Cocina Ext.

Consejos y recomendaciones para conseguir una dieta equilibrada

Aprovechamos el ‘Día Mundial de la Alimentación’ para sugerirte unas pequeñas ideas que te ayudarán a conseguir una dieta más variada y saludable

En muchas ocasiones las grasas ocupan un lugar en la dieta mucho más destacado del que deberían. Por ello, es importante reducir su consumo en favor de las frutas y verduras si queremos conseguir una alimentación más equilibrada.


El acceso a la alimentación es un derecho reconocido por la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sin embargo, aún hoy día hay millones de personas en el mundo que mueren de hambre. Éste es precisamente uno de los mayores problemas a los que trata de hacer frente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que desde 1981 celebra cada 16 de octubre el ‘Día Mundial de la Alimentación’. Así por ejemplo, este año el tema central de los múltiples debates, seminarios, eventos y actividades que se celebrarán al respecto en todo el mundo ha sido el cambio climático y sus consecuencias para pequeños ganaderos y pescadores (consecuencias especialmente nefastas en los países con menos recursos).

Una terrible situación que contrasta con los graves problemas de obesidad, cada vez más acusados, que sufren muchos países industrializados y que vienen producidos por una alimentación inadecuada. Pero.... ¿dónde están realmente los errores que derivan en esta problemática? He aquí algunas claves:

  • Comemos más de lo que necesitamos

  • Nuestras costumbres sedentarias (del ascensor al coche, del coche a la escalera mecánica, de ahí a la silla, con teléfono, teclado, pantalla de ordenador... todo al alcance de la mano) reducen en gran media nuestra actividad física. Al producirse esa reducción, las necesidades alimenticias y el tipo de productos que consumimos tendrían que ajustarse proporcionalmente. Sin embargo, la realidad es otra: las comidas son muchas veces más numerosas de lo adecuado y suelen tener una gran densidad energética, es decir, muchísimas calorías.

  • Exceso de grasas

  • Como decimos, en muchas ocasiones tomamos más grasas de las aconsejadas, lo cual es muy poco recomendable, ya que su ingesta no controlada favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares y eleva los índices de colesterol en sangre.

  • ¡Más hidratos y menos azúcares!

  • El pan, las patatas, la pasta, el arroz, las legumbres... además de económicos, son productos que contienen un elevado aporte de hidratos de carbono capaces de proporcionarnos una sensación de saciedad de la forma más saludable. No así los azúcares sencillos (por ejemplo la sacarosa, utilizada en las preparaciones de repostería), que también producen una reacción de saciedad pero poco prolongada, y además, provocan la aparición de caries dentales.

  • Deficiencias en elementos minerales

  • En concreto, son frecuentes las carencias de hierro y calcio. Contienen hierro las carnes (en particular el hígado) y las legumbres. El calcio lo proporcionan, en especial, todos los alimentos lácteos. Su consumo es de vital importancia en épocas de crecimiento.

  • Demasiado alcohol

  • En cantidades moderadas, el alcohol (una copa de vino o un vaso de cerveza al día) puede tener, incluso, cualidades beneficiosas para la salud; sin embargo, en altas dosis no sólo es nocivo sino que agrava el problema de una dieta hiperenergética al proporcionar calorías vacías (sin nutrientes importantes).

  • Mala distribución de las comidas

  • El desayuno, en general, es demasiado ligero (muchas veces no pasa de un café con galletas) y no suele cubrir las necesidades de una mañana de trabajo. Por el contrario, la comida suele ser excesiva al igual que la cena, también demasiado copiosa.

    ¿Tratas de llevar una dieta equilibrada?, ¿quieres compartir algún consejo sobre alimentación con el resto de lectores? PARTICIPA EN NUESTRO FORO DE COCINA