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Si observamos el planeta tierra de noche, visto desde un satélite, apreciaríamos fácilmente qué zonas son ricas y cuáles son más humildes. De noche, las más iluminadas pertenecen a ciudades del primer mundo, y las que apenas tienen luz son zonas donde no existe un alumbrado suficiente, ni edificios que puedan derrochar energía eléctrica por la noche.

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Este es un problema que no solo afecta a ser humano, sino que repercute sobre todo el medio ambiente, pues, según datos de SmartLighting, un 65% de las especies animales necesitan que sus hábitats respeten la nocturnidad. Por tanto, los animales llevan aún peor que las personas el hecho de que nunca se haga del todo de noche en las zonas urbanas. 

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