Era el verano del 2011 cuando los caminos de Sara Carbonero e Isabel Jiménez se cruzaron: "Nos conocimos de una manera muy fría, Sara volvía al trabajo después de sus vacaciones y yo me acababa de incorporar. Nadie nos presentó", recuerda la almeriense a menudo. Pero rápido surgió una conexión especial entre ambas que se ha mantenido hasta entonces. Fueron compañeras de trabajo en los informativos, hasta que en 2015 la madrileña dejó Mediaset para mudarse a Oporto, ciudad donde residió durante cinco años junto a Iker Casillas, su pareja por aquel entonces.
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Fue precisamente aquel año cuando ambas decidieron emprender en el mundo de la moda, creando Slowlove. Una década después, su firma no solo se ha convertido en un proyecto muy rentable —cerraron el 2024 facturando más de tres millones de euros—, sino en un referente del estilo boho, estética que defiende especialmente bien Sara Carbonero en su día a día.
Comenzaron de la manera más rudimentaria, como sus fundadoras contaron en una entrevista con ¡HOLA!: "En una oficina pequeñita, de 50 metros cuadrados y con tres personas. Al principio no llegaban los muebles y trabajábamos en el suelo", explicaba Isabel. Se les quemó la oficina e incluso les robaron los ordenadores y las cámaras de fotos. Diez años después, son un equipo mucho más amplio que definen como una familia.
Sara aporta su capacidad de detectar tendencias e Isabel un cerebro metódico y un optimismo constante: "Lo ve todo posible, es muy trabajadora", aseguraba su socia. Las dos solo tienen palabras bonitas que dedicarse la una a la otra, y además del aniversario de su firma, este verano acaban de celebrar también 14 años de amistad. Un vínculo que han transmitido incluso a sus propios hijos: "Tienen una relación muy bonita y se llaman primos, ha sido siempre muy especial", nos contaban.
Una nueva colección para la temporada otoñal
Atrás quedó la época en la que trabajaban con sus portátiles en el suelo y se encargaban ellas mismas de hacer llegar las prendas de Slowlove a los compradores. Bajo el paraguas del grupo Tendam, que posee el 95% de la firma y las periodistas un 2,5% cada una, ahora imaginan sus creaciones cada temporada con campañas que, como en esta ocasión, tienen detrás una cuidada producción.
Bajo el nombre de Onírico, la marca presenta su colección de Otoño/Invierno: "Tejidos que capturan la luz y formas que fluyen. Esta colección es una ofrenda a lo intangible. Una oda al poder de ser auténtica", anuncian desde el sello. "En cada destino, hay una nueva versión de ti mismo esperando a ser descubierta".
Y es que para capturar la esencia de estas nuevas propuestas, Sara Carbonero e Isabel Jiménez han viajado a Marrackech, un viaje con el que llevaban soñando mucho tiempo. "Ahora, esos amaneceres en La Medina, las puestas de sol en el desierto que quedarán para siempre en nuestras retinas, los paseos por el zoco perdiéndonos entre especias, aromas, tejidos y sonidos únicos, son ya una realidad", escribía Sara.