España se ha convertido en uno de los destinos favoritos de las grandes casas de moda para presentar sus colecciones más especiales. Si Dior eligió Sevilla en 2022 para su desfile Crucero y Louis Vuitton hizo lo propio en el Park Güell de Barcelona en 2024, esta vez ha sido Carolina Herrera quien ha puesto el foco en Madrid para mostrar al mundo su colección Primavera/Verano 2026.
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La Plaza Mayor ha sido el escenario del primer desfile que la firma, capitaneada por Wes Gordon, ha llevado fuera de Nueva York, coincidiendo con la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. "Hay algo en el ritmo de esta ciudad, su apetito por la vida, que me inspira cada temporada y encarna profundamente a la mujer Herrera", ha confesado el director creativo, que en 2014 fue nominado a mejor diseñador de moda femenina por los CFDA, los Oscar de la moda.
Alrededor de este icónico complejo porticado con más de 400 años de historia, se han reunido numerosos rostros conocidos. Un total de 800 invitados, formados por celebrities nacionales e internacionales, influencers, empresarios y amigos de la casa. Entre ellos, Nieves Álvares, Hiba Abouk, Marta Hazas o Lola Lolita.
El centro de la plaza se ha cubierto por una pasarela blanca cruzada que la recorría casi al completo y por la que han desfilado las piezas de esta colección. Una línea bañada por colores cálidos, entre los que han destacado el rojo, el burdeos, un fucsia electrizante, violeta, lila, rosa, almendra y negro azabache.
Ha sido el cine de Pedro Almodóvar, con sus inesperadas mezclas de estampados y colores de su universo, lo que ha inspirado parte de esta colección; así como mujeres tan icónicas como Paloma Picasso o Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba.
Como ya es habitual en el imaginario de Carolina Herrera, las flores han bañado un gran número de sus prendas. El clavel, flor de Madrid, ha protagonizado intrincados bordados y jacquards; así como la violeta, guiño a los caramelos típicos de la ciudad. No ha faltado un homenaje a la Rosaleda del Retiro y sus rosales, también presentes en vestidos de ensueño. Diseños con mucho movimiento, delicadas puntillas, bordados y pedrería.
Mención especial merece la sastrería de Gordon, cuyas chaquetas adoptan formas trapecio que recuerdan a la montera de los toreros, mientras los pantalones entallados evocan el pantalón goyesco. Las mangas beben también del traje de chulapa, inspirándose en sus hombros marcados y cinturas ceñidas. Una preciosa carta de amor a la capital española.