Entrevista a Mina El Hammani, la melena rizada más prometedora de la televisión

Hablamos con la protagonista de 'Élite' en su otro estreno: su debut como embajadora de la firma de peinado BaByliss

Por Amaia León

Ser una adolescente madrileña de raíces marroquís no es fácil, ni en la vida real ni en la ficción. La nueva serie 'Élite' ha abierto los ojos sobre esta situación a miles de espectadores, y no solo dentro de España, sino en casi dos centenares de países. "Participar en este proyecto supone dar un gran salto, ya no hablamos de una serie nacional: tu trabajo lo ven en los más de 190 países en los que está disponible Netflix. Jaime Lorente y Miguel Herrán me lo decían: “pégate el verano de tu vida porque ya todo va a cambiar”".

Quien habla es Mina El Hammani, la actriz de 24 años que da vida a Nadia, una chica musulmana de 16 años, en esta ficción producida por la plataforma de streaming. Solo unos días después de su estreno mundial, parece que los cambios sobre los que avisaban sus compañeros de reparto (que conocieron la fama internacional gracias a sus papeles en 'La casa de papel') ya han llegado: Mina debuta como embajadora de BaByliss, prestando su imagen (y su reconocible melena rizada) a los dos nuevos lanzamientos de la firma francesa, la tenacilla cónica Gold Ceramic y el styler Smooth and Wave. En este estreno tan diferente a los que habitúa, hablamos con ella sobre cómo ha cambiado su vida, sus gustos y sus rituales de belleza desde que la conocimos en 'El Príncipe', hace ya cuatro años, hasta hoy, cuando combina su afición por el baile urbano con nuevas clases de canto y una recién descubierta afición por los libros del psicólogo Karl Jung. "Me gustan porque me hacen cuestionarme la vida, que para eso estamos".

Debutaste en televisión por todo lo alto, interpretando a Nur en la segunda temporada de 'El Príncipe', en 2014. ¿En qué crees que has cambiado desde entonces?
Personalmente, creo que no he cambiado. Empecé en ‘El Príncipe’ siendo muy joven, con 20 años, así que sí he madurado a nivel profesional gracias a los directores con los que he tenido la suerte de trabajar. Con Luis Luque en ‘Dentro de la tierra’ en CDN (Centro Dramático Nacional), con Ramón Salazar y Daniel de la Orden en ‘Élite’. En esta última serie he aprendido a sentirme segura, entrar en escena cuando me toca, estar frente a la cámara…

Y a nivel personal, ¿qué ha supuesto interpretar a Nadia en 'Élite'? 
Estoy muy contenta con toda la serie porque tiene una historia y unos personajes con los que muchos adolescentes se van a ver reflejados. En el caso de mi personaje, es una chica de 16 años musulmana que cree en su religión y en su cultura, pero que vive en un país distinto, así que necesita explorar, encontrarse y responder sus propias preguntas, y no solo seguir el camino que hayan decidido sus padres para ella. Estoy recibiendo muchos mensajes de chicas árabes y que me digan que soy un modelo es un verdadero orgullo.

¿Quién dirías que fue tu modelo?
Yo en mi época no tuve este referente: desde los 7 años sabía que quería ser actriz pero no tenía ningún modelo en España a quien seguir y decir “si ella lo ha conseguido, yo también”. Hasta que salió ‘El Príncipe’ y leí una entrevista de Hiba Abouk en la que decía cosas muy claras, muy directas y que yo entendía. Entonces fue cuando dije “woh, si ella está ahí, ¿por qué yo no?”. Y luego trabajar con ella en 'El Príncipe' fue como… ¡olé!

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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¿Qué tienes en común con Nadia? ¿Has vivido algunas de los conflictos a los que se enfrenta?
Yo he sido muy Nadia en cuanto a tener divididos mis dos mundos: en casa era de una forma y en el instituto, de otra. Había cosas en mi adolescencia que no llegaba a entender y no tenía una propia identidad. A veces no sientes que perteneces a ningún sitio. En España eres la mora, la marroquí; en Marruecos, soy la española. Nunca te sitúan y con esa edad (cuando eres adolescente) es muy fácil equivocarte y desviarte de tu camino porque realmente no entiendes por dónde tienes que ir. Todo lo que te rodea te está presionando de una forma que no resulta nada claro. Como Nadia, yo tenía claros mis objetivos, pero tenía miedos. Me los he ido quitando a lo largo de mi vida y volver a encontrarme de nuevo con esa parte de mí para interpretar a Nadia, ha sido un verdadero trabajo...

¿Ha sido esto lo más complicado de interpretar a Nadia?
Bueno… Ha habido otra parte que yo no llamaría complicada, porque Miguel Bernardeau (que interpreta a Guzmán, el chico que le gusta a Nadia) es un profesional como la copa de un pino, pero que siempre me cuesta porque yo soy como muy seca. Tener esos encontronazos, esos momentos de besos y ese enamoramiento, realmente me daba vergüenza (se ríe). Pero la utilizaba para el personaje de Nadia, que le venía bien.

Tu personaje se enfrenta a un conflicto entre lo que ha aprendido de su familia y lo que empieza a sentir por Guzmán. ¿Crees que ese choque es habitual entre las chicas árabes?
Obviamente. Nadia de repente encuentra en Guzmán el deseo, la atracción sexual, y todo lo que creía que no tenía que hacer, lo siente. Son preguntas sin respuesta que Nadia necesita contestar, encontrar su propia respuesta. Es algo que yo quiero aportar a la sociedad, sobre todo a las chicas árabes. Está muy bien todo lo que les rodea, lógicamente, pero cuando tú eres clara y entiendes por qué has decidido algo, todo es saludable y sano.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Entre las lecciones que Mina ha ido entendiendo desde su adolescencia hasta hoy, hay una con la que muchas veinteañeras comulgan: la naturalidad como sinónimo de belleza. "Yo soy muy, muy natural en mi vida diaria; en mi bolso solo llevo máscara y cacao", afirma. "Aprecio muchísimo la naturaleza humana y la belleza que tiene cada uno. Cada persona elige qué es belleza y qué es perfección para ella. Y esto está calando mucho, hay un cambio que hacía falta: ¿qué necesidad tengo yo de levantarme 40 minutos antes para maquillarme? En el instituto sí lo hacía, pero ya no". Mina admite que las cejas son uno de sus rasgos que más cuida, "porque enmarcan mucho la mirada". Y lo mismo hace con su rizadísimo cabello, aunque siempre con la naturalidad como premisa.

¿Cómo te peinas en tu día a día?
Me lavo el pelo, me lo seco, me echo un spray fijador, y poco más. De vez en cuando utilizo una mascarilla especial para pelo rizado. Me gusta mi pelo natural, salvaje, aunque de vez en cuando quiero definir rizos en el flequillo o en la parte trasera, y con la tenacilla cónica de Babyliss lo consigo en tres minutos. Me hago  tres o cuatro rizos con ella, me los abro con la mano y listo. Y el styler Smooth & Wave también me encanta porque mi pelo no es nada fácil de alisar, y lo consigue en una sola pasada.

El pelo rizado ha vuelto a ser tendencia. ¿A ti siempre te ha gustado tu forma natural?
Sí y no… Cuando era pequeña e iba a a peluquería, me decían: “no te voy a cortar más, que te va a subir mucho el rizo”. Y yo pensaba “el rizo debe de ser malo”, y me lo alisaba. De los 14 a los 18 años me lo alisaba todos los días, también porque no sabía tratar mi pelo rizado. Hasta que descubres los productos apropiados, y el corte de pelo adecuado… Y cuando de repente te hacen un corte y ves que tu pelo parece una escarola pero es maravilloso, es un gusto.

Un truco que has aprendido de los peluqueros con los que trabajas...
A hacerme la trenza (que Nadia llevaba debajo del hiyab). Cuando fui el primer día de rodaje y me dijeron que me iban a poner una trenza tirante me quede como, “¿cómo me vas a trenzar todo el pelo todos los días?”. Me creció un montón, eso sí, de tanto estirar. No se me estropeó porque me lo cuido mucho. Al llegar a casa me lo peinaba súper bien y me ponía aceite para hidratar. Me pongo aceite de oliva o de coco y me lo dejo hasta 2 o 3 horas. Es mano de santo, sobre todo el de coco, que se aclara mucho mejor.

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