Podría ser el argumento de un cuento de hadas moderno. Él, nieto de la reina Margarita de Dinamarca y miembro de una de las monarquías más antiguas del mundo, y ella, elegante, discreta y con un encanto que lograron cautivar al actual conde de Monpezat cuando ambos estaban en el instituto. La historia de amor entre Nicolás de Dinamarca y Benedikte Thoustrup, tiene todos los ingredientes de un romance contemporáneo que engancha: como la influencer contaba durante una entrevista exclusiva con FASHION, todo comenzó en el internado donde compartían las mismas clases.
"Durante el primer año y medio solo fuimos amigos, siempre me pareció increíblemente divertido y admiré su inteligencia", explica ella. "Hacia el final de nuestro segundo año, me invitó a dar un paseo hasta la gasolinera local, que, curiosamente, era como se pedía una cita a alguien en nuestro internado". Surgió el amor e iniciaron relación que, tras graduarse ambos en la Escuela de Negocios de Copenhague, es más sólida que nunca. Y es que han tomado la decisión de iniciar una nueva etapa en Australia.
Sin embargo, este mes de julio se han propuesto disfrutar de un verano a orillas del Mediterráneo, con una escapada a diversos enclaves de la Costa Azul, como Saint-Tropez, Ramatuelle o pequeños pueblos entre viñedos. En todos estos destinos, la pareja del hijo del príncipe Joaquín de Dinamarca, nos ha deleitado con una cuidada selección de estilismos.
Mientras que Nicolás prefiere dotar a sus conjuntos de un aire vintage inspirado en su gran referente de estilo, su abuelo paterno; Benedikte se ha consolidado como una de las jóvenes más elegantes y prometedoras de la escena royal europea, experta en seguir las tendencias del momento y adaptarlas con inteligencia a su forma de vestir.
Con una estética que equilibra a la perfección el espíritu nórdico con la calidez del verano mediterráneo, en su recorrido por la Riviera francesa, ha lucido piezas tan especiales como bermudas de lino con tacones kitten o faldas envolventes que enmarcan su silueta junto con un bañador, la apuesta más chic para un paseo en barco al atardecer.
No ha faltado tampoco un maravilloso vestido de invitada estampado, una creación de la firma española Avec Studio (Benedikte se declara fan de la moda made in Spain), que lucía espectacular acompañándola de una capa larga. Más sencilla ha sido su última elección, un modelo pura tendencia en amarillo mantequilla con el que ha conseguido este romántico look, agregando unas sandalias destalonadas blancas.
La conexión entre ambos es evidente en cada imagen. Ya sea compartiendo una comida al aire libre, caminando por callejuelas empedradas o posando en antiguos châteaux, la pareja transmite una armonía tranquila, de esas que solo se construyen con tiempo, admiración y confianza mutua. Nicolás, alejado de las obligaciones reales por decisión propia —abandonó la formación militar para apostar por su carrera como modelo—, parece haber encontrado en esta etapa una libertad serena junto a Benedikte.