Errores al combinar colores que puedes estar cometiendo cada día

Evitarlos es sencillo, solo debes seguir las normas del círculo cromático

Por Regina Navarro

En las últimas colecciones de Josep Font, director creativo de Delpozo, el uso de colores aparentemente opuestos o que poco tienen que ver entre ellos se ha convertido en una constante. Los naranjas y los azules funcionan (te guste más o menos la mezcla) y lo mismo sucede con los fucsias o los morados cuando se unen a los verdes. Pero no todo el mundo se atreve a combinarlos porque, aunque tiene truco, cometer errores en estas mezclas suele ser bastante sencillo. De entrada, te pueda parecer una buena idea unir los azules claros y los malvas, pero hay que descubrir el matiz correcto para que no resulten demasiado estridentes. Lo mismo sucede con los anaranjados o los corales y los fucsias, cuanto más lejos mejor. Por eso muchas chicas optan por elegir tonos neutros como el blanco o el negro y combinarlos con accesorios llamativos con los que evitan un look aburrido. Si siempre has querido escapar de esa sencillez y añadir algo más de gracia a tus estilismos, el círculo cromático tiene las claves para que te conviertas en una experta mezclando tonos.

Seguro que alguna vez has escuchado hablar de él. Se trata de una circunferencia en la que se representan los colores primarios y sus derivados siguiendo un orden concreto, muy similar al de los tonos que componen el arcoíris. Esta herramienta se ha utilizado en el mundo del arte en infinidad de ocasiones para determinar las armonías de color que se van a utilizar a la hora de elaborar un cuadro. Una regla que, aplicada en el mundo de la decoración, el diseño o el de la moda, asegura resultados más que adecuados.

Colores complementarios

Hay quien afirma que, en las mezclas de colores, más de tres tonos diferentes (dejando a un lado los neutros) son demasiados. Pero lo cierto es que, si nunca te has atrevido a hacer demasiados experimentos, lo mejor es que empieces por combinar solo dos tonos. En ese caso opta siempre por los complementarios, es decir, los que en el círculo están enfrentados. Mezclas que te darán como combinaciones adecuadas los morados y los verdes, los anaranjados y los azules intensos o los rojos y los corales con los tonos aguamarina. Huye, sin embargo, de los azules intermedios junto a los rojos, o de los aguamarinas y los violetas, no lograrás un resultado favorecedor.

La tríada mágica

Si te sientes cómoda con los complementarios, ha llegado el momento de que des un paso más y apuestes por mezclar hasta tres tonos. Los expertos recomiendan elegir colores que, dentro del círculo cromático, se encuentren a la misma distancia entre ellos. Es decir, si has elegido un vestido malva, puedes unirlo sin miedo con amarillo anaranjado o azules que tengan un matiz verdoso. El resultado no solo será llamativo, también muy sorprendente ya que se trata de tonalidades, en principio, arriesgadas. Sin embargo, aunque estén próximo en el círculo, es mejor que descartes elegir para un mismo look verde, amarillo y rojo.

Los cuatro ganadores

Aunque los límites están en la tendencia arcoíris, que funciona al combinar todos los tonos del círculo a la vez, lo cierto es que cuatro colores diferentes parecen más que suficientes para conseguir un estilismo que sorprenda pero que tampoco resulte excesivo. Si te atreves, lo mejor es que optes por la combinación analógica, es decir, tonos que están seguidos dentro del círculo y pertenezcan, en cierto modo, a la misma gama. Este tipo de mezclas suelen tener un resultado armonioso y agradable. Algo que sucedería si unieras amarillo, amarillo verdoso, verde y azul verdoso.

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