Desde que interpretara a Marilyn Monroe en un papel que le valió una nominación a un Globo de Oro, Ana de Armas es parte por derecho propio del star system hollywoodiense con una carrera pensada al milímetro en la que de un papel intimista y profundamente complejo salta sin despeinarse a superproducciones de acción como Ballerina, su último proyecto para el que ha tenido que entrenarse como una auténtica atleta. Tras el rodaje y posproducción, la estrella ha comenzado el trabajo de promoción con impresionantes estrenos en Berlín y el último en París, donde se consolida como icono de estilo.
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Como flamante embajadora internacional de Louis Vuitton, la intérprete cubana cuenta con el savoir faire del equipo capitaneado por Nicolas Ghesquière, la casa francesa que de nuevo la viste en París como una visión de pétalos de organza y piezas de Alta Joyería.
Falda 3D, esmeraldas y diamantes
La sala de cine y conciertos Le Grand Rex, donde muchos de los grandes han presentado sus películas antes que ella, ha sido la elegida para proyectar Ballerina frente al público francés. Una cita para la que de Armas ha lucido un impresionante diseño a medida de Louis Vuitton compuesto por bustier negro de terciopelo e impresionante falda de organza de seda formada por pétalos hechos y bordados a mano. Una obra de arte en movimiento bajo la que la actriz llevaba sandalias blancas.
Como complementos a un estilismo sobresaliente, ha lucido piezas de la colección de Alta Joyería de Louis Vuitton; en concreto, el collar Les Armoiries, los pendientes LV Color y un set de dos LV Color Solitaire con diamantes y esmeraldas.