Navidad coincide con la pandemia de la covid-19, con restricciones de movilidad y vida social a lo largo y ancho del país (y casi nos atreveríamos a decir que del planeta), lo que genera una mayor carencia afectiva y momentos de soledad, que se traduce en una mayor demanda de mascotas. Los datos no hacen sino corroborarlo. Y es que según cuentan en la RSCE, ya en la pasada cuarentena las adquisiciones de cachorros para atenuar los días en soledad se incrementaron considerablemente. La parte negativa viene después: se produjo un aumento de los abandonos del 25% cuando acabó el confinamiento en mayo. Hay que tener muy presentes estos datos, sobre todo si tenemos en cuenta que según apunta el último estudio de Fundación Affinity, el 21% de los españoles se plantea regalar un animal de compañía a un familiar o amigo, para ayudarle a sobrellevar mejor las restricciones y el distanciamiento social. No es extraño cuando se sabe también que 9 de cada 10 personas que conviven con un perro o un gato están afrontando mejor esta complicada situación. Pero no se nos puede olvidar que hay que hacerlo con responsabilidad.

 

“En esta Navidad tan inusual con la que cerramos un año muy complicado para todos, debemos ser conscientes más que nunca de las decisiones que tomamos y si estamos preparados para ellas. Tener un perro no es un juego, es un compromiso de por vida que requiere un sacrificio a todos los niveles. Hay que ser consecuente y valorar antes de tomarlo para que después no haya un animal abandonado en la calle. Aunque a veces tener un perro sea algo costoso, la recompensa que él te da diariamente es incalculable”, cuenta Julián Hernández, presidente de la RSCE.

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Una experiencia maravillosa... con responsabilidad

Abrir nuestro hogar a un compañero peludo tiene que ser una decisión meditada. “El papel de nuestros perros y gatos es en muchos casos, el de apoyarnos emocionalmente especialmente en momentos difíciles como el que estamos viviendo ahora. Pero adoptar a un perro o un gato es una decisión que debe meditarse muy bien, siendo conscientes de la responsabilidad que conlleva y teniendo en cuenta futuros escenarios: quizás ahora tenemos más disponibilidad, estamos más en casa o viajamos menos pero eso puede volver a cambiar”, explica Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.

“Convivir con una mascota es una experiencia maravillosa que puede enriquecer enormemente tu vida, ofreciéndote momentos únicos de cariño y diversión, pero es de vital importancia saber que implica responsabilidad, tiempo y dinero”, nos cuenta por su parte Sonia Sáez, veterinaria y Brand Manager de Purina Corporativo.

 

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Evitar que sea un acto impulsivo

Si no se piensa con detenimiento, luego pueden venir las desagradables consecuencias. “Desafortunadamente sigue siendo habitual que algunos propietarios que compran o adoptan un animal de compañía de forma impulsiva decidan abandonarlo o dejarlo en una protectora cuando se dan cuenta de que convivir con ella implica un compromiso importante que puede superar los 10 años, en términos de dedicación, paciencia y reestructuración de la rutina o estilo de vida adquirido”, añade la experta de Purina, haciendo alusión a ese deseo de tener una mascota por impulso, sin valorar todos los aspectos que conlleva el hecho de tener un animal en la familia.

 

El problema, en opinión de la experta, es que hay personas no se informan debidamente del esfuerzo que conlleva educar a un perro al plantearse por qué adoptar. Tampoco valoran que cada raza tiene su temperamento y sus peculiaridades, o que un gato tiene su carácter, necesidades y un proceso de adaptación más o menos fácil. Todo ello puede influir mucho durante la convivencia, por lo que, en el caso de ser principiante en esto de tener animales en casa, necesita de conocimiento previo. “Los animales no son juguetes que se puedan regalar por Navidad y si no nos gusta, devolverlos o abandonarlos. Son seres vivos que sienten y padecen, y por esa misma razón no pueden ser víctimas de un capricho o un arrebato. La inclusión en la familia de un perro o gato debe ser una decisión muy meditada y consensuada por todos, siendo conscientes de la responsabilidad que ello conlleva”, explica la experta de Purina.

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Tener en cuenta sus necesidades

En el caso concreto de los perros, hay que valorar que a partir del momento en el que entran en casa, tendremos un amigo fiel y cariñoso, que nos dará compañía y momentos inolvidables. Pero hay que tener en cuenta que, como dice la experta, tienen un talante dependiente y una serie de necesidades que no puedes pasar por alto. Requieren una serie de paseos diarios, hay que cuidar su higiene (baño, cepillado, corte de uñas y limpieza de dientes), hay que dedicar tiempo a jugar con ellos, así como a la socialización con otros perros. Todos son aspectos que formarán parte de vuestra convivencia durante muchos años. Y a esto hay que añadir el desembolso económico: hay gastos como el microchip, la administración de vacunas, la desparasitación, la esterilización, alimentación específica para las distintas etapas de su vida o visitas veterinarias que puedan producirse. Queda claro que tener un perro exige un compromiso, no solo afectivo, sino también económico, pues de media mantenerlo cuesta unos 1.250 euros al año.

 

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Los gatos y las alergias

La experta nos cuenta que es cierto que el grado de flexibilidad es mayor en el caso de que te decidas por un gato, debido a que, en general, suelen ser mucho más independientes que un perro y no requieren paseos diarios. “Pero, en cualquier caso, también deberás cubrir sus necesidades higiénicas, alimentarias, así como costear microchip, vacunas, desparasitación, esterilización y visitas veterinarias. Aunque afortunadamente cada vez son más las opciones para viajar y disfrutar con un compañero felino, tu ritmo de vida debe poder adaptarse a sus necesidades de atención y cuidado, sobre todo si decides adoptar un gatito”, nos cuenta.

 

Y no puedes olvidar otro aspecto importante, tal y como nos cuenta la veterinaria Sonia Sáez: tu predisposición (o la de otras personas que vayan a convivir con él) al desarrollo de alergias. “Pese a que muchos propietarios que las padecen afirman no verse afectados por el hecho de tener a un gato o perro en casa, es conveniente que antes se realicen las pruebas pertinentes para evitar que la alergia se manifieste una vez que ya hayas adquirido al animal. También puedes consultar con un veterinario para que te indique cuáles son las razas con menores niveles de alérgenos”, nos explica.

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Evitar los abandonos

Por todo ello, cuando te planteas acoger un perro o gato en tu núcleo familiar, lo primero que debes considerar seriamente es si dispones del tiempo y la predisposición para hacerlo. “Incorporar un gato, pero sobre todo un perro, en tu rutina, y más si es un cachorro, implica un nivel de dedicación y esfuerzo importante, que puede modificar mucho tu estilo de vida. A cambio, la recompensa que vas a obtener es infinita. Aunque algunos animales sean temerosos o asustadizos, su capacidad de agradecimiento a medida que se habitúen a tu familia o a ti llenará de felicidad vuestro día a día, contribuyendo a que generéis un vínculo de amor mutuo e incondicional, haciendo que vuestra vida juntos sea mucho mejor”, afirma la veterinaria.

 

Teniendo todo esto en cuenta, la RSCE ha lanzado la campaña ‘Para toda la vida’ con motivo de la llegada de la Navidad, época del año en que hay una mayor demanda de cachorros, con el objetivo de concienciar acerca del compromiso que esto supone. La campaña incide en que un perro no es un regalo de Navidad, es para toda la vida. El objetivo es evitar la compra o adopción compulsiva de mascotas que se produce especialmente en el mes de diciembre y que acaba traduciéndose en una alta tasa de abandonos.

Entre los principales motivos de abandono se encuentran las camadas no deseadas, el comportamiento del animal, la pérdida de interés por el perro o gato y los problemas económicos. “La tenencia responsable es el mejor aliado para combatir la problemática del abandono, empezando por meditar bien la decisión de incorporar un animal a la unidad familiar. En caso de hacerlo, habrá que tomar las medidas oportunas para ejercer una paternidad comprometida y respetuosa durante la vida del animal”, asegura Isabel Buil.

 

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Consejos para tener una mascota de forma responsable

Desde la Fundación Affinity nos ofrecen una serie de consejos para concienciar de la tenencia responsable especialmente en estas fechas:

1. Compromiso. Es importante tener en cuenta que la convivencia con un animal de compañía será duradera. La vida media de un perro es de 12 años y la de un gato de 15.

2. Decisión y reflexión. Ante una decisión tan importante, debe mantenerse una actitud serena y no dejarse llevar por un impulso emocional. Hay que valorar todos los aspectos que comportará incorporar un nuevo miembro a la familia.

3. Aprendizaje e información. Tomar consciencia de las necesidades que tiene el animal y las expectativas que tenemos nosotros. Hay que informarse de qué necesitará (cuidados, afecto, actividad…) y entender las obligaciones que se van a adquirir.

4. Adopción antes que compra. Todos merecemos una segunda oportunidad. Antes de comprar, valora acudir a un refugio de animales y darle una nueva vida a un perro o gato que lo necesite.

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