Ha sido uno de los desfiles más esperados de la Semana de la Moda de París. Pierpaolo Piccioli, tras su salida de Valentino, ha debutado como nuevo director creativo de Balenciaga, marcando una nueva era para la firma fundada por Cristóbal Balenciaga. La expectación ha sido máxima, tanto por el giro estético que podía tomar la casa como por la exclusiva lista de invitados que se han dado cita en el front row. Entre ellos, una presencia nacional que no ha pasado desapercibida: Victoria Federica de Marichalar, que ha apostado por un elegante total look de la maison.
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Las cámaras la han captado a su llegada al recinto parisino con un conjunto que combina la estética contemporánea que caracteriza a Balenciaga con su propio estilo relajado. La nieta del rey emérito ha lucido una camisa satinada oversize en color gris, con bolsillo delantero adornado con el logo de la firma, una de esas prendas que resumen el nuevo lujo discreto que domina el vestir actual. La ha combinado con pantalones negros anchos de caída fluida, unos zapatos de tacón negro, y gafas de sol de montura gruesa, aportando ese toque urbano que tanto identifica a la marca.
Pero el verdadero protagonista de su look ha sido el bolso Le City, un modelo icónico que ha vuelto a convertirse en objeto de deseo tras años de ausencia. Diseñado originalmente por Nicolas Ghesquière en 2001, el Le City representó una revolución en el universo de los bolsos de lujo: ligero, blandito, con estética desgastada y herrajes metálicos, en una época en la que dominaban las siluetas rígidas. Su éxito fue inmediato, gracias en parte a que Kate Moss y las hermanas Olsen lo convirtieron en su accesorio inseparable durante los 2000. Sin embargo, la fiebre por los bolsos estructurados lo desplazó poco a poco de las pasarelas, hasta que Demna decidió rescatarlo hace un par de años, reinterpretándolo con nuevos materiales y tamaños. Con el debut de Piccioli, su presencia en el front row cobra más sentido que nunca: es el símbolo de una Balenciaga que vuelve a sus raíces sin renunciar a la modernidad.
El desfile, celebrado en un ambiente íntimo y minimalista, ha supuesto un punto de inflexión para la casa. Pierpaolo Piccioli ha rendido homenaje al legado de Cristóbal Balenciaga con una colección Primavera-Verano 2026 marcada por las siluetas arquitectónicas, los volúmenes fluidos y una paleta de colores que alternaba el blanco puro con el negro profundo y el gris metálico. “He querido recuperar la esencia del maestro, pero con una visión más humana, más poética”, ha explicado el diseñador italiano tras el show.
Entre los asistentes también se han encontrado Georgina Rodríguez, Anne Hathaway, Simone Ashley o Isabelle Huppert. Sin embargo, quien se ha llevado gran parte de la atención mediática ha sido Meghan Markle, que ha reaparecido por primera vez en Europa desde 2023. Lo ha hecho con un conjunto blanco de capa que simboliza, según muchos, una nueva etapa personal y profesional. Aun así, el protagonismo nacional de Victoria Federica ha sido innegable: cada aparición la consolida como una de las jóvenes españolas con más presencia en el circuito de la moda internacional.
La hija de la infanta Elena ha demostrado en los últimos años un creciente interés por la industria, acudiendo a eventos de moda, desfiles internacionales y colaborando con firmas de lujo. Su apuesta por una marca como Balenciaga, ahora bajo la batuta de Piccioli, refuerza su perfil como referente de la nueva generación de aristócratas con sensibilidad fashionista.
Con este debut, Balenciaga inicia un nuevo capítulo, y Victoria Federica —con su bolso ‘Le City’ en mano— se posiciona en primera fila para ser testigo (y parte) de ese renacimiento.