Lo dice Irina Shayk: la falda de 'cashmere' es el nuevo vestido negro

La modelo acudió a un evento convirtiendo dos básicos confortables en un look polivalente

Por Laura Alesanco

Irina Shayk ha demostrado en numerosas ocasiones que la fórmula "menos es más" funciona a la perfección. Aunque por su profesión acude a numerosos eventos y fiestas exclusivas en las que debe recurrir a vestizados y looks más impresionantes, como el vestido de Versace en el que se inspiró recientemente Jennifer Lopez, en su día a día la modelo suele apostar por prendas más sencillas. Tanto es así que Irina ha hecho de los básicos de todo fondo de armario sus mejores aliados para crear estilismos infalibles con los que acertar en todo tipo de ocasiones. Desde el look de otoño con minivestido y botas que funciona de lunes a domingo a los pantalones vaqueros de tendencia que le permiten crear infinitas combinaciones o las botas militares que no se quita ni en verano. La modelo incluso ha encontrado el truco perfecto para poder llevar minivestido mientras juega con su hija y no tener que renunciar a esta prenda tan cómoda y versátil. Anoche, Irina acudió a la inauguración de la nueva tienda de Falconeri en Nueva York y volvió a hacer gala de este estilo minimal y elegante que la caracteriza.

La modelo recurrió a dos prendas de punto para construir un look de noche con el que se convirtió en la más elegante de la velada, combinando una falda tubo cruzada que creaba una abertura lateral muy sugerente hasta la altura del muslo y un jersey entallado de manga corta y cuello tortuga con un tejido semitransparente, ambos de Falconeri. Dos piezas que, por separado, son la solución perfecta para cualquier look de oficina; cómodas, versátiles y muy fáciles de combinar. Sin embargo, la modelo ha sabido transformarlas en un estilismo de fiesta demostrando que las prendas de punto también funcionan en un look más arreglado y que los básicos son la mejor apuesta para cualquier ocasión. 

La estrategia de Irina consistió en conjuntar ambas prendas con un cinturón negro con hebilla plateada que entallaba su cintura, ocultaba la separación entre ambas piezas y conseguía crear el efecto de vestido de noche. Un colgante de cadena plateado rompía la seriedad del cuello alto y los zapatos de tacón y el bolso de mano terminaban de redondear un estilismo sexy y elegante en igual medida. El tejido de cashmere de ambas prendas, una de las señas de identidad de Falconeri, sumaba elegancia al conjunto, al igual que el color negro, mientras que el cinturón y el collar añadían ese toque roquero tan característico de la modelo. Como look beauty, apostó por la naturalidad con un maquillaje muy ligero, sombras y labial en tonos nude y el cabello suelto con raya a un lado que caía con ligeras ondas sobre su espalda. La manicura roja era el único detalle que añadía color al conjunto. 

Hace menos de un mes Irina acudía a la inauguración de otra tienda de Falconeri en Milán con un conjunto pijamero de la firma en un tejido de seda de color verde oliva, que combinó con un top negro, zapatos de tacón en el mismo color y bolso de mano amarillo de The Kooples, creando el que sería uno de los estilismos de invitada más tendencia del otoño. La marca, que pertenece al grupo Calzedonia y está especializada en la fabricación de prendas de cashmere, está experimentando un proceso de expansión internacional, lo que le ha llevado a abrir varios establecimientos en diferentes ciudades del mundo. A principios de este año hizo su entrada en el mercado español y ya cuenta con cuatro tiendas en el país localizadas en el paseo de Gracia y el centro comercial L'illa de Barcelona, la calle Serrano de Madrid y la calle Jaume III de Palma de Mallorca. 

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